Todo va a empeorar en Andalucía
O todas las encuestas fallan, y tendrían que fallar en mucho, o tras estas elecciones en Andalucía todo va a ir a peor. Susana Díaz ha estado hábil adelantando la fecha electoral, fundamentalmente para no coincidir con el escándalo que supondrá la sentencia del juicio de los EREs, pero también para pillar al PP con el pie cambiado, liderado por un Pablo Casado al que no ha dado tiempo para deshacerse de un nefasto candidato que, además de sorayista, ya estrelló a los populares en 2015 perdiendo 17 de los 50 diputados conseguidos por Javier Arenas. Además, este adelanto ha permitido a la presidenta de la Junta de Andalucía minimizar el desgaste que para el PSOE está suponiendo el doctor Sánchez al frente de un Gobierno sustentado por golpistas, chavistas y proetarras.
Lógicamente, los escándalos de corrupción, los “dineros para asar una vaca” gastados en orgías en clubes de alterne y drogas, y la nefasta gestión que mantiene a Andalucía entre las regiones con peores indicadores económicos, tanto en términos absolutos como comparándola con el resto de regiones españolas, van a hacer que Susana obtenga el peor resultado conseguido nunca por el PSOE en Andalucía, por mucho voto cautivo y subvencionado que pueda tener. Pero se beneficiará tanto de su habilidad en el adelanto, como de los pésimos candidatos con los que se presenta la oposición. Así, todo indica que Juanma Moreno caerá a los resultados que obtenía su partido en los años 80 y estará muy cerca de ser superado por Ciudadanos, quienes no acusan el desgaste de haber sido el sostén de Susana Díaz durante la última legislatura y pueden llegar incluso a doblar su representación, no por méritos del cambiante Juan Marín, sino más bien de Albert Rivera e incluso de Inés Arrimadas.
La coalición entre Podemos e Izquierda Unida seguramente les haga perder votos, pero parece que en escaños incluso pueden subir. Todo ello hace que los resultados de PP, C’s y Adelante Andalucía vayan a estar próximos, alrededor de los ventipocos diputados. La única novedad va a ser VOX, el partido del antiguo parlamentario vasco del PP, Santiago Abascal, va a entrar en nuestras instituciones y hay quien dice que lo va a hacer con fuerza. El nuevo partido de derechas ha conseguido atraer a miles de personas a todos los mítines que ha convocado en la región, a pesar de la campaña de insultos y difamaciones que han tenido que soportar. Esta brutal campaña de desprestigio hace que posiblemente las encuestas no reflejen su verdadera intención de voto.
Pero lo verdaderamente interesante llegará a partir del lunes cuando empecemos a saber si Susana Díaz se apoyará para formar Gobierno en los podemitas, imitando a Pedro Sánchez, o contará de nuevo con el respaldo de Ciudadanos. Lo que haga cada uno de esos tres partidos se interpretará forzosamente en clave nacional, habida cuenta de que dentro de menos de 6 meses tenemos elecciones municipales, al Parlamento Europeo, y en 13 de las 17 comunidades autónomas, además de que quizá se produzca el deseable adelanto en las elecciones generales del débil y desprestigiado Gobierno de Pedro Sánchez. Con todo este puzzle, mi apuesta es que en Andalucía las cosas van a ir a peor, porque Ciudadanos se negará a dar su apoyo de nuevo a Susana Díaz con lo que no le quedará más remedio que pactar con la anticapitalista Teresa Rodríguez quien, como han hecho en el resto de España, se negará a entrar en el Gobierno, pero exigirá pinceladas de chavismo populista que empeorarán aún más la vida a los andaluces. Ojalá me equivoque.
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