El regreso de los diplomáticos a la cúpula de la Casa del Rey

Desde la llegada al Palacio de la Zarzuela del nuevo jefe de la Casa de S.M. el Rey esta misma semana, la pregunta de los expertos en el funcionamiento de la institución monárquica es si la renovación administrativa en la Jefatura del Estado va a suponer a corto o a medio plazo un cambio importante en el equipo de alta dirección de la primera institución del país.

La llegada de Camilo Villarino al despacho de la sede de la Jefatura del Estado supone, a simple vista, el regreso de un miembro del Cuerpo Diplomático al Palacio de la Zarzuela, eso está claro, pero con algún matiz: el señor Villarino no es sólo un miembro de la carrera que se ocupa de la política exterior de nuestro país, sino que también forma parte del estamento militar. Él es capitán de Infantería reservista, un puesto voluntario desde el año 2007, que ha prestado servicios durante quince días al año en misiones relacionadas con la política de Defensa y también como voluntario de la UME. Su labor de cooperación con unidades castrenses tiene que ver, según sus compañeros pertenecientes a las Fuerzas Armadas, con que algunos miembros allegados de su familia son o han sido militares de carrera.

Pero, en cualquier caso, el nuevo jefe de la Casa del Rey posee una gran experiencia en el terreno de la política exterior, ya que ha sido director de gabinete de tres ministros de Asuntos Exteriores: Alfonso Dastis, Josep Borrell y Arancha González Laya. En ese puesto, al parecer, se fue fraguando la conexión del Rey Felipe con el nuevo jefe de su Casa, ya que en los viajes de Estado realizados por los Reyes, acompañaba, como es habitual en ese puesto, al titular de Política Exterior. Su nombramiento ha abierto la puerta a la posible renovación de algunos de los miembros de la cúpula de la Casa del Rey, que alcanzan o rondan ya los 70 años. Muchos de ellos son miembros del Ejército que han expresado su deseo en privado de finalizar su servicio en la Casa del Rey, que en algunos casos se ha prolongado por más de 30 años.

Aunque muchos observadores de la institución de la Corona pensaron que la renovación de los altos cargos de la Casa del Rey se produciría en los primeros años después de la proclamación de Felipe VI, la realidad es que ha habido tantos problemas sobrevenidos en ese tiempo, que han requerido actuar con presteza para hacerles frente y no han hecho aconsejable realizar cambios en el equipo del nuevo monarca. En estos momentos, la situación interna del Palacio de la Zarzuela parece estar apaciguada, lo que ha facilitado que se haga ese relevo en la cúpula de la Casa del Rey. Ahora habrá que esperar un tiempo prudencial para ver si la llegada de Camilo Villarino trae consigo una renovación más profunda del organismo que se encarga de gestionar todas las actividades de la institución de la Corona.