Los expertos advierten: los alérgicos tendrán este año síntomas hasta agosto
los alérgicos al polen se enfrentan a una primavera moderada-intensa, con una mayor concentración de gramíneas, sobre todo en Madrid y Toledo
Los alergólogos somos fundamentales en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades alérgicas
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Las alergias aparecen cuando el sistema inmunitario reacciona ante una sustancia extraña (como el polen, el veneno de abejas o la caspa de las mascotas) o un alimento que no provoca una reacción en la mayoría de las personas. En concreto en España, hay más de 8 millones de personas afectadas y en 2050, se calcula que el 50% de la población padecerá esta patología.
Así, los alérgicos al polen se enfrentan a una primavera moderada-intensa, con una mayor concentración de gramíneas, sobre todo en Madrid y Toledo, que alcanzarán los 6.000/7.000 granos de polen por metro cúbico, según las previsiones de la Sociedad Española de Alergología o Inmunología Clínica (SEAIC).
El presidente del Comité de Aeoribiología Clínica de la SEAIC, el doctor Juan José Zapata, ha señalado que este año, con los cambios climáticos constantes, muestran que este tipo de pacientes mostrarán síntomas al menos hasta agosto. «Tenemos un ambiente para un polialérgico servido hasta aproximadamente finales de agosto. Tratar a un paciente con esta sintomatología se nos ha hecho mucho más difícil, por lo que es muy importante hacer un diagnóstico personalizado, de precisión, que vaya a la causa de la sensibilidad para que se aplique el tratamiento de una manera más correcta», ha detallado.
Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) se prevé que más de un tercio de la población mundial pueda presentar alergia respiratoria en unas décadas, constituyendo los pólenes una de las sensibilizaciones más relevantes. En el centro peninsular son especialmente relevantes los pólenes de las gramíneas, olivo, plátano de sombra y cupresáceas.
En el primer trimestre del año se ha observado un comportamiento atípico de la polinización de las plantas cupresáceas, características de esta época. Las inusuales altas temperaturas vividas desde finales de enero han provocado un adelanto de los picos de polinización. Sin embargo, para poder determinar la intensidad de la primavera de este año en las diferentes zonas geográficas, el Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC ha utilizado los datos de temperatura, precipitaciones y humedad suministrados por la Agencia Estatal de Meteorología junto con los datos históricos de pólenes de gramíneas de las diferentes estaciones de la Red de Captadores de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica y asesorados por el Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla La Mancha.
Las previsiones resultantes tras el análisis exhaustivo de los datos, indican que los índices en el centro peninsular prometen variar en función de su localización. «La primavera en el centro peninsular será variable en cuanto a la concentración de gramíneas, oscilando entre los menos de1.000 granos/m3 de Teruel, Zaragoza y Huesca, los 7.000 granos/m3 de Toledo, y los 5000-6000 granos/m3 de Ciudad Real y de Madrid», explica el doctor Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC.
En resumen, este año se prevé que, con motivo de las temperaturas tan altas que se han registrado al inicio del año y la gran cantidad de precipitaciones que ha habido en el mes de febrero, el polen se mantenga más tiempo en el ambiente: lo que puede provocar que los síntomas de la alergia sean más persistentes.
Aumento de incidencia
El cambio climático es una realidad incuestionable. Según datos de la AEMET, este enero ha sido el más cálido desde que hay registros: con una temperatura media sobre la España peninsular de 8,4 °C, valor que queda 2,4 °C por encima de la media de este mismo mes.
Y es que el cambio climático afecta en el momento, la dispersión, la cantidad y la calidad de los alérgenos, así como en la distribución y en la gravedad de las enfermedades alérgicas. El aumento de las temperaturas y la falta de precipitaciones se han posicionado como factores determinantes en el momento y la forma de polinización de las plantas, influyendo así en la sintomatología de los pacientes alérgicos.»En consecuencia, aumenta la incidencia de las enfermedades respiratorias como el asma, la rinitis alérgica y la conjuntivitis. Además, cambia la distribución y la cantidad de polen en las áreas urbanas, así como los periodos y la duración de las temporadas con mayores niveles de polen», señala la profesora Carmen Andreu, secretaria de la SEAIC.
Por su parte, la contaminación también se ha consolidado como un factor con repercusiones determinantes en las enfermedades alérgicas al afectar al momento, dispersión, cantidad y calidad de los aeroalérgenos, y la distribución y gravedad de las enfermedades alérgicas. «Hemos observado un aumento de la sensibilidad a los alérgenos y un agravamiento de los síntomas de los pacientes alérgicos. Además, las partículas contaminantes pueden irritar la mucosa nasal, la piel y la conjuntiva ocular, de modo que los alérgenos penetren con mucha más facilidad», señala la profesora Carmen Andreu, secretaria de la SEAIC.
Cómo tratar la alergia al polen
En este contexto, los alergólogos han incidido en la importancia de mirar los niveles de polen de cada día para saber qué medidas se deben tomar y, si es necesario, no salir de casa, así como detectar qué tipo de alergia se tiene y a que polen en concreto para que el tratamiento sea más personalizado y haga el mayor efecto posible.
Con respecto al tratamiento con inmunoterapia, es decir, la vacunación, que hace posible la curación de la alergia, el doctor Juan José Zapata ha advertido de que, debido a las condiciones meterológicas mencionadas, «se está produciendo un ambiente de polialergia, donde los pacientes tienen diferentes alergias y sensibilidad a otras nuevas alergias».
«Tenemos un ambiente para un polialérgico servido hasta aproximadamente finales de agosto. Tratar a un paciente con esta sintomatología se nos ha hecho mucho más difícil por lo que es muy importante hacer un diagnóstico personalizado, de precisión, que vaya a la causa de la sensibilidad para que se aplique el tratamiento de una manera más correcta», ha detallado el doctor Zapata.
En lo que respecta a la posibilidad de curación de las alergias al polen, el experto ha explicado que esta es posible aunque, para ello, es «necesario saber qué alérgeno es el que está produciendo la patología y los síntomas» ya que, aunque en las pruebas de la alergia salgan diferentes alergias, no todas ellas producen síntomas ni se convierten en una alergia principal.
«Se pondrá la vacuna al polen donde el paciente realmente tiene responsable su sintomatología y hacemos que el paciente no tenga síntomas y se puede curar. Es un tema muy complejo que no siempre todo es blanco o negro y no olvidemos que es una enfermedad genética por lo que podemos curar la sensibilidad a un alérgeno, pero no la predisposición genética a tener una alergia», ha añadido.
Por su parte, el presidente de la SEAIC, Ignacio Dávila, ha incidido en que «es muy importante determinar los niveles de polen para que los pacientes eviten salir de casa», pero también para las empresas distribuidoras de fármacos porque «ha habido épocas donde han tenido una carestía de bronco tratadores».
También ha resaltado la importancia de que se de una mayor formación en alergología en las universidades porque «las enfermedades alérgicas son muy propias del siglo XXI)» y «debe ser el alergólogo» el que evalúe a los pacientes con alergia al polen porque «en ocasiones también tienen otras alergias».
«Los alergólogos somos fundamentales en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades alérgicas. Ante el aumento imparable de su prevalencia y dado que el paciente alérgico tiene cada vez una patología más compleja que requiere una mayor dedicación de tiempo y de recursos, incrementar la dotación de alergólogos en el sistema sanitario es la única respuesta posible. Por ello, también resulta de gran importancia promover la formación de esta especialidad y aumentar así la presencia de alergólogos en los Cuerpos Docentes de los grados de Medicina», ha declarado.