Opinión

Prostitución y no precisamente de «alto ‘standing’»

El Gobierno y sus terminales mediáticas han tratado, sin mucho éxito, por cierto, de vender la falsa idea de que las saunas de Sabiniano Gómez, padre de Begoña Gómez y suegro de Pedro Sánchez, eran saunas para gays, nada que ver con la prostitución. Es más, en el colmo del sarcasmo, ha defendido que ese negocio contribuía, incluso, a garantizar la libertad sexual de las personas homosexuales en un momento en que estaban socialmente estigmatizadas. De modo que las saunas eran un elemento de progreso en una España reaccionaria. Un camelo gigantesco, porque la Policía ha documentado que Sabiniano Gómez gestionaba personalmente establecimientos donde se ejercía la «prostitución» bajo licencias obtenidas mediante engaño. Es más, los documentos oficiales fechados entre 2004 y 2006 constatan que el suegro de Sánchez impulsaba esta actividad de forma directa en locales con graves deficiencias de seguridad e higiene.

Concretamente, el informe policial del 28 de junio de 2004 es concluyente. Un cabo de la Policía solicitó expresamente el cese de actividad del establecimiento Sauna Azul, situado junto a la Gran Vía madrileña, al constatar que «la actividad principal del mismo no es la recogida en licencia (Sauna con bar) y sí facilitar y beneficiarse del ejercicio de la prostitución». Sabiniano temía que le cerraran el negocio y se defendió alegando que había mejorado las condiciones del lugar y el cumplimiento del horario –decía que cuando los agentes se personaron ya no podían entrar clientes nuevos y no servía ya bebidas–. Sin embargo, no le valió de mucho, porque los agentes verificaron in situ la existencia de «cinco habitáculos destinados a habitaciones con ducha donde se ejerce la prostitución». Esta constatación desmonta la coartada legal del negocio, que operaba formalmente como sauna con servicio de bar. Por si fuera poco, el local, según el acta policial, «no presenta seguro de responsabilidad civil en vigor», lo que dejó desprotegidas a las trabajadoras. Estos son los hechos: en las saunas se ejercía la prostitución porque ese era el negocio del padre de Begoña. Así que menos cuentos.