OkSalud
Alzheimer

Diferencias entre el Alzheimer y la demencia senil

El Alzheimer y la demencia senil son enfermedades que pueden confundirse por manifestar síntomas que son similares, aunque poseen grandes diferencias.

Los peores alimentos para el cerebro

Alertan de que una mínima cantidad de alcohol es suficiente para modificar el cerebro

El cerebro recoge las señales de amenaza y las convierte en miedo: posible vía a nuevas terapias

El Alzheimer y la demencia senil son enfermedades que pueden confundirse por manifestar síntomas que son similares, aunque poseen grandes diferencias. Una es parte de la otra, forma parte de un amplio abanico de opciones con las que se manifiesta. Es importante disponer de un buen diagnóstico. En este caso será el neurólogo el que debe hacer las pruebas necesarias para poder determinar si se trata de un Alzheimer o una demencia senil, administrando en la medida de lo posible el tratamiento necesario. De esta manera, el paciente podrá empezar a luchar contra una enfermedad que es devastadora y no solo le afecta a él, sino también a todo su entorno.

Diferencias entre el Alzheimer y la demencia senil

Llevándolo a cifras, quienes sufren Alzheimer son cerca de un 70% de quienes padecen algún tipo de demencia. Esto significa que la idea de demencia senil abarca a la de Alzheimer pero no son sinónimos necesariamente. Justamente por esto y por algunos otros detalles que veremos es que es un error alternar tales términos.

Demencia: síntomas y causas

Demencia es una acepción que engloba algunos de los trastornos cerebrales que impiden al individuo desarrollar conexiones neuronales de forma normal, incluyendo dificultad para hilar pensamientos, falta de memoria, etc. Aunque el Alzheimer es una clase de demencia, la más común que se ha registrado, hay muchas otras.

Los síntomas de la demencia en cualquiera de sus variantes comienzan con signos que pueden parecer casuales. Por ejemplo, olvidarse las llaves de casa o del coche. Esto no quiere decir que quien se olvide las llaves de su vivienda o su vehículo tenga una enfermedad, pero debemos estar atentos a estos episodios.

Otras señales de que alguien de nuestro entorno o nosotros mismos podríamos estar conviviendo con demencia son la incapacidad para concentrarnos, las dificultades para razonar o comunicarnos, hasta las alucinaciones.

¿Y qué pasa con el Alzheimer?

Dadas las similitudes que hay entre la demencia como un término general y el Alzheimer en particular, muchos pacientes a los que en principio se les diagnostica demencia senil luego son diagnosticados con esta afección.

Su supervivencia oscila entre los tres y los doce años, y tarde o temprano necesitan de atención permanente especializada en centros médicos porque se ven imposibilitados de llevar a cabo tareas básicas en el hogar.

Según ha establecido la ciencia, en la enfermedad del Alzheimer el daño en el cerebro se inicia algunos años antes de que pueda ser detectado como consecuencia de la acumulación anormal de placas y ovillos neurofibrilares, que le causa a este órgano la muerte de las células nerviosas y ese deterioro por el cual su calidad de vida va a menos.