¿Se debe entrenar con dolores?
Es posible que después de una sesión de gimnasio levantando pesas al día siguiente te levantes con molestias en los brazos y pecho. Algo similar le ocurre a los que se esfuercen más de la cuenta a la hora de hacer por ejemplo sentadillas. Después de una actividad física intensa es posible que durante un par de días nos duren las secuelas del ejercicio. Es lo que se conoce como Dolor Muscular de Aparición Tardía y se origina debido a microroturas musculares que se regeneran y se hacen más fuerte. ¿Pero se debe entrenar con dolores?
En ocasiones ni la mayor de las molestias nos impide continuar con nuestra rutina. Eso es buena señal y significa que estamos muy implicados con la actividad. En cualquier caso, esos dolores después de un entrenamiento intenso se suelen pasar en cuestión de horas, por lo que no deberías concederle mayor trascendencia.
Eso sí, puede que con la práctica deportiva sí que acabemos desarrollando algún tipo de molestia o dolor. En cualquier caso, los especialistas nunca recomiendan automedicarse. Si decidimos tomar pastillas lo único que se conseguirá será enmascarar el dolor, pero cuando pasen los efectos del tratamiento volveremos a estar con molestias e incluso podríamos desarrollar una lesión más grave por no ser más precavidos.
Hay que evaluar la intensidad del dolor. Algunas veces se podría seguir con la rutina de ejercicios si no nos afecta ni se pone en peligro nuestra salud. En el caso de que esta molestia nos impida incrementar el ritmo de la actividad, posiblemente tengamos que hacerle caso al cuerpo y descansar un tiempo. Por su parte, aquellas personas que empiezan a practicar alguna disciplina deportiva es normal que noten dolores al principio. En el caso de que las molestias sean algo más que leves, deberías ponerte en manos de un profesional para que te trate lo antes posible.
Aumentar la ingesta de proteínas puede ser otra solución. De esta forma disminuirá el tiempo de recuperación y las fibras se reestructurarán antes.
En muchas ocasiones, esos dolores que aparecen en el cuerpo son debidos a los esfuerzos y sobrecargas. Así que si un día decides correr una hora después de un tiempo inactivo, lo más probable es que al día siguiente no puedas ni siquiera moverte. Eso no significa que tengas que quedarte en casa. Puedes aprovechar para realizar otras actividades como trabajo de fuerza en el gimnasio o estiramientos. Se consigue que una zona del cuerpo se recupere del esfuerzo mientras otras se ejercita. También tienes la posibilidad de montar en bicicleta o acudir a la piscina.
Lo que está claro es que cuando hablemos de un dolor muy grave, que nos impida llevar una vida normal, tendremos que acudir a un médico y descansar por completo, aunque eso trastoque nuestros planes. Las agujetas aparecen sobre todo en aquellas personas que nunca realizaron ningún ejercicio y que empiezan a entrenar. Hay que saber diferenciar entre lo que realmente puede llegar a ser leve y lo más preocupante.
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