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Dr. Álvarez Maestro: «El tabaquismo es el factor de riesgo más importante para el cáncer de vejiga»

"El cáncer de vejiga es el cuarto cáncer más común entre los hombres y es casi tres veces más común en hombres que en mujeres"

"La Urología es una de las especialidades donde más avances tecnológicos se han producido y es pionera en la cirugía robótica y mínimamente invasiva"

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

El Doctor Mario Álvarez Maestro urólogo en el Hospital Universitario La Paz, es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, miembro de múltiples Comités y Sociedades europeas y nacionales sobre Urología y Urología Oncológica. También es profesor en cursos de posgrado impartidos por la Universidad de Salamanca, la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Europea de Madrid y el Centro de Estudios Biosanitarios. Miembro del equipo editorial de diversas revistas¡ nacionales e internacionales del área urológica es autor o coautor de 73 publicaciones internacionales y coautor de 25 ponencias en congresos internacionales. Dentro de su amplio campo es el investigador Principal de 12 estudios e Investigador y colaborador en 13 ensayos clínicos financiados por diferentes entidades públicas o privadas.

Además de ser facultativo de Urología del Hospital La Paz es actualmente el Director de las Actividades Científicas de la Asociación Española de Urologia y Miembro de la European Section of Urology Oncology (ESOU) de la Asociación Europea de Urología.

El 5 de mayo es el Día Internacional del cáncer de vejiga. Es uno de los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2024. Se estiman 21.694 casos nuevos para 2024 en España (17.731 en varones y 3.963 en mujeres). El cáncer de vejiga principalmente ocurre en las personas de edad avanzada, aunque los datos indican que la edad está bajando en los últimos años por distintos factores de riesgo, como el tabaco, como la principal causa conocida. Se estima que entorno el 50% de todos los casos diagnosticados son por esta causa. Asimismo, las sustancias químicas en el entorno industrial procedentes de ciertos metales: como tintes, gomas, puede estar también relacionado. Por su parte, el VPH, ya que en algunos estudios se ha relacionado la infección Virus Papiloma Humano.

Pregunta.- ¿Qué es este cáncer y cómo actúa en nuestro organismo?

Respuesta.- El cáncer de vejiga se origina cuando las células que componen la vejiga urinaria comienzan a crecer en forma descontrolada. Conforme se desarrollan más células cancerosas, estas pueden formar un tumor y con el pasar del tiempo extenderse a otras áreas del cuerpo.

La vejiga es un órgano hueco que se encuentra en la parte inferior de la pelvis. Su función principal de la vejiga es almacenar la orina. La orina es un desecho líquido que una vez ambos riñones producen es transportada a la vejiga mediante conductos llamados uréteres. Cuando usted orina, los músculos en las paredes de la vejiga se contraen, y la orina sale de la vejiga a través de un conducto llamado uretra.

P.- ¿Cuál es la principal sintomatología?

R.-El equipo del Hospital La Paz, diríamos que a menudo, el cáncer de vejiga
se puede encontrar de manera temprana, ya que causa que haya sangre
en la orina u otros síntomas urinarios que provocan que una persona
acuda al médico. La principal sintomatología es sangre en la orina; cambios en los hábitos urinarios o síntomas de irritación. Por su parte, los síntomas  del cáncer de vejiga avanzado pueden ir desde la dificultad para orinar, dolor en un lado de la espalda baja o pérdida de apetito y pérdida de peso.

Sangre en la orina: en la mayoría de los casos, la presencia de sangre en orina (hematuria) es el primer signo de cáncer de vejiga. Puede que haya suficiente sangre para cambiar el color de la orina a naranja, rosa, o con menos frecuencia a rojo más oscuro. Algunas veces, el color de la orina es normal, pero se detectan pequeñas cantidades de sangre cuando se realizan análisis de orina debido a otros síntomas o como parte de un examen médico general.

Puede que haya sangre en la orina un día y que no la haya el próximo día,
y que la orina permanezca sin sangre por algunas semanas o incluso
meses. Pero si una persona tiene cáncer de vejiga, en algún momento la sangre reaparece. Por lo general, en las etapas tempranas del cáncer de vejiga (cuando es pequeño y se encuentra únicamente en la vejiga) aparece sangrado, pero con poco o nada de dolor u otros síntomas. La sangre en la orina no siempre significa cáncer de vejiga. Con más frecuencia, la sangre en la orina se debe a otras afecciones, tal como infección, tumores benignos (no cancerosos), cálculos renales o en la vejiga u otras enfermedades renales benignas. Aun así, resulta importante que un médico le examine para determinar la causa del problema.

Cambios en los hábitos urinarios o síntomas de irritación Algunas veces, el cáncer de vejiga puede causar cambios al orinar, tales como:

P.-Se dispara en los hombres sobre las mujeres, ¿a qué se debe?

