Opinión

Si esto no es un delito de apropiación indebida…

OKDIARIO ofrece hoy a sus lectores la prueba de que Begoña Gómez y su secretaria de La Moncloa, Cristina Álvarez, mantuvieron distintas reuniones con la Complutense para registrar el software para empresas desarrollado en el marco de su cátedra a nombre de la universidad -y por el que ahora la mujer de Pedro Sánchez está imputada-, pero que los trámites no se completaron nunca. La Complutense, como muestra OKDIARIO, llegó a enviar a la esposa del presidente del Gobierno el modelo de contrato de cesión de derechos, de forma que la titularidad del software fuese «100% de la Complutense», pero pese a la insistencia de esta institución, Begoña Gómez hizo oídos sordos. Lo que sí hizo es registrar una plataforma idéntica a su nombre.

Parece evidente que no estamos ante un olvido, sino ante una decisión -la no cesión de los derechos- perfectamente calculada. La mujer del presidente, sin embargo, corrió a registrar un software idéntico en la Oficina de Patentes y Marcas. La solicitud la hizo el 10 de octubre de 2022, es decir, apenas unos días después de que la universidad le advirtiese que la plataforma era de propiedad universitaria. Ese mismo día registró una «plataforma de medición de impacto social y medioambiental», con el dominio www.transformatsc.org, coincidente con la herramienta de la Complutense, que le confiere el «derecho exclusivo» a utilizar la marca «en el tráfico económico». El registro tiene una vigencia de diez años «y podrá renovarse indefinidamente».

Si esto no es un delito de apropiación indebida se le parece mucho. Resumiendo: Begoña Gómez se niega a llevar a cabo los trámites para el registro de la herramienta tecnológica a nombre de la Complutense y, en paralelo, registra a su nombre otra exactamente igual de espaldas a la universidad. Y luego la mujer del presidente del Gobierno tuvo el cuajo de declarar ante el juez Peinado que no le movía el interés económico ni el ánimo de lucro. Pues los hechos la delatan.