Opinión

Lo del Papa Francisco

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

El Papa Francisco atraviesa, según noticias del Vaticano, por muy serios problemas de salud que han dejado al romano pontífice al margen de la gobernanza diaria de la Iglesia Católica, postrado en su cama del hospital Gemelli.

Durante su larga década en la silla de Pedro, el Papa Bergoglio ha tomado decisiones o postura en determinados asuntos que han irritado a muchos católicos y desconcertado a otros. Sobre todo, en aquellos que se refieren a determinadas dictaduras en Hispanoamérica, asuntos en los que, por su procedencia, quizá hubiera tenido que tener algo más de tacto. Me refiero en concreto a la deriva venezolana, donde un régimen comunista asesino sigue torturando a sus naturales y persiguiendo a cualquier opositor político. Pudiera ser; no lo discuto.

Ahora bien, para un católico el Papa es siempre el Papa, independientemente de si agrada más o menos en cuestiones ad hominem. El representante de Dios en la tierra. Punto. Nadie le podrá negar a Francisco, en cualquier caso, que se posicionó junto a los más desfavorecidos desde el mismo momento que fue vestido de blanco. Lo difícil es estar en el lado de los parios de la tierra; lo fácil, sentarse en la mesa de los poderosos. Al menos así lo entiende este modesto escribidor.

Desde que se anunció la gravedad sanitaria de Francisco he oído y leído cosas que me dejan perplejo. Incluso, triste. Ateos confesos como por el ejemplo el fundador de Podemos, Ramón Espinar, que reconoce no haber sido bautizado, hace votos por el pronto restablecimiento del Papa, «por buena persona», dice. Mientras, gente bautizada y que hace gala de su catolicismo (una seña que quiere significar fundamentalmente «universalidad») no oculta sus intenciones de que el Papa argentino abandone lo antes posible este mundo.

No es el columnista la persona indicada para repartir bondades o maldades al respecto. Sólo se permite dejar por escrito, sin ser precisamente un meapilas, que la Iglesia fundada por Jesucristo es eterna y que el Papa , sea quien sea, representa al fundador de la misma.

Probablemente, cuando Dios le llame a su lado, esa misma Iglesia podría elegir otro Papa de signo evangélico y sensibilidad completamente distinta (no en lo esencial, que son el dogma y las enseñanzas del propio Evangelio y de sus valores eternos). A unos les gustará más, o no, que el que ahora ejerce. No dejará de ser el Papa.

Amén.