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Un estudio determina que el virus de la Covid-19 lleva décadas en los murciélagos

Todavía no se saben tantas cosas del coronavirus como creemos. Su origen sigue siendo un misterio, si bien un estudio genético concluye que lo más probable es que saltara directamente de murciélagos a humanos. Es más, se determina que el virus de la Covid-19 lleva décadas en los murciélagos, entre 40 y 70 años, según informa la agencia SINC.

Además durante este tiempo se pueden haber diferenciado más linajes con los rasgos adecuados para infectar a los humanos.

En el estudio también se concluye que no es fácil identificar virus con el potencial de causar brotes importantes en humanos antes de que estos emerjan y por tanto se hace necesario controlarlo y contar con un sistema de vigilancia de enfermedades humanas en tiempo real.

¿Qué hay del pangolín?

No está claro que este animal sea parte responsable de los contagios de coronavirus. Este nuevo estudio ni apoya ni descarta la hipótesis de que el pangolín fuera un paso intermedio en el salto de murciélagos y humanos. Más bien establece que el virus en murciélagos haya dado lugar a capaces de replicarse en el tracto respiratorio superior tanto del humano como del pangolín.

Según la Agencia SINC, lo más probable es el virus de una población de murciélagos de la provincia de Yunnan, en el sureste de China.

¿Cuándo se produjo el salto en humanos?

La investigación da a conocer que noviembre de 2019 podría ser la fecha más probable. Y esto demuestra como error la detección del virus de la Covid-19 en muestras de aguas fecales de Barcelona en marzo de 2019.

Origen de la proteína RBD

El análisis también se centró en saber el origen de la proteína RBD, que es la que abre la puerta de las células humanas al encajar con su receptor, la proteína ACE2. La RBD es genéticamente más parecida a la de virus que infectan al pangolín que a otras del virus de murciélagos RaTG13 y es por esto que se piensa sobre el pangolín como algo intermedio entre humanos y murciélagos.

Pero se ha concluido que el SARS-CoV-2 haya evolucionado también en el pangolín.