¿Cómo hacer algunas preguntas incómodas a tu pareja?
Seguro que más de una vez te habrás preguntado cómo hacer algunas preguntas incómodas a tu pareja. Aquí te contamos cómo hacerlo.
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Ocurre tanto en relaciones que apenas atraviesan su periodo de luna de miel, como en aquellas con años y décadas. Hacer preguntas incómodas a tu pareja forma parte recurrente de cualquier noviazgo o matrimonio. Sin importar el estado de salud que atraviesa esta unión. En ocasiones aparecen por ‘accidente’, de manera casual. Otras tantas la curiosidad crece de tal forma, que saciar ese instinto se hace necesario. Mientras que cuando la duda genera molestias, lo mejor es llenar de luz cualquier sombra.
Así como todas las relaciones de pareja son únicas, no a todas las personas se les pueden hacer las mismas preguntas. O al menos no de la misma forma. Asimismo, hay que saber seleccionar el momento justo para indagar.
Qué se puede preguntar
Teóricamente, cualquier cosa. Un noviazgo consolidado o un matrimonio, implica que hay confianza absoluta entre los implicados. O al menos un nivel cercano al máximo posible. Si esto no es así, ya hay un problema evidente.
Claro que cada quien tiene rasgos de personalidad únicos. Esto hace que ciertos temas puedan resucitar más sensibles que otros. Por lo que la clave no solo está en qué preguntar. Sino en cómo (de qué manera) y cuándo (en qué momento). En estas variables reside mucho del éxito de esta empresa.
Algunos temas ‘clásicos’ giran en torno a infidelidad (¿has sido infiel alguna vez?) o prontuario criminal (¿alguna vez has estado preso?). La posible atracción hacia personas del mismo sexo es otro tópico que despierta mucho interés. En un tono un poco más ‘serio’ aparecen dudas como ¿dónde te ves viviendo en cinco años? Lo mismo que ¿tienes algún plan para la vejez?
Preguntas incómodas a tu pareja. ¿Un juego?
Durante la infancia y la adolescencia son comunes los juegos de preguntas incómodas entre amigos. Este tipo de ‘actividades lúdicas’ pueden ser muy útiles para romper el hielo y dar entrada a los temas incómodos.
También como parte de la diversión, estos interrogatorios pueden llevarse a la alcoba, como parte de la intimidad. Lo que puede constituir una buena manera de aumentar la confianza y salir de la rutina.
Sin temor a las respuestas
Para hacer algunas preguntas incómodas a tu pareja es fundamental no temer a las posibles respuestas. Aunque estas pudiesen resultar muy dolorosas. Tampoco se puede juzgar a la otra persona si lo que se obtiene no concuerda con las ideas propias. De igual forma, bajo ningún concepto se debe hacer uso de esta información de manera negativa o como un chantaje en el futuro.
Si existen dudas, mejor preguntar. Un error típico de muchas relaciones es dar todo por supuesto. Y aun cuando se conozcan muy bien, siempre pueden existir aspectos por descubrir.
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