R.- El cáncer de vejiga es el cuarto más común entre los hombres y es casi tres veces más común en hombres que en mujeres. El cáncer de vejiga ocurre con más frecuencia en hombres que en mujeres, y con más frecuencia en personas blancas que en personas negras. El cáncer de vejiga se puede diagnosticar a cualquier edad, pero el riesgo aumenta a medida que la persona envejece. El consumo de tabaco, especialmente fumar cigarrillos, es un importante factor de riesgo de cáncer de vejiga.

P.-Si el tumor da la cara más tarde de lo ‘previsto’, ¿qué tipo de intervención puede llevarse a cabo?

R.-En el Servicio de Urología del Hospital público La Paz disponemos de una consulta de cáncer de vejiga avanzado donde disponemos de los tratamientos más recientes para abordar esta enfermedad.  Por lo general, el tratamiento del cáncer de vejiga se basa en la etapa clínica cuando se diagnostica por primera vez. Esto incluye cuán profundo se cree que el cáncer ha invadiendo en la pared de la vejiga y si se ha extendido fuera de la vejiga. Otros factores, como el tamaño del tumor, la rapidez con que crecen las células cancerosas (grado) y el estado de salud general, así como las preferencias de la persona, también afectan las opciones de tratamiento.

Etapas:
Tratamiento del cáncer de vejiga en etapa 0:
La etapa 0 del cáncer de vejiga incluye el carcinoma papilar no invasivo (Ta) y el carcinoma plano no invasivo (Tis o carcinoma in situ). En cualquiera de los casos, el cáncer crece solamente en la capa interna del revestimiento de la vejiga. No ha invadido (no se extendió más profundamente) en la pared de la vejiga.

Esta etapa temprana del cáncer de vejiga es con frecuencia tratada con una resección transuretral (TURBT) con fulguración, seguida de quimioterapia intravesical dentro de 24 horas. Algunas veces no se necesita más tratamiento. Se hace la cistoscopia cada 3 a 6 meses para estar atento ante cualquier signo de que el cáncer ha regresado.

Para los tumores papilares no invasivos (Ta) de bajo grado (crecimiento lento), la quimioterapia intravesical semanal se puede iniciar unas semanas después de la cirugía. Si el cáncer regresa, se pueden repetir los tratamientos. Algunas veces, la quimioterapia intravesical se repite durante el próximo año para tratar de evitar que el cáncer regrese.

Los tumores papilares no invasivos de alto grado (crecimiento rápido) (Ta) tienen una mayor probabilidad de regresar después del tratamiento. Por lo tanto, a menudo se recomienda BGC intravesical después de la cirugía. Antes de administrarlo, la TURBT se repite comúnmente para estar seguro de que el cáncer no ha afectado la capa muscular. Por lo general, el BCG
comienza varias semanas después de la cirugía y se administra una vez a la semana por varias semanas. El BCG intravesical parece ser más eficaz que la quimioterapia intravesical para los cánceres de alto grado. Puede ayudar a evitar que estos cánceres regresen y empeoren, pero también suele causar más efectos secundarios. También se puede hacer más o menos el próximo año.

En raras ocasiones se necesita una cirugía más extensa para tratar los cánceres de vejiga en etapa 0. La cistectomía parcial o completa (extirpación de la vejiga) se considera solo cuando hay muchos cánceres superficiales o cuando un cáncer continúa creciendo (o parece estar propagándose) a pesar del tratamiento.

Etapa 0 : Para los tumores planos no invasivos (Tis), BCG intravesical es la mejor opción de tratamiento después de la TURBT. Los pacientes con estos tumores a menudo reciben seis tratamientos semanales de BCG, comenzando algunas semanas después de la TURBT. Algunos médicos recomiendan repetir el tratamiento con BCG cada 3 a 6 meses. Seguimiento y pronóstico después del tratamiento

Después del tratamiento para cualquier cáncer en etapa 0, se necesita un seguimiento minucioso, con cistoscopia cada 3 meses por al menos un par de años para detectar signos de que el cáncer está regresando o detectar nuevos tumores de vejiga.

El pronóstico para las personas que tienen cáncer de vejiga en etapa Ta, (papilar no invasivo) es muy favorable. Estos cánceres se pueden curar casi siempre con el tratamiento. Durante la atención a largo plazo, a menudo se encuentran más cánceres superficiales en la vejiga o en otras partes del sistema urinario. Aunque estos nuevos cánceres necesitan ser tratados, rara vez invaden profundamente o amenazan la vida.

El pronóstico a largo plazo para el cáncer de vejiga en etapa Tis (plano no invasivo) no es tan favorable como lo es para los cánceres en etapa 0a. Estos cánceres tienen un mayor riesgo de regresar, y pueden regresar como un cáncer más grave que crece hacia las capas más profundas de la vejiga o que se ha propagado a otros tejidos.

Tratamientos según etapas:
Tratamiento del cáncer de vejiga en etapa I: Los cánceres de vejiga en etapa I han crecido hacia la capa del tejido conectivo de la pared de la vejiga (T1), pero no han alcanzado la capa muscular.

