Opinión
PRIMERA LÍNEA

¿Marea verde otra vez?

¿Serán capaces los dirigentes del PP, que tomarán pronto el relevo al Pacte Frankenstein que nos ha estado jodiendo los últimos ocho años, de no ceder ante las amenazas de la cloaca 666 de la política? La jauría separatista está envalentonándose y sin haberse constituido el nuevo Govern se apresuran como aves carroñeras que son a señalar que si tocan la inmersión en catalán saldrán de nuevo a la calle con una segunda marea verde y esta vez con 100.000 voces en plan coro cañón, con flores a María. Menos lobos, Caperucita. La marea verde de 2013 fue un timo, es decir, «hurtar con engaño». Solo fue eso.

¿Respondieron a la convocatoria millares de docentes? ¡Pues claro que sí! Y contando para el recuento carritos de bebés, parientas o parientes apoyando a su pariente o parienta no fuera a ser, y cualquiera que pasara por ahí. Pero el timo fue que de inmediato los organizadores separatistas se apuntaron el éxito como demostración de que «la inmersión no se toca». En realidad, el éxito -si es que lo fue- solamente es imputable a José Ramón Bauzá por el hecho de precipitarse con el TIL, o sea el tratamiento integral de lenguas.

Bauzá fue un completo incompetente al pretender acelerar un proceso para el que la inmensa mayoría de docentes no estaba preparado: dar las clases en inglés. Porque, en realidad, esa fue la sensación que movió a muchas personas a sumarse a la manifestación. Una de dos: Bauzá con su propuesta generó completo disparate o no acertó a explicarse con claridad. Me consta que ésta fue la razón fundamental que movió a muchos manifestantes.

De entrada, los docentes debían pagarse de su bolsillo las clases de inglés y, además, la Conselleria de Educación ni se planteó habilitar un complemento de idiomas. Todos a currar, a destajo y sin rechistar. Imagínense el cabreo que se había instalado entre los docentes y fue entonces cuando entró en la jugada el sector carroña 666 de la política agitando los patios y convocando a una movilización contra el TIL, sin desvelar claro está que la intención en realidad se ajustaba a otros intereses no revelados: la inmersión no se toca, porque de ella comemos bien a gustito los pesemeros. Llegar como se dijo a la cifra de 80.000 personas, ya les servía a los separatistas para convertir el cabrero generalizado en un pulso político ganador contra el PP.

El engaño o timo quedaba como la victoria de la Marea Verde y lo cierto es que la jugada les salió magistral porque desde entonces el PP tiembla si le mentan la posibilidad de otra marea verde, mientras el Pacte de Progrés nos ha vendido estos últimos ocho años que son garantes de la paz social, cuando sencillamente comulgaban con los mismos propósitos.

Seamos claros. Parte abundante del personal docente andaba acojonado por la obligatoriedad del inglés, cuando no estaba preparado. Pero la jauría de separatistas pesemeros, hoy Més, ya se encargó de tergiversar el resultado de la convocatoria, convirtiéndola en un recado: la inmersión no se toca.

La Obra Cultural Balear (OCB), destinataria de riegos millonarios durante el Pacte de Progrés, ha sido la primera en decirle a Marga Prohens que la inmersión no se toca. Lógico, porque es un negocio multimillonario. Ahora comienzan las voces apesebradas a blandir desde los medios igualmente en situación de apesebrados las amenazas de que pasarán de los 80.000 a los 100.000 como les toquen el suculento negocio en el que se encuentran bien a gustito. ¿De verdad, tanto les gusta la marea verde o tal vez será que van de veganos y quieren montar un zumo de camisetas? Una vez desaparecida la amenaza del TIL, para los docentes sin don de lenguas no hay razón que justifique reeditar una movilización tan intoxicada por peonadas pesemeras que embaucaron con engaños a un personal que no se defendía en absoluto hablando en inglés, y peor aún, enseñando en inglés.

El Partido Popular, desde el minuto uno en que Prohens sea presidenta del Govern Balear, debe saber que cuenta con el respaldo mayoritario de una ciudadanía que ha dicho ¡basta ya! a los abusos del separatismo. Y como la amenaza del TIL no está en su programa electoral, nada tienen que temer.

Hoy, junio de 2023, la marea verde no es reproducible porque ya les hemos visto los cuernos bañados en oro a estos separatistas modelo 666. Que la convoquen si quieren. Sólo contarán con el respaldo incondicional de los abducidos por la secta que en realidad es Més. Marga Prohens debería de estar más preocupada por restituir el valor constitucional del bilingüismo.

De no actuar en tal sentido volverá la marea Frankenstein el 2027 y de ser así, habremos perdido la oportunidad de acabar con esa extrema izquierda que ha intentado convertirnos en ciudadanos de segunda. La inteligencia en la gestión que optimice nuestros recursos es lo que desean los votantes del 28M y no ir a plegar velas ante las amenazas de unos sinvergüenzas.

Que prueben a convocar una segunda marea verde. Que lo hagan. Entonces ni cochecitos de bebés, ni parientes y parientas. Solo despojo radicalizado, intentando desesperadamente condicionar las políticas deseadas por la gran mayoría de los habitantes de este archipiélago. Marga Prohens debería ser plenamente consciente de ello, porque su futuro depende de su capacidad a la hora de afrontar los retos inmediatos. Sin plegarse ante las amenazas.