Cáncer de próstata: estos son los beneficios de la terapia de protones frente al tumor más frecuente en hombres

En este momento, el cáncer de próstata es el más frecuente en la población masculina, tanto en España como en el resto del mundo occidental. Pero, además, desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) afirman que durante el pasado año se diagnosticaron alrededor de 35.000 de nuevos casos de estos tumores, con una incidencia aproximada de 150 casos por 100.000 habitantes, estable desde el 2000. Más de 300 nuevos diagnósticos cada día, nada menos, con una edad media de 66 años.

Y aunque la supervivencia a estos tumores en España se eleva por encima del 90%, actualmente genera mucha incertidumbre en los pacientes ya que dependiendo del tipo de tumor y del momento del diagnóstico las expectativas pueden variar ampliamente.

Qué tratamientos son habituales y qué avances existen

El Dr. Raymond Miralbell, director científico del Centro de Protonterapia Quirónsalud, explica con detalle que el tratamiento recomendado «depende del estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico pudiendo ir desde una simple vigilancia activa para los casos indolentes y poco agresivos hasta una hormonoterapia con o sin quimioterapia para los casos más avanzados, los metastásicos».

Según sea el caso, añade, «recomendaremos el tratamiento más adaptado, incluyendo por ejemplo la extirpación quirúrgica de la próstata o la radioterapia con o sin hormonoterapia».

Con respecto a los avances, ha señalado que las novedosas técnicas quirúrgicas de cirugía robótica por vía laparoscópica «reducen significativamente el tiempo de hospitalización y el sangrado durante la intervención de los pacientes operados».

Pero, además, detalla el especialista que también «la radioterapia estereotáxica de alta precisión en pocas sesiones diarias, cinco lo más habitual, en una semana, o diez días, que ha reducido significativamente las 40 sesiones diarias en ocho semanas de antaño».

Haciendo alusión a un estudio reciente, el ONE-SHOT trial, propone una sola sesión de tratamiento con técnicas de tratamiento guiado por la imagen, «como un tipo “GPS”, llamado Calypso, que permite el trazado de la próstata en tiempo real durante cada sesión para ajustar al milímetro la balística de los haces según los movimientos aleatorios de la próstata durante la irradiación».

Esta alta tecnología sanitaria, apunta, «permite administrar una megadosis de irradiación a un pequeño volumen cómo si de una radiocirugía se tratase», explica el doctor Miralbell, que ya ha utilizado esta técnica en el Centro Médico Teknon de Barcelona donde también trabaja.

Los beneficios de la protonterapia

Además, siguiendo la línea de los tratamientos disponibles, así como los avances técnicos de la ciencia, con el fin de combatir el cáncer de próstata, el Dr. Miralbell, explica que la protonterapia también ha demostrado beneficios para determinados pacientes.

La protonterapia es una técnica exacta y precisa de radioterapia que utiliza haces de protones para tratar tumores minimizando la irradiación de tejidos sanos. «En esta terapia», expone, «los protones se aíslan partir de átomos de hidrógeno, a los que se extrae el único electrón del que disponen. Esto se obtiene en potentes aceleradores y sus características físicas les permiten ‘esculpir’ de manera óptima la dosis en el tumor y a su alrededor, respetando de esta manera los tejidos sanos circundantes».

Mayor precisión para no dañar los órganos sanos

Algo en lo que coincide el Dr. Ignacio Azinovic, director médico del Centro de Protonterapia Quirónsalud, el primero de sus características en España tanto en la sanidad pública como privada. Debido a una mayor exactitud y precisión del tratamiento con haces de protones, «aumenta la posibilidad de control local tumoral, en particular en tumores radio-resistentes y/o ubicados a proximidad de órganos sanos radiosensibles que limitan la dosis tolerable». Por último, subraya que la reducción de la dosis a los tejidos sanos, respecto a técnicas con fotones, «puede significar una disminución de los efectos indeseables de los tratamientos de radioterapia y una mejora en la calidad de vida post-tratamiento».