La resección transuretral (TURBT) con fulguración es generalmente el tratamiento inicial para estos cánceres, aunque se realiza para ayudar a determinar la extensión del cáncer en lugar de tratar de curarlo. Si no reciben ningún otro tratamiento, muchas personas padecerán después un nuevo cáncer de la vejiga que a menudo será más avanzado. Esto es más probable que ocurra si el primer cáncer es de alto grado (crecimiento rápido).

Incluso si se descubre que el cáncer es de bajo grado (crecimiento lento), a menudo se recomienda una segunda TURBT varias semanas después. Si el médico entonces cree que se eliminó todo el cáncer, se administra generalmente BCG intravesical (preferido) o quimioterapia intravesical. (Con menos frecuencia, únicamente un seguimiento minucioso puede ser una opción). Si no se pudo extraer todo el cáncer, las opciones son BCG intravesical o cistectomía (extirpación de parte o toda la vejiga). Si el cáncer es de alto grado, si hay muchos tumores, o si el tumor era muy grande cuando se detectó por primera vez, se puede recomendar la cistectomía radical.

Para las personas que no están lo suficientemente saludables como para someterse a una cistectomía, la radioterapia (a menudo con quimioterapia) puede ser una opción, pero las probabilidades de cura no son tan favorables.

Tratamiento del cáncer de vejiga en etapa II: Estos cánceres han invadido la capa muscular de la pared de la vejiga (T2a y T2b), pero no se han extendido fuera de este lugar. La resección transuretral (TURBT) es generalmente el primer tratamiento para estos cánceres, aunque se realiza para ayudar a determinar la extensión (etapa) del cáncer en lugar de intentar curarlo. Cuando el cáncer ha invadido el músculo, el tratamiento convencional consiste en cistectomía radical (extirpación de la vejiga). A menudo, también se extirpan los ganglios linfáticos cercanos a la vejiga. Si el cáncer está en una sola parte de la vejiga, se puede hacer en cambio una cistectomía parcial. Pero esto es posible solo en pocos pacientes.

La cistectomía radical puede ser el único tratamiento para las personas que no están lo suficientemente bien como para recibir quimioterapia. Sin embargo, la mayoría de los médicos prefieren administrar quimioterapia antes de la cirugía, ya que se ha demostrado que ayuda a los pacientes a vivir por más tiempo en comparación con la cirugía sola. Cuando se administra la quimioterapia primero, se pospone la cirugía. Esto no representa un problema si la quimioterapia reduce el tamaño del cáncer de vejiga, pero podría ser perjudicial si el tumor continúa creciendo durante la quimioterapia.

Si se encuentra cáncer en los ganglios linfáticos cercanos, se puede necesitar radiación después de la cirugía. Otra opción es la quimioterapia, pero solo si no se le administró antes de la cirugía. Para los pacientes que ya hayan sido sometidos a cirugía y cuyo tumor aún presenta un alto riesgo de regesar, el medicamento de inmunoterapia nivolumab (Opdivo) podría ser una opción que, al administrarse tras la cirugía, se toma por hasta un año.

Es posible que algunas personas puedan someterse a una segunda (y más extensa) resección transuretral (TURBT) seguida por radiación y quimioterapia. Aunque esto les permite preservar sus vejigas, no está
claro si los resultados son tan favorables como los obtenidos después de la cistectomía. Por lo tanto, no todos los médicos concuerdan con este
método. Si se usa este tratamiento, se necesitarán exámenes de seguimiento minuciosos frecuentes. Algunos expertos recomiendan que se repita una cistoscopia y una biopsia durante el tratamiento con quimioterapia y radiación. Si aún se encuentra cáncer en la muestra de la biopsia, probablemente será necesaria una cistectomía.

Para los pacientes que no pueden someterse a una cirugía debido a otros problemas de salud graves, la TURBT, la radiación, la quimioterapia, o cierta combinación de estos pueden ser opciones.

Tratamiento del cáncer de vejiga en etapa III: Estos cánceres han alcanzado el exterior de la vejiga (T3) y pueden haber crecido hacia los órganos o los tejidos cercanos (T4) y/o hacia los ganglios linfáticos (N1, N2, o N3). No se han propagado a partes distantes del cuerpo.

A menudo, la resección transuretral (TURBT) se realiza primero para saber cuán lejos se ha extendido el cáncer en la pared de la vejiga. La quimioterapia seguida por la cistectomía radical (extirpación de la vejiga y los ganglios linfáticos cercanos) es entonces el tratamiento convencional. La cistectomía parcial es pocas veces una opción para los cánceres en etapa III.

La quimioterapia (quimio) que se suministra antes de la cirugía (con o sin radiación) puede encoger el tumor, lo que puede facilitar la cirugía. Además, la quimioterapia puede eliminar cualquier célula cancerosa que se haya propagado a otras áreas del cuerpo, así como ayudar a las personas a vivir por más tiempo. Puede ser especialmente útil para los tumores T4 que se han extendido fuera de la vejiga. Cuando se administra la quimioterapia primero, se pospone la cirugía para remover la vejiga.

