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Hombres, residentes urbanos y jóvenes tienen más probabilidades de acceder a la telemedicina

La atención sanitaria es un derecho humano básico y, por lo tanto, es esencial que esté disponible para todas las personas, independientemente de su edad o ubicación. Sin embargo, en las últimas décadas, ha habido un cambio demográfico importante en muchos países, que ha resultado en una población cada vez más envejecida, tal y como se indica en las Naciones Unidas. Este cambio ha creado nuevos desafíos para la atención médica, ya que los ancianos, a menudo, tienen necesidades de atención médica más complejas y requieren más asistencia y apoyo.

Según el barómetro sanitario del CIS, el 21,30% de las personas que tenían un verdadero problema de salud no lograron consultar con su profesional de medicina de familia, y un alto porcentaje de las consultas tenían que ser telefónicas. Otro dato que arroja el barómetro es que el 52,5% de los mayores de 65 años opinaron que todas las consultas deberían ser presenciales pero, casi la otra mitad, está contenta con las consultas «no presenciales».

Desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) explican que «deben contemplarse nuevas medidas organizativas, que permitan el desarrollo de nuevos modelos para la prestación asistencial aprovechando las oportunidades que brinda la telemedicina y la atención no presencial». «La telemedicina ha demostrado ser una solución efectiva para muchos de los desafíos a los que se enfrenta la atención médica en la actualidad, y puede ser especialmente útil para la población anciana», añaden.

En Europa, la aplicación de la telemedicina está bien establecida en todos los países, según indican en Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe publicado por el National Institute for Health Research; sin embargo, algunos países aún podrían beneficiarse más de los usos de estas tecnologías digitales. Este trabajo constató que los servicios de salud que utilizan dispositivos tecnológicos, benefician significativamente a los pacientes en: la obtención de resultados clínicos, en el seguimiento a largo plazo por parte de los profesionales médicos y en el ahorro de tiempo y dinero (ya que evitan los desplazamientos).

Y en el estudio se concluyó: las tecnologías de telemedicina son muy eficaces en la detección, diagnóstico, tratamiento y seguimiento a largo plazo de muchas enfermedades crónicas.

Por su parte, el programa de salud al que está adherido España, UEproSalud, que se adoptó como respuesta a la pandemia de COVID-19, tiene como objetivo conseguir unos sistemas sanitarios más sólidos, resilientes y accesibles. Entre los temas que persigue activamente este programa se encuentran el fortalecimiento de la cibersalud, la integración de la telemedicina y la monitorización remota en los sistemas de salud y atención para la prevención y la atención del cáncer.

Retos

A pesar de las muchas ventajas de la telemedicina, aún quedan retos por afrontar. Las barreras relacionadas con los usuarios, la tecnología y la infraestructura son las más destacadas en el informe de la OMS, publicado en la web de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG). Este estudio confirma que existe una brecha digital en función del género, la geografía y la edad. Los hombres, los residentes urbanos y los jóvenes tienen más probabilidades de acceder a la telemedicina que las mujeres, los habitantes de zonas rurales y las personas mayores.

La inclusión digital requiere un mayor acceso a Internet y a dispositivos que las personas mayores puedan usar fácilmente y por eso, en las conclusiones del informe de la OMS, se recomienda adquirir un compromiso real para que las personas mayores y los municipios en donde residen, puedan adoptar el uso de la tecnología digital para apoyar la atención sanitaria y reducir la brecha digital entre las personas mayores y los jóvenes.

Otro de los retos, es la protección de la privacidad que es un tema que preocupa mucho a los usuarios de estas tecnologías. La seguridad de los datos (almacenamiento y cesión) y la confidencialidad de los pacientes, tiene que ser una prioridad en temas de regulación, tal y como indican en el informe.

El acceso a la tecnología, en algunas zonas puede resultar un escollo de difícil solución. Zonas remotas poco comunicadas como es el caso de la llamada «España vaciada», no tienen conexiones fiables a Internet o dispositivos compatibles. Y, por último, algunos pacientes pueden ser reacios a utilizar la telemedicina por desconfianza hacia la tecnología o porque, simplemente, prefieren las visitas presenciales.

Plataformas digitales

Las plataformas de telemedicina son sistemas y tecnologías que permiten a los pacientes y proveedores de atención médica interactuar y comunicarse a través de medios electrónicos, como videoconferencias, chats en línea y aplicaciones móviles. Estas plataformas están diseñadas para mejorar el acceso a la atención médica, especialmente para pacientes que viven en áreas rurales o remotas, y para reducir el coste y el tiempo asociados con las visitas presenciales al consultorio médico.

Las plataformas digitales de salud también son una herramienta importante en la atención médica para la población envejecida. Estas plataformas pueden proporcionar información sobre la salud, herramientas de autodiagnóstico y educación sobre la enfermedad, lo que puede ser especialmente útil para las personas mayores que tienen dificultades para acceder a la atención médica presencial.

En el sistema de Salud Pública, las plataformas de telemedicina están basadas en los nuevos sistemas de inteligencia artificial y se utilizan para una amplia variedad de servicios de atención médica, como consultas médicas en línea, asesoramiento médico, diagnóstico y tratamiento, monitoreo de pacientes crónicos y seguimiento postoperatorio. Los profesionales sanitarios también pueden utilizar estas plataformas para interactuar con los pacientes en tiempo real, realizar exámenes virtuales y recetar medicamentos de forma remota.