Descubre cuándo puede surgir una infección renal
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Si bien es difícil no sufrir algún problema en las vías urinarias a lo largo de la vida, no todos estos problemas son similares entre sí, al menos en lo que respecta a su origen, y por eso debemos atenderlos. Saber cómo y cuándo puede surgir una infección renal es importante para poder atacar esta problemática, así que vamos a repasar algunos de los aspectos claves que deberías tener en cuenta al sufrirla.
Antes, siempre que hablamos de infecciones renales, nos referimos a aquellas infecciones dentro de las vías urinarias que, por lo general, comienzan en la uretra o en la vejiga, y que con el paso del tiempo acaban por afectar los riñones. Médicamente, se las conoce como pielonefritis.
El mayor inconveniente de este trastorno es que la infección renal cause un daño permanente sobre los riñones, algo que no puede descartarse hasta las últimas instancias y, bajo otras circunstancias, que la infección se disemine a través del torrente sanguíneo, poniendo en juego la vida.
Síntomas de una infección renal
Dado que el tratamiento de la infección renal no sólo involucra la receta de antibióticos por parte del profesional de la salud, sino que además podría requerir hospitalización, es fundamental entonces detenerse en aquellos síntomas que pueden estar alertando de su presencia.
Entre esas señales o indicios sobresalen algunos como la fiebre, los escalofríos, dolor en regiones como la espalda, los costados o la ingle, dolor abdominal, necesidad constante de orinar, a veces acompañada de cierto ardor o dolor al hacerlo, náuseas y vómitos, pus o sangre en la orina, etc.
Causas de las infecciones renales
El surgimiento de las infecciones renales suele producirse cuando alguna de las bacterias que ingresan en las vías urinarias, por medio del tubo que transporta la orina, la uretra, se salen de control y se desplazan a los riñones. En pocos casos, pueden acceder por el torrente sanguíneo.
Ciertas condiciones, como el poseer una articulación artificial o una válvula cardíaca, tienden a aumentar la probabilidad de estos diagnósticos, considerando que multiplican las bacterias. Así puede surgir una infección renal.
Por otro lado, hay algunos factores de riesgo que conviene no perder de vista, como el simple hecho de ser mujer, ya que éstas están más propensas a las infecciones porque, al ser más corta su uretra, las bacterias requieren de recorrer un camino menor hasta generar esos desequilibrios internos.
Algo similar puede decirse de todos aquellos que tienen un sistema inmunitario débil o debilitado, tal vez por padecer enfermedades previas, como por ejemplo la diabetes o también el VIH.
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