Lo que Sumar no entiende es que la dignidad no es una cuestión de tamaño

Sumar

Dice el refrán que cuando el burro no tiene qué hacer mata moscas con el rabo. Es lo que le ha pasado a Sumar, la formación de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, contumaz a la hora en meterse en jardines. Sumar pretende que las personas con enanismo no sigan trabajando en despedidas de soltero y exige al Gobierno un plan para su «reciclaje laboral», pero sin concretar. O sea, se les impide ganarse la vida y luego se les deja tiradas. Dicen que su participación en «eventos festivos» provoca «hilaridad». Pues va a hacerles mucha gracia quedarse sin trabajo por la estupidez de un Ejecutivo que se dedica a estropearle la vida a gente que realizaba una labor tan digna como cualquiera, pero que no encaja en el código de valores de una izquierda que quiere controlarlo todo.

La formación encabezada por la vicepresidenta del Gobierno ha presentado una proposición no de ley para garantizar la plena inclusión en condiciones de igualdad y respeto para las personas con enanismo. «Debe preocupar particularmente a las instituciones democráticas españolas el hecho de que los casos de acoso y discriminación contra personas con enanismo siguen formando parte del paisaje social y cultural español», aseguran. Y propone «reformar el artículo 9 del Real Decreto 145/1996 por el que se modifica y da nueva redacción al Reglamento de Espectáculos Taurinos para que incorpore una prohibición expresa a que personas con discapacidad puedan participar en espectáculos que puedan resultar denigrantes, humillantes, o tener como fin la hilaridad ante su discapacidad. Además de reformar el artículo 27 de la Ley de Seguridad Ciudadana, referido a los espectáculos públicos, para impedir la práctica del alquiler de enanos para despedidas de soltero», recoge la citada proposición.

La salida que ofrece a estas personas son «programas de reciclaje laboral» para que quienes se han dedicado a estos espectáculos «puedan acceder a empleos dignos y decentes». La decencia y la dignidad no se pierde por trabajar en este tipo de espectáculos. La pierden quienes pervierten el concepto de dignidad por puro sectarismo ideológico.

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