¿Lecturas para niños con ‘drag queens’?: en el salón de su casa, alcaldesa
Para la izquierda, el progresismo consiste en eso: que un grupo de drag queens dirija una serie de lecturas para niños de entre 3 y 13 años dentro del programa de las fiestas del Orgullo LGBTIQ+. El Ayuntamiento socialista de Alcorcón justifica la idea tirando de los clásicos mantras de siempre: que si la diversidad, que si la educación en igualdad, que si la promoción de una relación de confianza, que si un antídoto contra la homofobia. Todos los lugares comunes del socialcomunismo elevados a su máxima expresión. Orgullo en familia: Drag Story Hours es, según el programa del Ayuntamiento de Alcorcón, «un evento internacional para niños y niñas iniciado por la autora y activista Michelle Tea en San Francisco». Se pretende -dicen- crear un espacio para «promover la lectura y la diversidad», pero lo que se busca es el puro adoctrinamiento imponiéndole a los niños el código de valores de una izquierda que los instrumentaliza de forma ignominiosa.
Si la educación en valores consiste en que criaturas de tres años se familiaricen con la presencia de un grupo de hombres adultos travestidos habrá que convenir que el problema está en lo que la izquierda entiende por valores. La obsesión progre por utilizar a la infancia ya pasa de castaño a oscuro. Y todo bajo una pátina de falsa modernidad. Si el Ayuntamiento de Alcorcón quiere innovar, que la alcaldesa socialista organice cursos de lectura para niños con drag queens en el salón de su casa, pero que no utilice el consistorio. La de la lectura no es la única polémica que ha generado la alcaldesa socialista con sus decisiones en relación con las fiestas del Orgullo. Y es que quienes pretendan participar en la marcha están obligados, por imperativo municipal, a vestir ropa de colores, brillos o plumas. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes. Pues porque para la izquierda la libertad individual tiene que plegarse, sí o sí, a su concepto de libertad.