¿Cuánto queso debo tomar a la semana?
Entre los tipos de lácteos, el queso es un rico alimento que debe tomarse con cierta precaución. ¿Cuánto queso tomar a la semana? Sigue estos consejos.
A pesar de su rico valor nutricional, se trata de un alimento sumamente controvertido. Tanto que hay especialistas que desaconsejan su consumo o limitan sustancialmente las porciones a ingerir. De allí que la pregunta ‘cuánto queso debo tomar’ es de las más escuchadas en los consultorios de nutricionistas o cardiólogos. La respuesta no suele ser la misma en todos casos. Varía en función de las características de cada persona, así como del tipo de producto que se consuma.
Como ocurre con prácticamente la totalidad de los alimentos, los excesos son malos. Además, más allá de una dieta equilibrada, siempre será necesario un estilo de vida lo más alejado posible del sedentarismo. Procurando igualmente mantener a raya los niveles de angustia y estrés.
Raciones recomendadas, según el tipo de queso
En líneas generales, los quesos madurados deben limitarse a unos 300 gramos a la semana, como máximo. Aunque se trata de productos que ofrecen una alta concentración de nutrientes, también vienen acompañados por muchas grasas saturadas. Un factor que termina por favorecer la obesidad y que puede influir negativamente en la salud cardiovascular.
Cuando son quesos frescos o blandos, las raciones pueden llegar hasta los 700 gramos semanales. Gracias a que conservan gran parte del suero de leche y su índice de agua es de alrededor de 60%, son preparaciones con una menor concentración de grasas y de sodio.
En el mercado hay gran variedad de fórmulas desnatadas. Cuajadas que aun cuando ofrecen una menor concentración de grasas y en ocasiones tampoco llevan sal añadida, también deben consumirse con moderación.
¿Cuánto queso debo tomar si soy intolerante a la lactosa?
Esto dependerá del grado de intolerancia de cada persona. Si se trata de un caso extremo, lo mejor es evitar completamente los lácteos y sus derivados. Por otra parte, algunas presentaciones aseguran ser: “naturalmente libres de lactosa”. ¿Es esto posible? Más allá de los procesos industriales que eliminan las enzimas azucaradas de la leche, muchos quesos pierden estos componentes durante su fabricación. Por lo que su consumo no supone ningún inconveniente para este grupo de personas.
Manchego y Cheddar son dos ejemplos de quesos con baja o nula composición de lactosa. (No más del 2%). En el extremo opuesto se ubican el panela, ricotta o feta. Productos que deben ser evitados al máximo por aquellos que presentan esta condición.
Calcio y colesterol
Como derivados lácteos, los quesos suponen una rica fuente de calcio y otros minerales beneficiosos para la salud. El problema está en que pueden elevar peligrosamente los niveles del colesterol malo. ¿Cuánto queso tomar en una semana? No te excedas de las dosis recomendadas y siempre con moderación.
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