Los socios de Unidos Podemos: «Buenos días a todos menos a la corrupta Casa Real»
Garzón es un príncipe atrapado en un teléfono antiespía. Izquierda Unida no ha tardado ni un mes en mimetizarse con Podemos. Las mismas campañas IKEA, idénticos chascarrillos, acciones de guerrilla, populismo barato y, sobre todo, en la falta de respeto hacia las instituciones y en la creación de enemigos imaginarios.
Porque lo que más llama mi atención, señorías, es la conversión de Alberto Garzón a las tecnologías encriptadas. Me dicen mis amigos de los servicios de información que Podemos ha impuesto la encriptación en la casa comunista. Es obvio que la aplicación cotidiana de las nuevas tecnologías ha cambiado, en la sociedad, el modelo de seguridad ante la aparición de las nuevas amenazas digitales. Este cambio ha sido obligado a los servicios de inteligencia, militares y policías, ante la posibilidad de que un ciberataque desestabilice al Estado, a un cambio de modelo de control. Sin embargo, ¿por qué y para qué en PODEMOS y ahora en IU encriptan su vida?
La respuesta en bastante obvia: la inquietud que provoca en PODEMOS que se conozca su financiación ha militarizado al partido. Parece que en PODEMOS confían en que la ruptura del contrato social venezolano con la prisión de sus opositores —trasuntada en IU, acostumbrada a la represión cubana— se vaya a trasladar a nuestro país. Y no es así, salvo que ellos llegasen al poder y aplicasen todo lo que aprendieron de Chávez y Maduro.
Es cierto que la aparición de las amenazas globales, tras el 11S, provocó que, en todo el mundo, se apostase por la protección y la inversión en seguridad tecnológica. Sin embargo, nadie en su sano juicio —salvo aquellos con obsesiones psiquiátricas, delincuentes o los amenazados por el terrorismo— convierte su vida en una irrealidad orwelliana donde la defensa de la hiperprivacidad provoca la irresoluble situación de la ocultación sistemática de todo lo que se hace. En este sentido, los costes del control en seguridad rebasan sus beneficios autolimitando el derecho a la paz y tranquilidad en la defensa de derechos potenciales, como los de la intimidad, el honor o la propia imagen, más cuando se pretende controlar al supuesto controlador, a saber, el CNI.
La pregunta es sencilla: ¿Para qué usan Telegram? ¿Para qué encriptan sus sistemas informáticos? ¿Para qué se ocultan, en pisos y despachos de amigos, para reunirse? La clandestinidad ya acabó camarada Iglesias y no fue usted quien la sufrió, sino el antiguo partido comunista y el socialista. Sin embargo, lo que más ha llamado mi atención es lo que me han comentado desde los servicios de seguridad: PODEMOS se ha convertido en el primer usuario nacional del único teléfono encriptado y seguro, el BLACKPHONE. Compruebo que mis amigos no se equivocan y localizo la factura de compra de los teléfonos en la sede nacional de PODEMOS.
Sin embargo, camaradas, les doy una mala noticia: sus teléfonos son demasiado antiguos ya que hasta hace unas semanas el BLACKPHONE 2 no ha llegado a España y su seguridad sigue siendo como un queso gruyere.
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