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El 80% de la población va a padecer esta patología crónica: así la puedes prevenir

La incidencia está aumentando por la mayor esperanza de vida y otros factores relacionados con la actividad profesional, los malos hábitos posturales, la vida sedentaria y el alto índice de obesidad

El dolor lumbar o lumbalgia es uno de los principales problemas de salud crónica en España, de manera que cada vez es mayor el número de personas derivadas a los servicios de Reumatología por este motivo.

Una cifra que se puede ver incrementada en los próximos años puesto que «es una afección cuya incidencia va en aumento progresivamente debido sobre todo al incremento en la esperanza de vida de la población, así como a otros factores que están más relacionados con la actividad profesional, los malos hábitos posturales, el hecho de llevar una vida sedentaria y el alto índice de obesidad», según ha advertido el Dr. Julio Sánchez, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), durante una ponencia en el marco del 51º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología que se está celebrando en Madrid.

Un estudio sobre la prevalencia de esta patología calcula que en 30 años se superarán los 800 millones de afectados a nivel mundial, ha señalado el especialista, recordando al mismo tiempo que «la lumbalgia supone un coste sociosanitario muy alto, ya que representa la principal causa de incapacidad laboral en personas menores de 50 años».

Durante su intervención el Dr. Sánchez ha insistido en la necesidad de manejar correctamente esta problemática «principalmente buscando y tratando las posibles causas como obesidad, vida sedentaria y hábitos posturales inadecuados, puesto que al mantenerse activos y evitar el sobrepeso se consigue que la espalda sufra menos en la ancianidad. La edad es irreversible, pero no todas las espaldas llegan igual a las edades en las cuales la artrosis y los trastornos degenerativos suelen empezar a ser un problema de salud. Después identificando y tratando las causas más específicas de la lumbalgia, aunque en realidad son menos frecuentes». En cuanto a su patogenia (origen), -ha añadido- «es muy variable. Las causas del dolor lumbar son muy numerosas y en su mayor parte siguen siendo inespecíficas».

Los pilares del tratamiento

En este sentido, ha insistido en que la mayor parte de revisiones siguen recomendando el ejercicio y la actividad física como pilares más importantes del tratamiento, con apoyos puntuales de los analgésicos, las infiltraciones y la terapia psicológica, aunque existe mucha variabilidad en los diferentes estudios. «Realizar ejercicios para fortalecer la musculatura de la espalda y el abdomen, y cuidar la postura al sentarse o al levantar objetos son medidas que pueden reducir la probabilidad de sufrir dolor lumbar. Además, recuerda que la realidad científica ha demostrado que tratar de recuperar la actividad diaria ayuda significativamente en la recuperación de las personas que sufren dolor lumbar. El ejercicio hay que realizarlo adaptado a la limitación física de la persona en ese momento». En este sentido, el proyecto «Reumafit» de la Sociedad Española de Reumatología tiene videos y documentos de interés para prevenir y/o mejorar el dolor lumbar.

Unidades multidisciplinares

Para el Dr. Sánchez, las Unidades del aparato locomotor, en las que se realiza un trabajo conjunto de Reumatología y otras especialidades son imprescindibles. «Como piedra angular en el manejo de la lumbalgia crónica debería estar el paciente. Alrededor de él estamos los especialistas que tratamos de forma habitual esta patología, cada uno con su tarea específica: especialistas en Reumatología, Rehabilitación, Psiquiatría, Médicos de Atención Primaria, Fisioterapia, Neurocirugía, Unidades del dolor, etcétera. Todos podemos aportar nuestro granito de arena en la valoración o directamente en el tratamiento», ha defendido.

En su opinión, «se debe pensar en el paciente como protagonista principal en el manejo y tratamiento de esta patología. No se trata solo de quitarle el dolor, sino de poner los medios para que el problema remita y pueda volver a su actividad habitual sin recaídas, y eso supone adquirir hábitos de vida saludables, evitar la vida sedentaria y la obesidad, realizar ejercicios… Los analgésicos y las infiltraciones deberían ser apoyos puntuales, y la cirugía el último eslabón del tratamiento».