Covid, celiaquía y polio entran en el listado de crónicas: Sanidad margina de nuevo la obesidad
La decisión evidencia una contradicción difícil de justificar en términos clínicos y de salud pública


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A pesar de ser una de las principales causas de muerte prematura y estar estrechamente relacionada con enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión y algunos tipos de cáncer, la obesidad ha vuelto a quedar fuera del reconocimiento institucional como enfermedad crónica. La ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado con satisfacción la inclusión de cuatro patologías —covid persistente, celiaquía, dolor crónico no oncológico y secuelas de la polio— en el Plan Operativo 2025-2028 de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad, pero ha ignorado una de las pandemias silenciosas más graves de nuestra época.
La decisión evidencia una contradicción difícil de justificar en términos clínicos y de salud pública, y deja sin respuesta a millones de personas que viven con una condición que requiere seguimiento, prevención y tratamiento estructurado dentro del sistema sanitario.
La ministra celebró en la red social X el «consenso» alcanzado con todas las comunidades autónomas para aprobar el nuevo plan, que prevé que los gobiernos regionales activen rutas asistenciales y equipos multidisciplinares que garanticen cuidados y derechos a los pacientes con las enfermedades ahora reconocidas como crónicas.
La Estrategia de Abordaje de la Cronicidad es uno de los pilares fundamentales del Sistema Nacional de Salud (SNS) y busca promover una atención integrada, equitativa y centrada en las personas. En este modelo, la Atención Primaria juega un papel clave como eje de coordinación, cercanía y atención domiciliaria para pacientes con complejidad clínica o social. El plan también insiste en la importancia de una coordinación sociosanitaria eficaz entre distintos niveles y sectores del sistema.
El Plan Operativo 2025-2028, da continuidad al marco establecido en 2021, incorporando las lecciones aprendidas y nuevas recomendaciones para avanzar en la aplicación efectiva de la estrategia. Su objetivo es reforzar la cohesión del SNS y ofrecer una respuesta más integrada y proactiva a las necesidades de quienes padecen enfermedades crónicas.
Enfermedades reconocidas
En cuanto a las nuevas enfermedades reconocidas, el plan establece circuitos específicos y protocolos de seguimiento para los afectados por covid persistente. En el caso de la celiaquía, apuesta por mejorar el diagnóstico precoz y la formación tanto de profesionales como de pacientes, fomentando su empoderamiento para asegurar una adecuada adherencia a la dieta sin gluten.
Respecto a las secuelas de la polio, propone fortalecer la detección y ofrecer cuidados personalizados, mientras que para el dolor crónico no oncológico se plantea un enfoque multidisciplinar con alternativas terapéuticas que reduzcan el uso excesivo de analgésicos, especialmente opioides, y mejoren el control del dolor desde una perspectiva integral.
Obesidad: enfermedad crónica
El 23% de la población adulta española tiene obesidad y se estima que, en 2030, la padecerán el 30% de los adultos en España, y el 37%, en 2035. Por esto los expertos hacen un llamamiento y establecen que la obesidad debería reconocerse como enfermedad crónica.
Las novedades terapéuticas como tratamiento pasan por nuevos fármacos y combinaciones de fármacos para ayudar a perder peso y aumentar la masa muscular, así como la ampliación de las indicaciones de la cirugía bariátrica.
La obesidad tendría que ser una enfermedad crónica
Los médicos internistas expresan la importancia que tiene este problema en todo el mundo. Creen que la obesidad debe tener un proceso asistencial claramente definido para atender a los pacientes.
Recuerdan que la prevalencia de la obesidad en la población adulta española es del 23%, pero, según el World Obesity Atlas 2023, se estima que para el año 2030 será del 30% y, para el 2035, del 37%.
En España, es más prevalente en las autonomías del sur de España que en las del norte. Ello lo establece el Estudio ENPE que da también a conocer que se da más en varones y la obesidad abdominal lo es más en mujeres.
Hay determinadas edades donde este problema puede ser más acusado. Si bien puede ser notable en cualquier edad, se reconoce que va aumentando a medida que cumplimos años, especialmente a partir de los 65 – 70 años.
Ahora bien, es un problema que preocupa en la infancia porque cada vez hay más niños y adolescentes que la sufren, puesto que la obesidad aumenta un 2,5% interanual en este grupo de población, según diversas sociedades científicas y estamentos dedicados a su manejo.
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