Este retraso no es un problema si la quimioterapia reduce el tamaño del cáncer, pero puede ser perjudicial si el tumor continúa creciendo durante la quimioterapia. A veces, la quimioterapia reduce el tamaño del tumor lo suficiente como para que la terapia intravesical o la quimioterapia con radiación sea posible en lugar de la cirugía.

Algunos pacientes reciben quimioterapia después de la cirugía para
eliminar cualquier célula cancerosa que haya quedado después de la cirugía y que sea tan pequeña que no se pueda ver. La quimioterapia que
se administra después de la cistectomía puede ayudar a los pacientes a estar sin cáncer por más tiempo, pero hasta el momento no está claro si ayuda a los pacientes a vivir por más tiempo. Si se encuentra cáncer en los ganglios linfáticos cercanos, se puede necesitar radiación después de la cirugía. Otra opción es la quimioterapia, pero solo si no se le administró antes de la cirugía.

Una opción para algunos pacientes con tumores pequeños e individuales (algunos T3) podría ser el tratamiento con una segunda (y más extensa) resección transuretral (TURBT) seguida por una combinación de quimioterapia y radiación. Si aún se encuentra cáncer cuando se repite la cistoscopia, es posible que se necesite una cistectomía.

Para los pacientes que ya hayan sido sometidos a cirugía y cuyo tumor aún presenta un alto riesgo de regesar, el medicamento de inmunoterapia nivolumab (Opdivo) podría ser una opción que, al administrarse tras la cirugía, se toma por hasta un año. Para los pacientes que no pueden someterse a una cirugía debido a otros problemas de salud graves, las opciones de tratamiento pueden incluir TURBT, terapia intravesical, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia o alguna combinación de estos tratamientos.

Tratamiento del cáncer de vejiga en etapa IV: Estos cánceres han alcanzado la pared abdominal o pélvica (T4b), o se han propagado a los ganglios linfáticos adyacentes (cualquier N) y/o se han propagado a partes distantes del cuerpo (M1). Los cánceres en etapa IV son muy difíciles de eliminar por completo.

La quimioterapia (con o sin radiación) suele ser el primer tratamiento si el cáncer no se ha extendido a partes distantes del cuerpo (M0). Luego se vuelve a evaluar el tumor. Si parece que el tumor desapareció, la quimioterapia con o sin radiación o cistectomía son opciones. Si aún hay signos de cáncer en la vejiga, puede que se recomiende quimioterapia con o sin radiación, cambiar a otro tipo de quimio, probar con un medicamento de inmunoterapia o la cistectomía.

La quimioterapia con o sin radiación es generalmente el primer tratamiento cuando el cáncer no se ha extendido a partes distantes del cuerpo (M1). Después de este tratamiento, se vuelve a evaluar el cáncer. Si parece que el cáncer desapareció, se puede administrar un refuerzo de radiación a la vejiga o se puede hacer una cistectomía. Si aún hay signos de cáncer, entre las opciones se podría incluir la quimio, la radiación, ambas al mismo tiempo, y la inmunoterapia.

En la mayoría de los casos, la cirugía (incluso cistectomía radical) no puede eliminar todo el cáncer. Por lo tanto, el tratamiento se concentra en retrasar el crecimiento y la propagación del cáncer para ayudarle a vivir más tiempo y a sentirse mejor. Si la cirugía es una opción de tratamiento, es importante entender cuál es el objetivo de la operación, ya sea tratar de curar el cáncer, ayudar a que la persona viva por más tiempo, o ayudar a prevenir o aliviar los síntomas de la enfermedad.

Las personas que no pueden tolerar quimioterapia debido a otros problemas de salud pueden recibir radioterapia o un medicamento de inmunoterapia. A veces se hace una derivación urinaria sin cistectomía para prevenir o aliviar un bloqueo de orina que podría producir daño grave a los riñones. Debido a que es improbable que el tratamiento cure estos cánceres, muchos expertos recomiendan participar en un estudio clínico

Tratamiento del cáncer de vejiga que progresa o recurre: si el cáncer continúa creciendo durante el tratamiento (progresa) o regresa (recurre) tras haber finalizado el tratamiento, las opciones de tratamiento dependerán de la localización y de cuánto se ha propagado el cáncer, los tratamientos que ya fueron empleados, el estado general de salud del paciente y su opinión sobre si desea tratamiento adicional.

Entender la meta de cualquier tratamiento adicional es importante ya sea tratar de curar el cáncer, reducir su crecimiento o ayudar a aliviar los síntomas, así como los beneficios y riesgos que sean propensos a ocurrir. Por ejemplo, el cáncer de vejiga no invasivo de la pared muscular del órgano menudo recurre en la vejiga. El nuevo cáncer se puede encontrar en la misma localización del cáncer original o en otras partes de la vejiga. A menudo, estos tumores son tratados de la misma manera que el tumor original. Pero si el cáncer continuar recurriendo, puede que sea necesaria una cistectomía (extirpación de la vejiga). Para algunos tumores no invasivos que siguen creciendo incluso con el tratamiento con BCG, otras opciones podrían incluir inmunoterapia​ con pemrolizumab (Keytruda) o on nadofarangene firadenovec (Adstiladrin).

