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Alerta sanitaria por los palitos de pescado del supermercado: los nutricionistas se ponen serios

En más de una ocasión, la industria alimentaria puede convertirse en la peor enemiga de quienes buscan una dieta saludable. Muchos de los productos que podemos comprar en las tiendas intentan engañar a los consumidores publicitándose de una forma poco clara o directamente fraudulenta. Por eso es importante este aviso sobre los palitos de pescado del supermercado.

Éste es un artículo popular en los supermercados españoles pero, si le preguntamos a quienes lo ingieren, no sabrían decirnos de qué están hechos. No es casualidad, ya que la información nutricional que arrojan nada tiene que ver con sus supuestos contenidos.

Entonces, ¿cómo están elaborados los palitos de pescado del supermercado?

En pocas palabras, se elaboran con una especie de pasta que tiene una proporción mínima de cangrejos y pescados. Básicamente, toda la pasta está hecha con desperdicios de especies marítimas que no pueden ser vendidas en otros productos. Como en muchos ámbitos más, la industria aprovecha los restos de los elementos importantes y los transforma en «consumibles».

El resultado de ello es una pasta con gran cantidad de grasas y azúcares, por no detenernos en otros añadidos poco sanos. Probablemente habrás notado su característico color rojizo, que se debe a colorantes como la tartrazina o carmín de cochinilla. Quiere decir que ni siquiera su tono es real. Mucho menos el uso de altos porcentajes de pescado o cangrejo en su elaboración.

¿Qué dicen los nutricionistas?

Dado que su deber es alertarnos de estas trampas de los supermercados y las demás tiendas, los profesionales en la materia advierten que casi todos los productos  marítimos procesados llevan trozos de pescado, proteína de huevo y aceites vegetales. Obtienen así una mezcla que, con los aditivos correctos, sabe similar a lo que sería pescado. Sólo una ilusión de las papilas gustativas.

Por otro lado, ni siquiera desde el plano puramente nutricional puede recomendarse su ingesta. Las proteínas que recibimos de esos palitos no son de origen animal, como deberían. En verdad son proteínas de origen vegetal añadidas para cumplir con las normas.

Respecto a los pescados de los que no debes fiarte, lo mejor es dejar de lado aquellos que llaman la atención por su precio bajo. Muchos provienen del río Mekong, en el sudeste asiático, donde las aguas contaminadas pueden convertirlos en una amenaza.

Finalmente, ciertas personas -como las embarazadas y los niños menores de diez años- deberían evitar la ingesta regular de atún. Entidades como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición aconsejan reducirlo hasta alcanzar una edad prudente.