Así es el viaje emocional de las mujeres que recurren a un tratamiento de reproducción asistida
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«El diagnóstico de infertilidad es uno de los momentos más complicados en el viaje emocional de las personas que quieren tener un hijo y no lo logran de manera natural. Pero también hay otros a lo largo de este recorrido especialmente delicados, como la fase anterior, en la que se acumulan meses de fracasos reproductivos y aquella en la que, en pleno proceso, se cambia de una técnica a otra de mayor complejidad porque, con la utilizada, no se consigue el embarazo». Así ha explicado Raquel Urteaga, miembro del Comité Permanente del Grupo de Interés por la Psicología de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), cómo es el viaje emocional de una mujer que recurre a un proceso de reproducción asistida durante el encuentro «La fertilidad: un viaje por explorar», organizado por la compañía de ciencia y tecnología Merck en el marco del Día Mundial de la Fertilidad y en el que también ha participado la actriz Miriam Giovanelli, quien tuvo que recurrir a ayuda para concebir y que ha contado, por primera vez, cómo vivió esta experiencia.
Etapas del viaje: de la ilusión al aprendizaje
«Con el diagnóstico de infertilidad se genera lo que llamamos ‘el duelo de la salud reproductiva’, que generalmente conlleva distintas etapas a nivel psicológico: se pasa del shock o la negación inicial a la rabia, la impotencia, la frustración. Tras esto, negociamos, de alguna manera, con nosotras mismas, con el entorno, a veces con la pareja, con el médico… ¿Y qué se puede hacer? Vamos buscando opciones y en la mayor parte de los casos, las
pacientes aceptan recurrir al proceso para intentarlo», continúa Urteaga, que incide en la importancia de contar con apoyo psicológico especializado para ayudar a gestionar todas estas emociones.
De hecho, las mujeres que acuden ayuda profesional para concebir reconocen que se necesitaría una mayor atención psicológica. Así lo recogió la Encuesta Merck «Primeros pasos hacia la maternidad» que Merck publicó en 2021 y que señalaba que el 41 por ciento de las encuestadas que han vivido esta experiencia considera que este es el principal aspecto a mejorar del tratamiento. Según Raquel Urteaga, se recurre a las unidades de psicología de reproducción asistida generalmente tarde. «La ayuda médica a la paciente debe englobar tanto la parte física como la parte psicológica. Cuerpo y mente somos uno, no nos podemos dividir» y apunta, «en los tratamientos de reproducción, todos ponemos el foco en la mujer porque, obviamente, lleva toda la carga física y una gran carga emocional, pero no
olvidemos que las parejas, para aquellas que la tienen, también sufren, pero de manera diferente y en muchas ocasiones, están incomprendidas».
Por su experiencia, Miriam Giovanelli, que sí contó con apoyo psicológico durante su proceso reproductivo, se reconoce afortunada. «Aun sintiéndome absolutamente apoyada y sostenida por mi entorno recurrí a terapia. Tuve que aprender a transitar por este proceso como nunca antes lo había hecho, dedicando tiempo físico y mental a lo que provocaba mi sufrimiento. Sin duda, ha sido un viaje emocional que me ha aportado nuevas herramientas que sigo utilizando a día de hoy».
Falta de información y tabúes
El silencio que la rodea (en muchas ocasiones por la vergüenza, la presión social y el fracaso que supone a nivel personal), la falta de información (por ejemplo, sobre las implicaciones reales de retrasar la maternidad) y los tabúes que siguen existiendo en torno a la infertilidad (cerca del 80% de las españolas de entre 20 y 45 años considera que existen tabúes alrededor de la infertilidad, según la «Encuesta Merck: Fertilidad en España. Deseos y Realidad» de 2022), son tres grandes losas que pesan sobre esta enfermedad, facilitan la estigmatización de quienes la sufren y llevan a considerar la infertilidad un tema que debe ocultarse. Un ocultamiento que hace aún más dura la situación. «En mi caso, lo intenté durante un año sin éxito y fue una íntima amiga quien me animó a hacerme pruebas para descartar cualquier problemática. Fue entonces cuando escuché por primera vez términos como ‘reserva ovárica’ y ‘hormona antimulleriana’. En ese instante, empecé a buscar información sobre un tema que no conocía y sobre el que me costaba mucho encontrar respuestas, precisamente por el silencio que ha habido en torno a la infertilidad», explica la actriz.
Miriam, que reconoce que lo más duro para ella fue «gestionar los miedos que surgen durante el proceso», ha decidido sumarse a esta iniciativa «porque en el imaginario colectivo la fertilidad se da por descontada, lo que vuelve ese camino más silencioso y frustrante. Me gustaría que contar mi experiencia sirviese para ayudar a liberar esa presión y permita a otras recorrerlo más ligeras».
Precisamente con el fin de apoyar a estas personas y para facilitarles información de rigor y calidad elaborada por profesionales sanitarios, Merck puso en marcha el año pasado un completo y único ecosistema digital llamado «Concibe» que tiene como objetivo informar y acompañar a las mujeres en su camino a la fertilidad a través de su portal web y sus redes
sociales (Instagram y Tik Tok), con especial foco en trasladar información a mujeres jóvenes.
«Hemos apostado por crear un entorno seguro donde poder informarse de todo lo que rodea a la fertilidad a través de esta plataforma, y ofrecer ese contenido de forma atractiva y fácil, sobre todo para poder generar concienciación en chicas que seguramente no tengan proyectos de maternidad a corto plazo, pero sí lo deseen a largo plazo», comenta Paula
Rodríguez, directora de la Unidad de Fertilidad de Merck en España y concluye, «la información sobre fertilidad debe comenzar cuanto antes para poder tomar decisiones correctas en el futuro».
10 consejos para afrontar el proceso
Con el fin de ofrecer herramientas para gestionar las emociones que las pacientes viven durante el proceso de reproducción asistida, Merck y la SEF ofrecen 10 consejos que pueden ayudar a «recorrer el camino» de una forma más liviana:
1. Ante el diagnóstico, permítete sentir las emociones que surjan. Es normal sentirse muy triste, culpable, con miedo. No las tapones, volverán con más fuerza.
2. No pierdas de vista tu objetivo. Es importante focalizar nuestra atención en aquello que queremos conseguir.
3. Busca ayuda psicológica especializada desde el principio. Si no lo haces, recurre a ella si llevas dos semanas consecutivas con gran malestar emocional. Aliviará tu carga y vivirás el proceso de una forma más liviana.
4. No permitas que el tratamiento o la infertilidad se conviertan en el centro de tu vida, es solo un área de la misma.
5. Mantén apoyo social: amigos, familia. En ocasiones es positivo generar nuevos lazos, incluso con personas que estén pasando una situación similar a la tuya.
6. Mantén actividades placenteras previas o busca nuevos hobbies.
7. Fomenta tu autocuidado, hará que te sientas más segura, procura una buena higiene del sueño y aprende alguna técnica de relajación.
8. Mantén una dieta saludable, sin tóxicos, te hará sentir más involucrada en tu proceso. Realiza ejercicio físico moderado, ya que reduce la ansiedad y aumenta la sensación de bienestar.
9. Practica la asertividad: entrénate en respuestas ante preguntas molestas, o rehúsa planes demasiado dolorosos en este momento para ti.
10. Busca información veraz en fuentes médicas especializadas. Minimiza la sensación de inseguridad.