Por otro lado, los cánceres que recurren en partes distantes del cuerpo pueden ser más difíciles de extirpar con cirugía y otros tratamientos, como quimioterapia, inmunoterapia, terapia dirigida o radioterapia. Para obtener más información sobre cómo lidiar con la recurrencia, refiérase al contenido sobre la recurrencia del cáncer.

En algún momento, puede ser evidente que los tratamientos ya no estén controlando el cáncer. Si el paciente quiere continuar con el tratamiento, puede considerar participar en un estudio clínico de tratamientos más nuevos para el cáncer de vejiga que sean recomendables. Aunque los estudios clínicos no siempre son la mejor opción para cada persona, puede que le beneficien, a otros pacientes en el futuro.

Por lo general, el tratamiento del cáncer de vejiga se basa en la etapa clínica cuando se diagnostica por primera vez. Esto incluye cuán profundo se cree que el cáncer ha invadiendo en la pared de la vejiga y si se ha extendido fuera de la vejiga. Otros factores, como el tamaño del tumor, la rapidez con que crecen las células cancerosas (grado) y el estado de salud general, así como las preferencias de la persona, también afectan las opciones de tratamiento.

P.- Volvemos una y otra vez a la misma sustancia, el tabaco. ¿Qué otras causas pueden influir en su aparición?

R.-Desde el equipo de expertos de urólogos del Hospital La Paz, el
tabaquismo, que es el factor de riesgo más importante para el cáncer de vejiga, existen otros factores de riesgo como la exposición a sustancias industriales. Los productos químicos conocidos como aminas aromáticas, tales como la bencidina y la beta-naftilamina, que se usan algunas veces en la industria de los colorantes, pueden causar cáncer de vejiga.

Los trabajadores de otras industrias que utilizan ciertos productos químicos orgánicos también pueden tener un mayor riesgo de cáncer de vejiga. Entre las industrias con mayor riesgo se incluyen los fabricantes de goma, cuero, textiles y productos para pinturas, así como las compañías de imprenta. Otros trabajadores con un riesgo aumentado de cáncer de vejiga incluyen: pintores, peluqueros (probablemente debido a la exposición excesiva a los colorantes de cabello), operarios de máquinas, tipógrafos y conductores de camiones (probablemente debido a la exposición a los gases de diésel).

El fumar cigarrillos y la exposición a determinadas condiciones laborales pueden actuar en forma conjunta para que se origine el cáncer de vejiga. Por lo tanto, los fumadores que también trabajan con sustancias químicas que causan cáncer, como las mencionadas anteriormente, tienen un riesgo especialmente alto de cáncer de vejiga. Ciertas medicinas o suplementos herbarios

Según la Agencia Americana FDA el uso del medicamento pioglitazona contra la diabetes está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de vejiga. El riesgo parece ser mayor cuando se utilizan dosis más altas. Los suplementos alimenticios que contienen ácido aristolóquico (principalmente de hierbas de la familia de Aristolochia) han sido asociados con un mayor riesgo de cánceres uroteliales, incluyendo cáncer de vejiga.

Arsénico en el agua potable: El arsénico en el agua potable ha sido asociado con un mayor riesgo de cáncer de vejiga en algunas partes del mundo. La probabilidad de exponerse al arsénico depende del lugar donde usted vive y si usted recibe su agua de un pozo o de un sistema público de agua que reúna las normas de seguridad de bajo contenido arsénico. Para la mayoría de los estadounidenses, beber agua no constituye una fuente principal de arsénico.

No beber suficientes líquidos: Las personas que beben muchos líquidos, especialmente agua, todos los días suelen tener tasas más bajas de cáncer de vejiga. Esto se puede deber a que vacían sus vejigas más a menudo, lo que podría evitar que sustancias químicas permanezcan mucho tiempo en sus vejigas.

Existen otros factores de riesgo que una persona no puede cambiar y están relacionados como la raza, la edad o el sexo. Asimismo, otros factores pueden ser defectos congénitos de la vejiga, o el uso de la quimioterapia.

Raza y origen étnico: Las personas de raza blanca son doblemente más propensas a padecer cáncer de vejiga que las personas de raza negra y los hispanos. Los estadounidenses de raza oriental y los indios estadounidenses tienen tasas ligeramente más bajas de cáncer de vejiga. Las razones de estas diferencias no son bien conocidas.
Edad:  El riesgo de padecer cáncer de vejiga aumenta con la edad. Se reporta que alrededor de 9 de 10 personas que tienen cáncer de vejiga son mayores de 55 años.

Incidencia según el sexo: El cáncer de vejiga es mucho más frecuente en los hombres que en las mujeres.

Irritación e infección crónica de la vejiga: Las infecciones urinarias, los cálculos renales y en la vejiga, los catéteres de la vejiga que se usan por mucho tiempo, así como otras causas de irritación crónica (de larga duración) de la vejiga, se han asociado al cáncer de vejiga (especialmente con el carcinoma de células escamosas de la vejiga), pero no está claro si en realidad causan cáncer de vejiga.

