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Recetas de confinamiento: Pollo frito japonés o karaage

El pollo frito japonés o Karaage es una de esas recetas de confinamiento que se convertirá en todo un descubrimiento.

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Disfrutar de los placeres de la comida va mucho más allá de su sabor, cocinarla e imaginarnos comiéndola en sitios especiales nos puede ayudar a pasar estos días con una sonrisa. El pollo frito japonés o Karaage es una de esas recetas de confinamiento que se convertirá en todo un descubrimiento. La carne blanca del pollo es una de las más consumidas en el mundo y en Japón son expertos en darle su toque especial. El arte de crear el bocado más crujiente y delicado del mundo tiene su truco. Un rebozado especial y un marinado que lo convertirá en un alimento digno de los samuráis y las geishas más caseros.

Ingredientes:

Cómo preparar un pollo frito japonés

  1. El secreto de este pollo está en hacerle un buen marinado previamente. El arte de la cocina japonesa consiste en dedicarle tiempo a cada uno de los pasos, dejar que los alimentos se fusionen a la perfección.
  2. Nos pondremos manos a la obra a preparar este marinado. Para esta receta usaremos unos muslos de pollo, aunque podemos usar cualquier parte que tengamos en casa. Si disponemos de unas pechugas que nos han sobrado o de unos contramuslos, son una buena opción.
  3. La salsa Shoyu es una salsa de soja japonesa, podemos añadir cualquier otro tipo que tengamos en casa. La ponemos en un bol. Incorporamos las 3 cucharadas de sake, este paso es opcional, pero le dará un sabor más auténtico.
  4. Le añadimos el jengibre rallado, puede ser en polvo en caso de no tener fresco en casa. Pelamos y picamos los dientes de ajo y los rallamos en el mismo marinado.
  5. Con esta mezcla cubrimos el pollo. Lo untamos bien para que pueda obtener todos estos sabores intensos y delicados.
  6. Preparamos el rebozado. Usaremos dos tipos de harina a partes iguales, de maicena y de trigo. Ambas le darán color, sabor y ese toque crujiente que buscamos. Si tenemos fécula de patata, que es la auténtica de la receta mucho mejor, aunque de esta manera también quedará bien.
  7. Batimos el huevo y le añadimos una pizca de pimienta blanca. Este ingrediente acabará de crear el rebozado ideal.
  8. Preparamos la sartén con abundante aceite de soja o de girasol. Vamos rebozando los trocitos para empezar a freírlos. Es importante que el aceite esté muy caliente.
  9. A medida que tenemos los trozos cocinados, los ponemos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Lo servimos con unos trocitos de limón, un arroz blanco o una mayonesa