Opinión

Sánchez al desnudo

La comparecencia de Pedro Sánchez ante el Parlamento Europeo el 13 de diciembre será para siempre recordada como una anomalía democrática. Y es que nunca se había visto que un primer ministro utilizara el turno que le correspondía para rendir cuentas ante el Parlamento -la única institución europea elegida democráticamente por los ciudadanos de la Unión- para hacer oposición al principal grupo político de la Cámara e insultar gravemente la trayectoria democrática de su persona y de la formación política que preside.

Las expresiones públicas en el Parlamento Europeo son contenidas, en extremo educadas. Por eso podemos afirmar que ese día también pasará a los anales de la Eurocámara como la primera ocasión en la que un primer ministro es despedido con silbidos y abucheos por una parte sustancial de los diputados que asistían a la sesión en la que se clausuraba una presidencia semestral de turno. Una justa anomalía en respuesta a un comportamiento tan anómalo como el Gobierno que preside Pedro Sánchez, único gobierno soportado por los votos de partidos prohibidos en buena parte de los países de la Unión (comunistas), prófugos de la justicia, condenados por sedición y proetarras.

Los diputados también guardarán en su memoria ese momento en el que un primer ministro respondía a un prófugo de la Justicia . Porque todos los grupos políticos -todos, incluido el grupo socialista- tenían un acuerdo en base al cual nadie, en ninguna comisión, en ninguna instancia, respondía a Puigdemont . Hasta que llegó el felón Pedro Sánchez y se arrastró ante él en el Pleno para blanquear al delincuente y ensuciar, aún más, la imagen de España.

Cualquier español no sectario o asalariado por Sánchez y/o su banda habrá sentido una profunda vergüenza al ver el desarrollo del pleno. Por mucho que el tipo se lo tenga merecido -y se lo tiene- yo sentí cero alegría al escuchar los abucheos, pues es la imagen de España la que sufre. Es verdad que es positivo que los europeos de todos los países y colores ideológicos hayan podido por fin apreciar, en directo y sin necesidad de traductores, el tipo de personaje que preside el Gobierno de España. Porque sólo desde ese punto en el que se ha mostrado tal cual es, con ese desnudo integral que protagonizó ante la Cámara de Estrasburgo, podremos recabar la solidaridad activa de Europa para frenar la deriva antidemocrática por la que están conduciendo a España Pedro Sánchez y el PSOE.

En esa línea de provocar una respuesta europea que se corresponda con la gravedad del momento por el que atraviesa nuestro país, un grupo de asociaciones y movimientos cívicos el día 8 de noviembre elevamos una petición al Parlamento Europeo para que se escucharan nuestras denuncias. Y el día 23 de enero podremos presentarla y defenderla en la Comisión de peticiones, en un nuevo debate en el que trataremos de que nuestro colegas de todos los grupos y países de la Unión comprendan que lo que estamos viviendo en España es un drama para nosotros y es a la vez un problema para el conjunto de los ciudadanos de Europa.

En esta petición recordaremos que en 2017 un grupo de dirigentes políticos de Cataluña incumplieron la ley y atentaron contra la integridad política de España al convocar y realizar un referéndum ilegal y declarar, fallidamente, la independencia de Cataluña.

Recordaremos que algunos de los líderes políticos que participaron en los hechos fueron detenidos y condenados por cometer delitos de sedición y malversación de caudales públicos y otros se fugaron del país sin responder ante la justicia. El movimiento independentista catalán acompañó todas las decisiones que daba la justicia española con manifestaciones en las calles que en muchos casos incluyeron revueltas y actos vandálicos (como el cierre del aeropuerto del Prat, bloqueo de carreteras, etc.). Muchas de estas actuaciones se encuentran todavía pendientes de un proceso judicial.

Y explicaremos a los parlamentarios que para conseguir ser investido presidente tras perder las elecciones el pasado día 23 de julio, Pedro Sánchez y el PSOE han cerrado un acuerdo con todos los actores del golpe- desde los prófugos de la justicia hasta los condenados a los que indultó eliminando del código penal el delito por el que habían sido condenados- en base al cual los jueces que aplicaron las leyes democráticas serán juzgados por los políticos (lawfare) y los delitos de los políticos que huyeron de la acción de la justicia serán borrados mediante la aplicación de una ley de amnistía pactada en el extranjero por los delincuentes y asumida, al completo, por el partido que preside el Gobierno de España.

La ley de amnistía cuyo primer tramite ya ha sido aprobado en el Congreso de los diputados por la mayoría que sustenta el Gobierno de Pedro Sánchez es un pago a sus socios a cambio de su apoyo que viola flagrantemente el Estado de derecho y la separación de poderes y va en contra de decisiones judiciales independientes. La amnistía es un acto de corrupción son el que un político ofrece impunidad a unos delincuentes a cambio de unos votos para conseguir el poder. Esta amnistía es un atentado al estado de derecho y a los basamentos más elementales de cualquier democracia. Es injusta por inmoral; es ilegal por indecente.

Como ciudadanos europeos que somos, recordaremos en Bruselas que la Unión Europea y sus instituciones no pueden mirar hacia otro lado cuando desde el Gobierno de un estado miembro se atropellan principios como el de igualdad, el Estado de derecho o la separación de poderes. Porque todas las instituciones de la Unión están obligada a defender estos valores y estos principios en todo su territorio. Los españoles no somos europeos de segunda, nuestros derechos deben ser defendidos con toda la fuerza y aplicando todos los instrumentos de la democracia europea. Por eso, porque tenemos derecho, exigiremos a las instituciones europeas que actúen con urgencia, antes de que sea demasiado tarde.