Cuántos kilómetros aguantan las zapatillas de running

Una de las principales armas de cualquier corredor, además de los entrenamientos, la dieta y el descanso, son las zapatillas. Es algo que saben más que de sobra los aficionados al running. Utilizar en exceso un calzado puede resultar contraproducente para nuestra salud, sobre todo si no queremos acabar lesionados. En este artículo te explicamos cuántos kilómetros aguantan las zapatillas de running.

Se trata de un tema muy serio, que no debe pasarse por alto. En todo momento debe imperar la seguridad, comodidad y amortiguación sobre el diseño, colores o modelos. Esto último lo dejaremos para el calzado de calle. Nuestras piernas y pies merecen que se les trate bien, sobre todo si vamos a correr unos cuantos kilómetros a la semana. Con el paso de los meses el daño se multiplicaría y acabar lesionado no resulta agradable para nadie por el parón y el dinero que entraña la recuperación en fisioterapeutas.

La vida media de una zapatilla oscila entre los 800 y los 1.200 kilómetros. Basta con fijarse en el estado de la suela para saber si hay que cambiar el calzado o no. Ten en cuenta que las zapatillas realizan las mismas funciones que un neumático, y con el uso se va originando un desgaste que dificultará el golpeo del pie con el suelo. Cada cierto tiempo sería necesario revisar el desgaste del calzado de correr.

Si no controlas muy bien los kilómetros que realizas a la semana, podrías tomar como referencia otros parámetros para sustituir las zapatillas. Los que entrenan entre tres y cinco días, podrían cambiarlas cada seis meses, mientras que los que se ejercitan por debajo, entre uno y dos días, una vez al año. Son simplemente tiempos de referencia que variarán en cada caso, en función del tipo de zapatilla y la pisada.

Por lo tanto, olvídate de alargar la vida del calzado hasta que se te salga el dedo gordo. Puede que resulta complicado llegar a esos 1.000 kilómetros, pero la moda del running va en aumento y son muchos los deportistas que realizan esas cifras.

Pero, no sólo hay que fijarse en el estado de la suela. Suele ocurrir también con bastante frecuencia que la zapatilla presente por fuera un aspecto envidiable, pero por dentro los materiales, como las plantillas, tengan un gran desgaste. Por lo tanto, antes de sufrir una lesión deberías sustituir el calzado.

Invertir en unas zapatillas de running es invertir en salud, así que no escatimes a la hora de comprar una que sea de calidad y te aporte la suficiente seguridad. En muchos casos se recomienda antes de empezar a correr visitar la consulta de un podólogo. Después de realizar unas pruebas de pisada puede orientarte sobre el tipo de zapatilla más adecuada en función de tus condiciones, ya seas pronador, supinador o neutro.

Por suerte, los aficionados al running no tienen que desembolsar una cantidad de dinero muy elevada para practicar ese deporte, por lo que pueden permitirse gastar 80 o 100 euros en comprar calzado de calidad cada cierto tiempo.