Opinión

Podemos restaura el yugo y las flechas de la vivienda protegida franquista

Lo de Podemos es, sencillamente, surrealista. Sus propuestas en materia de vivienda se inspiran en la dictadura franquista: la renta antigua y el alquiler indefinido, según consta en su programa marco para las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. En concreto, la formación morada tiene como objetivo rescatar el «contrato indefinido de alquiler» y que «el arrendador no pueda rescindirlo», reza su programa. El precursor de estas medidas fue Francisco Franco, primero con la Ley de Viviendas de Renta Limitada de 1954 y, una década más tarde, en 1964, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). El propósito de ambas leyes era impedir la actualización de las rentas y la obligación de prorrogar de forma indefinida los contratos de alquiler, lo mismo que quiere imponer la izquierda radical.

En el contexto social de entonces, aquello funcionó; en el actual, es un disparate, pero se conoce que Podemos ha encontrado su fuente de inspiración en materia de vivienda en Franco, cuyas políticas sociales parecen que, setenta años después, han sido copiadas literalmente por la formación morada. Podemos, como Franco, apuesta por implantar «el contrato indefinido de alquiler, según el cual el arrendador no podrá rescindirlo a menos que necesite la vivienda de forma justificada o se produzca una situación de impago. Esta nueva legislación se podrá adelantar a la aprobación de la ley de vivienda estatal en caso de que se retrase, y también podrá ir más allá de la ley estatal en aquellos casos en los que la normativa autonómica sea más ambiciosa», dice en su programa.

Parece una copia de la Ley de Viviendas de Renta Limitada de 1954, que luego sería perfeccionada por medio de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1964 y que estuvo vigente hasta 1985. Este tipo de contratos de época franquista permitían el acceso a la vivienda de alquiler de por vida a los inquilinos. Además, estipulaba que la renta se alargaba hasta la muerte del alquilado, el cónyuge y los hijos, según regulaba el decreto 4101/1964 del 14 de diciembre. La principal característica de este tipo de alquiler es su larga duración, con prórrogas indefinidas y casi nulas posibilidades de incrementos de precios. Eran contratos de alquiler pensados, sobre todo, para proteger a los inquilinos, pero que tenían muy poco en cuenta a los propietarios. Los tiempos han cambiado, la España de entonces no se parece en nada a la actual, pero Podemos ha descubierto ahora que Franco tenía mucha más sensibilidad social de la que pensaban. El milagro de los neoconversos.