No obstante, y a pesar de los beneficios de este tratamiento, la protonterapia no ha formado parte hasta ahora del arsenal terapéutico habitual para el tratamiento del cáncer de próstata ya que, como explican ambos expertos, los tratamientos contemporáneos con Rayos X y técnicas de alta precisión han demostrado una gran eficacia con un saldo de toxicidad mínimo.

Y a todo ello había que añadir el número reducido de instalaciones de Protonterapia, e incluso inexistente hasta 2019, cuando se trató el primer paciente en España con esta terapia. «Sin embargo, con el cambio de paradigma descrito anteriormente que recomienda tratamientos de hipofraccionamiento extremo para la irradiación de la próstata, de los nódulos tumorales en su interior o para la irradiación selectiva de las regiones ganglionares adyacentes, perfilan un futuro extremadamente prometedor en el campo del tratamiento curativo, no invasivo, del cáncer de próstata con protones ya que podremos administrar dosis superiores que con rayos X y con mejor focalización», concluye Azinovic.

De hecho, en el Centro de Protontarapia de Quirónsalud, ubicado en Pozuelo de Alarcón (Madrid), ya han tratado a pacientes con cáncer de próstata en áreas ganglionares después de una cirugía.

20 sesiones diarias frente a las 37 sesiones de tratamientos clásicos

«El tratamiento consiste en 20 sesiones diarias con un hipofraccionamiento moderado al tener que irradiar un volumen importante de tejido ganglionar pélvico. De este modo, reducimos casi la mitad las 37 sesiones diarias habituales de los tratamientos clásicos para casos similares», explica el Dr. Miralbell.

Al haberlos acabado recientemente, no podemos más que comunicar una excelente tolerancia durante el tratamiento. Un seguimiento exhaustivo permitirá evaluar los efectos secundarios y la respuesta a medio-largo plazo en los casos así tratados.

Otras indicaciones de la protonterapia

«Básicamente, podríamos decir que todo paciente, para el qué una reducción de la dosis a los órganos críticos circundantes sea prioritaria es potencialmente candidato a un tratamiento con protones», añade el Dr. Azinovic.

En este sentido, los tumores intraoculares fueron una de las primeras indicaciones de la protonterapia para evitar la enucleación ocular. Concretamente, los melanomas coroideos precisan de altas dosis para su curación, pero al estar rodeados de órganos sanos muy sensibles, críticos, cómo son el nervio óptico, la mácula, el cristalino, la glándula lacrimal, la retina, comprometen las posibilidades de un tratamiento eficaz y seguro por medios convencionales.

Un ejemplo son los tumores situados en la base de cráneo cerca del agujero occipital y del tronco cerebral, difíciles de extirpar y resistentes a las dosis administrables con radioterapia convencional. También en el caso de los tumores pediátricos en los que que, por su elevado nivel de curación, es prioritario reducir a toda costa los efectos secundarios inducidos por las radiaciones en los órganos en crecimiento, desarrollo integral y la inducción de cánceres radioinducidos en la vida adulta.

Cáncer de próstata, la importancia de las revisiones

En varones con antecedentes familiares de cáncer de próstata en uno o más familiares de primer grado (padres o hermanos) un control anual de PSA me parece recomendable a partir de los 50 años ya que en estos casos es menos frecuente que el cáncer sea indolente. En estos casos un diagnóstico precoz tiene toda la razón de ser, según el Dr. Azinovic.

Además, explican ambos especialistas, la mayor de parte de casos de cáncer de próstata están relacionados con el envejecimiento y los progresivos cambios espontáneos en el genoma que ello conlleva. Aún así aproximadamente un 10 a 15% de cánceres avanzados y agresivos de próstata presentan una mutación germinal hereditaria en un oncogén (genes supresores de tumores).

Por todo ello, existen familias con alta predisposición a sufrir cáncer de próstata comparado con la población en general. Un varón adulto con un padre o un hermano diagnosticado de cáncer de próstata tiene un riesgo doble de desarrollar la misma enfermedad que un adulto sin estos antecedentes; si son dos parientes de primer grado, por ejemplo, un hermano y el padre, que sufren la enfermedad el riesgo es entonces el triple.

En caso de agregación de más de tres casos en una familia y alguno de los casos diagnosticados en edad temprana (antes de los 55 años) una consulta de consejo genético es recomendable.