La esquistosomiasis (también conocida como bilharziasis), una infección con un gusano parasitario que puede penetrar a la vejiga, también es un factor de riesgo para el cáncer de vejiga. Los cánceres de células escamosas de vejiga son más frecuentes en los países donde este parásito es común (principalmente en África y el Oriente Medio). En los Estados Unidos, esta es una causa muy rara de cáncer de vejiga.

Antecedente personal de cáncer de vejiga u otro cáncer urotelial: Los carcinomas uroteliales pueden a veces originarse en diferentes áreas de la vejiga, así como en el revestimiento de los riñones, los uréteres y la uretra. Tener cáncer en el revestimiento de cualquier parte del tracto urinario implica un mayor riesgo de tener otro cáncer, ya sea en la misma zona que antes, o en otra parte del tracto urinario. Esto es así incluso cuando el primer tumor se extirpó totalmente. Por esta razón, las personas que han tenido cáncer de vejiga necesitan un seguimiento minucioso para detectar nuevos cánceres.

Defectos congénitos de la vejiga: Antes del nacimiento, hay una conexión entre el ombligo y la vejiga que se llama uraco. Si parte de esta conexión permanece después del nacimiento, podría volverse cáncer. Los cánceres que se originan en el uraco a menudo son adenocarcinomas, formados por células de las glándulas cancerosas. Aproximadamente una tercera parte de los adenocarcinomas de vejiga se originan en este lugar. Sin embargo, estos cánceres son poco comunes, representando menos de la mitad del 1% de todos los cánceres de vejiga. Otro defecto de nacimiento poco común que se conoce como extrofia aumenta en gran medida el riesgo individual de padecer cáncer de vejiga.

En la extrofia de la vejiga, tanto la vejiga como la pared abdominal enfrente de la vejiga no se cierran por completo durante el desarrollo del feto y se han fusionado juntas. Esto deja el revestimiento interno de la vejiga expuesto fuera del cuerpo. Una cirugía realizada poco tiempo después del nacimiento puede cerrar la vejiga y la pared abdominal (y reparar otros defectos relacionados), pero las personas que presentan este defecto aún tienen un mayor riesgo de infecciones urinarias y cáncer de vejiga.

Antecedente familiar y genética: Las personas que tienen familiares con cáncer de vejiga tienen un mayor riesgo de padecer este cáncer. A veces esto se puede deber a que los miembros de la familia están expuestos a los mismos productos químicos causantes de cáncer (como los del humo de tabaco). Además, puede que ellos compartan cambios en algunos genes (como GST y NAT) que hacen más difícil que el cuerpo descomponga ciertas toxinas, lo cual puede provocar que sean más propensos a padecer cáncer de vejiga.

Un pequeño número de personas hereda un síndrome genético que aumenta su riesgo de cáncer de vejiga. Por ejemplo: Una mutación del gen de retinoblastoma (RB1) puede causar cáncer de ojo en infantes, y también aumentar el riesgo de cáncer de vejiga.

La enfermedad de Cowden: causada por mutaciones en el gen PTEN, está relacionada principalmente con cánceres de seno y tiroides. Las personas con esta enfermedad también tienen un mayor riesgo de cáncer de vejiga. El síndrome de Lynch (también conocido como cáncer colorrectal hereditario no poliposo o HNPCC, por sus siglas en inglés), se asocia principalmente con el cáncer de colon y de endometrio. Las personas con este síndrome también pueden tener un mayor riesgo de cáncer de vejiga, así como de otros cánceres del tracto urinario.

Para más información sobre pruebas para detectar cambios genéticos que
aumentan el riesgo de cáncer, consulte Comprensión de las pruebas genéticas para el cáncer.

Quimioterapia o radioterapia: El uso del medicamento de quimioterapia ciclofosfamida por mucho tiempo puede irritar la vejiga y aumentar el riesgo de cáncer de vejiga. A las personas que toman este medicamento a menudo se les pide que tomen mucho líquido para ayudar a proteger la vejiga de la irritación.

Las personas que reciben tratamientos con radiación a la pelvis tienen más probabilidades de padecer cáncer de vejiga.

P. Algunos datos indican que los españoles, poco a poco, están quitando
el miedo a los urólogos, ¿qué le diría al resto?

R.- Yo trasladaría a la población que hay que perder el miedo a ir al urólogo antes de que sea tarde. La Urología es una de las especialidades donde más avances tecnológicos se han producido y es pionera en la cirugía robótica y mínimamente invasiva.

En el cáncer la detección precoz es fundamental, sin embargo, en el de próstata es más importante si cabe debido a su prevalencia, a la posibilidad de progresión de manera asintomática y a que «permite que los tratamientos sean menos agresivos y tengan menor impacto en la calidad de vida del paciente

Y es que, es en Urología donde más avances se han producido. Para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata el desarrollo tecnológico ha permitido que, con la biopsia fusión de próstata, se pueda conseguir un diagnóstico certero minimizando los efectos colaterales. «Con este nuevo procedimiento combinamos la ecografía con la imagen de la resonancia magnética multiparamétrica, que es la herramienta de imagen más avanzada, y podemos hacer un abordaje transperineal para tomar muestras de las zonas sospechosas y garantizar un diagnóstico certero sin los riesgos de infección por punción que había hasta la fecha.

