Opinión

El Rey va a Cataluña cuando le sale de la Corona

El delincuente -fue condenado por un delito de desobediencia-presidente de la Generalitat de Cataluña ha tenido la desfachatez de enviarle una carta al Rey en la que, con motivo de su visita oficial a Tarragona el próximo lunes, le advierte de que estará sujeto a las restricciones contenidas en el decreto de la Generalitat «como cualquiera que visita nuestro país». Es decir, se dirige al jefe del Estado como si fuera un ciudadano cualquiera al que recuerda que tiene que cumplir una serie de normas como la de evitar desplazamientos que no sean esenciales y espera que estas «recomendaciones» sirvan para evitar un  «incremento de contagios».

La carta de Torra al Rey revela la catadura moral de un personaje que queda retratado como un auténtico botarate. Lo que le pasa a Torra es que le molesta que el jefe del Estado visite Cataluña. Se le nota tanto que, incluso, llega a afear a la Casa del Rey que avisara de su viaje refiriéndose a Cataluña como una «Comunidad Autónoma», lo que es ya el colmo del delirio político.

Al delincuente presidente de la Generalitat habría que recordarle que el Rey de España va a la Comunidad Autónoma de Cataluña cuando le sale de la Corona, precisamente porque es el Jefe del Estado. Y que no está sujeto a ninguna restricción de movilidad, más allá de que, como es natural, adopte las medidas de protección frente al coronavirus como cualquier ciudadano. Que Torra se permita la desfachatez de recordarle que hay que cumplir las recomendaciones para evitar un incremento de contagios es la prueba del nueve de que el presidente catalán ha alcanzado la cumbre de la mentecatez.

Aunque bien mirado, la carta de Torra tiene un aspecto positivo: retrata su impotencia al tener que aceptar una visita oficial que no es de su agrado. Que el viaje real lo tome como una afrenta es un motivo de satisfacción para quienes creen en la unidad de España consagrada en la Constitución. Comprobar cómo traga bilis resulta altamente reconfortante. Puro deleite.