4 consejos para volver a entrenar después de una lesión
Cuando entrenamos de una manera adecuada, aumentando las cargas con progresión, con el volumen y la intensidad adecuados y adaptando las sesiones a nuestros objetivos y estado de forma, posiblemente evitemos sufrir alguna lesión. Es la solución para continuar progresando durante más tiempo, sin riesgo de tener que parar. Pese a seguir al pie de la letra estas recomendaciones, siempre puede surgir algún imprevisto o accidente que nos deje tocados, como puede ser un mal calentamiento, un exceso de trabajo o porque el cuerpo no se encontrase preparado en ese momento para dar lo mejor de si. En esta ocasión te presentamos 4 consejos para volver a entrenar después de una lesión.
Cuando notes cualquier tipo de molestia acude a tu médico o fisioterapeuta para que trate la lesión y además te aporte una serie de pautas que te vendrán de maravilla para agilizar el proceso de recuperación.
1. Tener mucha paciencia
A la hora de hablar de recuperación de una lesión no podemos marcarnos un objetivo. Hay que ser pacientes. Debemos mentalizarnos de que volveremos a la actividad cuando estemos restablecidos del todo de las molestias y nunca antes. Esperaremos el tiempo que sea preciso para recuperarnos del todo. Cuando alcancemos este punto será el momento de retomar los ejercicios.
2. Nunca dejar de entrenar
Puede que suframos alguna lesión que nos aporte mucho dolor, pero seguramente esta parte del cuerpo no nos impida entrenar otras zonas. Si notamos molestias en los hombros eso no implica que no se pueda ejercitar las piernas. Aunque no puedas hacer remo o correr, si que tienes la posibilidad de continuar con tu preparación en una bicicleta estática o en una elíptica.
Comprobarás que esto resulta mucho más positivo que quedarnos en casa sin hacer nada. Los parones nunca son buenos, sobre todo porque se acaban cogiendo unos cuantos kilos de más y luego nos costará mucho deshacernos de ellos.
3. Ir aumentando la carga poco a poco
Después de estar varias semanas en el dique seco, la vuelta a los entrenamientos debe ser progresiva. Comenzaremos con una intensidad inferior a lo que estamos acostumbrados, para que de esta manera los músculos vuelvan a adaptarse al estímulo. Se trata de que vuelvan a sentirse activos después de un tiempo parados.
En los entrenamientos de fuerza no consiste en levantar la carga que venías elevando. Empieza por un peso bajo para ir aumentándolo progresivamente con el paso de los días.
4. Estirar y hacer ejercicios de rehabilitación
Siempre existe la posibilidad de mejorar la zona afectada y tratada por los especialistas. Por ejemplo, en el caso de sufrir una lesión en el trapecio optaremos por incluir en nuestra rutina de entrenamientos la natación.
Hay que decir que cada persona es un mundo y no todos se recuperan por igual. Lo mejor es seguir las indicaciones que realicen los fisioterapeutas y los médicos. En cualquier caso, nunca es bueno quedarse en el sofá de casa esperando que las cosas mejoren. Siempre existe la opción de seguir entrenando, aunque sea de otra manera distinta.
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