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Escuchar a nuestro cuerpo para identificar si sufrimos artritis reumatoide

La artritis reumatoide es una enfermedad en la que se inflaman e hinchan las articulaciones produciéndose dolor, deformidad y dificultad para el movimiento. Pero es que, además, también puede afectar a otras partes del organismo como el corazón, los pulmones, los ojos o el riñón.

Es una enfermedad crónica que no suele curar de forma espontánea y que con un tratamiento adecuado se consigue un buen control de la enfermedad, pudiendo el paciente normalizar su vida en la mayoría de los casos.

Para saber si estamos ante un caso de artritis, debemos estar atentos a los síntomas que se manifiestan en el cuerpo. El Dr. Juan José Lerma, jefe de Servicio de Reumatología de Quirónsalud Valencia, señala que «las molestias y limitaciones que ocasiona la artritis reumatoide varían mucho de un enfermo a otro».

Sin embargo, apunta, «hay algunos síntomas comunes como puede ser el dolor articular continuo y constante permaneciendo incluso sin realizar ningún tipo de movimiento (en reposo). La articulación se hincha y aumenta de tamaño, apareciendo rigidez e imposibilidad para movilizarla».

Y lo más grave de todo ello, como aclara, es que esta hinchazón y dolor puede llevar a «una limitación funcional que puede llegar a ser incluso invalidante».

Pero ¿por qué aparece la artritis reumatoide?

«La artritis reumatoide se presenta con más frecuencia en personas con una especial predisposición o alteración de su sistema inmunológico. La causa de esta, por el momento, es desconocida», explica el Dr. Lerma.

Se sabe, además, que a esa disposición genética también debemos añadir otros motivos agravantes como «infecciones, estrés o alteraciones en la microbiota intestinal». 

Por otro lado, debemos conocer también que las articulaciones que se inflaman con más frecuencia son las muñecas, los dedos de las manos y de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas y los tobillos. «La inflamación persistente de las articulaciones puede provocar una deformidad progresiva de las mismas, rigidez de la movilidad articular y erosiones y destrucción, provocando en mayor o menor medida un grado de discapacidad para hacer tareas de la vida diaria», alerta el especialista.

Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide son diversos. Entre ellos destaca el consumo de tabaco y el sobrepeso, que pueden condicionar una mayor predisposición para su desarrollo.

También, además, es posible que haya algunas complicaciones de los pacientes con artritis debido a algunos medicamentos utilizados para tratarla, ya que pueden favorecer el desarrollo de infecciones u osteoporosis. También, explica el doctor, puede aparecer una sequedad de las mucosas, especialmente a nivel de los ojos y la boca. Y en ocasiones, el corazón, los pulmones, los ojos o los riñones también pueden presentar inflamación y afectación interna.

«El tratamiento de la artritis reumatoide se basa en la utilización de fármacos que son capaces de modular y controlar esa alteración del sistema inmunológico. Una nueva generación de tratamientos denominados «biológicos» son –incluso– capaces de frenar la evolución de la enfermedad y conseguir que el paciente pueda tener una calidad de vida prácticamente normal», añade el Dr. Lerma.

Cuándo se debe consultar al médico

La artritis reumatoide es una de las más de 100 enfermedades reumáticas existentes, con un pronóstico y un tratamiento específico, por lo que el diagnóstico tiene que ser preciso y tutelado por un especialista cualificado al respecto.

Por eso, ante la aparición de un dolor articular intenso, agudo y persistente, el paciente debe consultar con un especialista reumatólogo, porque en ocasiones la aparición del proceso inflamatorio es posterior y tarda más en aparecer, y un diagnóstico lo más precoz posible es fundamental para su correcto control y tratamiento.

«Un diagnóstico preciso y un tratamiento precoz y rápido son claves para poder conseguirlo», concluye.