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El alcohol en el cerebro del adolescente: éstas son las secuelas que persisten en la edad adulta

Su consumo crónico en forma de episodios de atracón reduce la memoria, el aprendizaje y el control emocional

Investigaciones revelan el impacto en proteínas clave del sistema nervioso y en la generación de nuevas neuronas

La adolescencia es una etapa clave en el desarrollo cerebral, lo que hace que el consumo de alcohol en este período sea especialmente preocupante. Aunque socialmente se normaliza, la ciencia advierte de sus riesgos: afecta la memoria, el aprendizaje y el control emocional dejando secuelas que pueden persistir en la vida adulta. Según Gonzalo Herradón, decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, las consecuencias del consumo de alcohol en la adolescencia pueden ser más profundas y duraderas de lo que se creía. 

Investigaciones recientes llevadas a cabo en la Universidad CEU San Pablo han evidenciado que el consumo crónico intermitente de alcohol reduce los niveles de pleiotrofina (PTN) en el hipocampo, una región fundamental para la memoria y el aprendizaje. Herradón explica que, si bien el cerebro cuenta con mecanismos de adaptación a dosis moderadas de alcohol, la exposición prolongada y en episodios de atracón, común en adolescentes, interrumpe estas respuestas, favoreciendo la neurodegeneración.

Además, el alcohol afecta la neurogénesis y el equilibrio de las redes perineuronales. En modelos animales, se ha observado que los ratones expuestos al alcohol durante la adolescencia presentan una disminución significativa de células neuronales jóvenes en el giro dentado del hipocampo. Estos cambios podrían estar relacionados con alteraciones en la memoria, el aprendizaje y el control de impulsos, problemas frecuentemente asociados al consumo de alcohol en edades tempranas.

Otro aspecto relevante es la respuesta de las células gliales, responsables de la respuesta inmune e inflamatoria en el cerebro. Según el experto, «la proteína pleiotrofina reduce la activación glial producida por el consumo de alcohol por lo que disminuiría la neuroinflamación que produce esta droga».

Los expertos advierten que la combinación de neuroinflamación, pérdida de neurogénesis y alteración de la plasticidad sináptica puede tener consecuencias duraderas en el cerebro joven. «Comprender los mecanismos por los cuales el alcohol afecta al cerebro adolescente es clave para desarrollar futuras estrategias que ayuden a mitigar estos daños», concluye Herradón.