Opinión

Sólo faltaba que las clases de educación sexual las impartiera Sumar

Con la misma libertad que Yolanda Díaz proclama que va contra la ciencia enseñar que sólo existen dos sexos, desde un punto de vista biológico es natural que en los colegios se enseñe que hay dos sexos preeminentes: hembra y macho, por mucho que le moleste a Sumar.

Y pretender prohibir que las escuelas difundan como «verdad científica» las «corrientes teóricas» que aseguran que sólo hay dos sexos, como defiende la formación de la vicepresidenta del Gobierno, es rizar el rizo de lo absurdo y hacer gala de un sectarismo ideológico incapaz de entender que una cosa es el reconocimiento de los derechos de las personas intersexuales y de las personas binarias y otra, bien distinta, tener que pasar por el aro de sus dogmas y prohibirle a los colegios que enseñen que hay dos sexos -masculino y femenino-, con independencia de que pueda haber varias identidades sexuales.

El Boletín Oficial de las Cortes Generales ha publicado la iniciativa del partido de la también ministra de Trabajo para «garantizar que todos los colectivos de identidades diversas sean reconocidos y protegidos de manera justa y equitativa». Eso de que «todas las identidades y /o expresiones sexuales o de género no se ajustan a las categorías tradicionales binarias de hombre o mujer»  -perfectamente respetable- no significa que los colegios no puedan enseñar que desde un punto de vista biológico se reconocen dos sexos, femenino y masculino, más allá de la identidad sexual de cada cual.

En suma, que Sumar se arroga el derecho a imponernos su código de valores morales, pretendiendo imponer su manual de educación sexual. Sólo faltaba que Yolanda Díaz impusiera a los colegios su verdad y nuestros hijos tuvieran que ser instruidos en materia sexual al modo y manera que pretende Sumar. Más les valdría poner coto a los abusos sexuales protagonizados por algunos de sus dirigentes y dejar de meterse donde no les llaman