Opinión

La miseria moral de Marlaska no tiene límites

Cualquier cargo público con un mínimo de dignidad se limitaría a cumplir la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a restituir en su cargo de la Comandancia de Madrid al coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos y a pedir perdón por destituirle incumpliendo la ley. Pero Marlaska, no. Su cobardía moral es de tal naturaleza que lo que está haciendo es buscar la manera de impedir que el militar siga en su puesto. Es por eso que ha pedido a la Abogacía del Estado un informe para tratar de doblarle el pulso al coronel. Su plan es es el siguiente: restituir en primera instancia en su cargo a de los Cobos -la sentencia no le deja margen alguno- y, después, volver a destituirle con argumentos más sólidos que los que llevaron del coronel a recurrir a la justicia.

Según ha sabido OKDIARIO de fuentes del ministerio, ya se ha solicitado un informe consultivo en el que se analicen las alternativas que tiene la Dirección General de la Guardia Civil de comunicarle la destitución a un restituido Pérez de los Cobos, y hacerlo sin arriesgarse a abrir la vía a otro contencioso-administrativo. O sea, Marlaska está decido a llevar al límite su sectarismo porque la victoria del militar en el Supremo se la ha tomado como algo personal y, en estos momentos, sólo le mueve la venganza. Marlaska cometió el error de justificar la pérdida de confianza en la no colaboración del coronel al negarse a informar de una causa secreta ordenada así por la juez del llamado caso 8M, que afectaba directamente al Gobierno. Una razón que el Supremo tumbó. Pues bien, Marlaska destituirá al militar, después de restituirle en el cargo, con argumentos distintos, pero su decisión está tomada.

Es la respuesta propia de un miserable que no admite que un militar con una hoja de servicios intachable le deje en evidencia. O sea, la respuesta de un auténtico cobarde. Todo un abuso de poder.