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Diabulimia: Cuando la diabetes conduce a un trastorno alimenticio

Algunos expertos aseguran que sus efectos son mucho más graves que los de la anorexia o la bulimia

¿Quién no ha oído hablar nunca de desórdenes alimenticios como la anorexia o la bulimia? Incluso los términos de nuevo cuño se han labrado un hueco en la mente del individuo, que desde ahora extrema la precaución en este tipo de casos. Hablamos de la vigorexia, la ortorexia, la potomanía o la pregorexia. Sin embargo, ¿conoces la diabulimia? Aunque sea un concepto desconocido por la mayoría, sus efectos son mucho más devastadores que los del resto de trastornos.

Dos enfermedades en una

Estamos ante la peligrosa combinación entre la diabetes y la bulimia.

La diabetes en una afección provocada por la incapacidad del páncreas de producir suficiente insulina, o cuando el organismo no recurre a ella de forma correcta. Ante esta situación, el paciente debe administrarse una dosis adicional de esta hormona que toma glucosa de la sangre y la transporta al interior de las células para utilizarla como fuente de energía. Este proceso tan habitual para los diabéticos conlleva, en algunas ocasiones, un notable aumento de peso.

En un primer momento, este cambio no afecta a la salud del individuo. No obstante, los pacientes más jóvenes deciden abandonar el tratamiento con tal de no engordar, desencadenando así un trastorno conocido como diabulimia. Su peligrosidad no reside únicamente en el rechazo hacia la insulina, un comportamiento que combinan con los síntomas propios de la bulimia. Esta consiste en un atracón de comida seguido de una compensación extrema en forma de ayuno, ejercicio físico excesivo, vómitos o el uso de laxantes.

Síntomas y efectos secundarios

Casi el 30% de las diabéticas son propensas a sufrir la enfermedad.

Si el joven diabético sufre esta afección cada vez más común, según las estadísticas su prevalencia puede ser del 30% en las mujeres de entre 18 y 30 años, el desenlace puede ser fatal. Y es que la diabulimia está acompañada de unos síntomas y efectos secundarios de gran riesgo para el paciente. La atención y el control por parte del entorno del paciente es fundamental para determinar un diagnóstico favorable.