P.- Usted es investigador, ¿qué avances tenemos en este tipo de
cánceres en estos momentos?

R.- Como investigador y doctor de La Paz, comentaría que los tratamientos
convencionales para el cáncer de vejiga incluyen cirugía, quimioterapia y
radioterapia. Sin embargo, los avances recientes están mejorando la
eficacia de estos métodos.

Innovaciones en Cirugía:
La cistectomía, que implica la extirpación de la vejiga, ha sido un pilar en el tratamiento del cáncer de vejiga. Los avances tecnológicos, como la cirugía robótica, han mejorado la precisión y reducido la morbilidad asociada con este procedimiento.
Quimioterapia y Radioterapia:
La quimioterapia y la radioterapia han evolucionado significativamente. El desarrollo de fármacos más eficientes y la precisión en la radioterapia han mejorado las tasas de supervivencia y reducido los efectos secundarios. Terapias Innovadoras y Tratamientos Emergentes. Más allá de los métodos tradicionales, hay innovaciones significativas en el tratamiento del cáncer de vejiga que están cambiando el panorama.
Inmunoterapia:
La inmunoterapia, que utiliza el sistema inmunitario del cuerpo para combatir el cáncer, ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento del cáncer de vejiga avanzado. Medicamentos como pembrolizumab y atezolizumab se están utilizando con éxito, mejorando la supervivencia en muchos pacientes.
Terapias Dirigidas:
Las terapias dirigidas, que se enfocan en genes y proteínas específicos que contribuyen al crecimiento del cáncer, están emergiendo como opciones de tratamiento efectivas. Estas terapias tienden a tener menos efectos secundarios que la quimioterapia convencional.
Avances en Terapia Génica y Molecular:
La terapia génica y los estudios moleculares están abriendo nuevos caminos en el tratamiento del cáncer de vejiga. Estas técnicas, aún en fase experimental, prometen personalizar el tratamiento según la genética del tumor de cada paciente.
El Futuro del Tratamiento del Cáncer de Vejiga:
La investigación en el campo del cáncer de vejiga es más activa que nunca, lo que indica un futuro prometedor para los pacientes.
La Personalización del Tratamiento:
El futuro del tratamiento del cáncer de vejiga se orienta hacia la personalización, con terapias diseñadas para adaptarse a las características genéticas específicas de cada tumor.
Integración de la Inteligencia Artificial:
La integración de la inteligencia artificial en el diagnóstico y tratamiento
del cáncer de vejiga podría mejorar la precisión y eficacia de los
tratamientos, además de ayudar en la detección precoz de la enfermedad.

P.- ¿Qué evolución se pronostia para este cáncer en los próximos años?

R.- Importante decir que se están llevando a cabo investigaciones sobre el
cáncer de vejiga en muchos hospitales universitarios, centros médicos, y
en otras instituciones en todo el mundo. Cada año, los científicos realizan más descubrimientos sobre las causas de la enfermedad, cómo encontrarla lo antes posible, y cómo tratarla mejor. La mayoría de los expertos está de acuerdo en que se debe considerar tratamiento en un estudio clínico para cualquier tipo o etapa de cáncer de vejiga. De esta manera, las personas pueden recibir el mejor tratamiento disponible y también pueden obtener los nuevos tratamientos que se cree sean incluso mejores. Los tratamientos nuevos y prometedores discutidos en este artículo solo están disponibles en estudios clínicos.

Comprensión de los cambios genéticos en el cáncer de vejiga: Los científicos han aprendido mucho sobre las diferencias entre las células normales y las cancerosas de la vejiga. También están aprendiendo la forma en que estas diferencias ayudan a las células cancerosas a crecer y propagarse a otras partes del cuerpo.

Los investigadores ahora están buscando pruebas que encuentren
cambios genéticos en las células cancerosas de la vejiga para ayudar a
predecir el pronóstico de una persona (perspectiva). Estos cambios en los genes también pueden ayudar al médico a elegir el mejor tratamiento, o ser útil para encontrar cánceres de vejiga que vuelvan a aparecer (recurrir) después del tratamiento.

Así, también se espera que este conocimiento se pueda utilizar para desarrollar nuevas formas de tratar el cáncer de vejiga, y quizás también maneras de detectarlo.

Pruebas urinarias para detectar cáncer de vejiga: Existen varias pruebas más recientes para detectar sustancias en la orina que podrían ayudar a mostrar si una persona tiene cáncer de vejiga. Estas pruebas se usan principalmente para ayudar a diagnosticar cáncer de vejiga o para detectar cáncer que ha regresado (recurrencia) en personas que ya han sido tratadas. Actualmente, los investigadores analizan si estas pruebas pudieran ser útiles más temprano para detectar cáncer de vejiga en personas que no presentan síntomas. (Consulte ¿Se puede descubrir el cáncer de vejiga en sus comienzos?).

Tratamiento del cáncer de vejiga: Actualmente se estudia muchos tipos de tratamientos nuevos para el cáncer de vejiga.

Cirugía: Algunos cirujanos están empleando una manera más nueva de cistectomía (extirpación de la vejiga) en la que ellos se sientan frente a un panel de control en el quirófano y usan los brazos robóticos para realizar la cirugía.

Este método, conocido como cistectomía robótica, permite que el cirujano opere a través de varios cortes (incisiones) pequeños en lugar de una grande. Esto puede acortar el tiempo que una persona necesita para estar en el hospital y ayudar a los pacientes a recuperarse más rápido después de la cirugía.

Este tipo de cirugía ya se emplea para tratar otros cánceres, tal como cáncer de próstata. Sin embargo, aún no está claro si es tan eficaz, o tal vez incluso mejor, que la cirugía convencional para extraer la vejiga. Este método se ha estado estudiando para determinar si éste es el caso.

Otra área clave de la investigación es evaluar cómo utilizar mejor otros tratamientos junto con la cirugía para preservar tanta vejiga como sea posible. Los investigadores están utilizando diferentes combinaciones de quimioterapia, radiación e inmunoterapia para preservar la vejiga.

Terapia intravesical: Los investigadores están evaluando varios medicamentos nuevos para determinar si al suministrarlos en la vejiga después de la cirugía, éstos pueden ayudar a reducir el riesgo de que el cáncer regrese. Se espera que se puedan encontrar algunos medicamentos que sean mejores y/o más seguros que los medicamentos utilizados actualmente. También se necesitan nuevos medicamentos para tratar el cáncer de vejiga que no responde a la terapia con BCG. Se están realizando muchas investigaciones sobre este tema.

Los estudios actuales también están evaluando el uso de diferentes medicamentos de quimioterapia para la terapia intravesical, así como diferentes maneras de llevar a cabo los tratamientos. Por ejemplo, los estudios están buscando combinaciones de medicamentos para saber si hay una mejor respuesta de la célula cancerígena, así como agregar un gel a los medicamentos para mantenerlos en contacto con las células cancerosas por un período más prolongado. Consulte Terapia intravesical para cáncer de vejiga para obtener más información sobre cómo se suministran los medicamentos directamente en la vejiga para tratar este cáncer.

Terapia fotodinámica: Algunos investigadores están tratando de averiguar si la terapia fotodinámica (PDT) podría ser útil en el tratamiento de los cánceres de vejiga en etapas tempranas. En la PDT, se inyecta un  medicamento sensible a la luz en la sangre que se acumula en las células cancerosas en unos cuantos días. Luego un tipo especial de rayo láser se enfoca en el revestimiento interno de la vejiga a través del cistoscopio. La luz cambia el medicamento en las células cancerosas a una nueva sustancia  química que puede destruirlas.

Una ventaja de la terapia fotodinámica consiste en que puede destruir células cancerosas con muy poco daño a las células normales adyacentes. Una desventaja es que la sustancia química tiene que activarse mediante
la luz, y por eso, sólo se pueden tratar de esta manera cánceres localizados cerca de la superficie del revestimiento de la vejiga. La luz no puede alcanzar los cánceres que han crecido más profundamente en la pared de la vejiga o se han propagado a otros órganos.

Terapia dirigidad: A medida que los investigadores aprenden más sobre los cambios en las células de la vejiga que causan que se transformen en cáncer, ellos han comenzado a investigar medicamentos para combatir estos cambios. Los medicamentos de terapia dirigida ya se utilizan para tratar muchas otras clases de cáncer. Estos medicamentos funcionan de distinta manera que los medicamentos de la quimioterapia convencional. Puede que los medicamentos de terapia dirigida funcionen en algunos casos cuando los medicamentos de quimioterapia no sean eficaces, y suelen causar diferentes efectos secundarios (a menudo menos graves).

Algunos de estos medicamentos que se han investigado para el cáncer de vejiga, incluyen lapatinib y erlotinib. Otros medicamentos actúan contra los vasos sanguíneos que permiten que los tumores crezcan. Estos medicamentos se llaman medicamentos antiangiogénesis. Algunos de estos incluyen el bevacizumab, sorafenib, cabozantinib y el pazopanib , los cuales ya se están usando para tratar algunos otros tipos de cáncer. Actualmente, se estudia el uso de estos medicamentos contra el cáncer de vejiga, usualmente combinados con quimioterapia.

Terapia génica: La terapia génica (agregar o alterar los genes actuales del interior de las células cancerosas u otras células en el cuerpo) es un nuevo método de tratamiento que se está probando para el cáncer de vejiga. Un enfoque de la terapia génica usa virus especiales que han sido alterados en el laboratorio. El virus se inyecta en la vejiga e infecta a las células cancerosas. Cuando esta infección ocurre, el virus inyecta un gen en las células que puede ayudar a las células del sistema inmunitario a combatir el cáncer. Este y muchos otros métodos de terapia génica aún están en sus etapas iniciales de desarrollo.