Las insidias de la izquierda con David Amess

Las insidias de la izquierda con David Amess

Para el mundo ‘progre’ sólo existen dos mundos: ellos y los otros. Ellos son los únicos que pueden dar lecciones desde su atalaya; ellos son los únicos que pueden repartir carnés de demócratas y autoritarios; ellos se autoconceden el derecho a llamar fascista a todo el que no piensa como ellos; ellos se creen en el derecho de reescribir la historia e imponer sus dogmas; ellos, emborrachados por la doctrina totalitaria de lo políticamente correcto, se lanzan en manada a cazar herejes y a calumniar, descalificar y destruir la vida de personas que no forman parte de su manso rebaño; de hecho, ellos a todas la voces con ideas distintas les llaman intransigentes; ellos son quienes se creen con el derecho de enarbolar las banderas de la igualdad de la mujeres y de otras “-ismos” que se han inventado. A los hombres blancos heterosexuales los considerarán generalmente como repulsivos y acosadores en potencia, pero, al contrario, una transnegra translesbiana pertenecerá a un grupo oprimido y, por tanto, tendrá casi siempre razón sobre absolutamente todo.

Este desvarío de la izquierda lo hemos vuelto a ver lamentablemente estos días con el vil asesinato del diputado británico, David Amess. Vomitivas e insidiosas me han parecido las crónicas que han hablado sobre el malogrado parlamentario y que uno ha podido leer en los medios atados del pesebre de la izquierda española. Juicios de valor, topicazos y descalificaciones han sido la característica general de lo que uno podía encontrarse en los brazos mediáticos del Gobierno. Así, El País se refería a la persona de Amess como euroescéptico, antiabortista y católico.

Nauseabunda es la verdadera intencionalidad de distorsionar y moldear la percepción del político en los lectores. No menos tendenciosa me pareció la crónica de La Vanguardia que desinformaba a sus lectores de este modo el sábado: “Amess era un conservador euroescéptico, católico, contrario al aborto y la igualdad de derechos de los trans, partidario de la pena de muerte y muy a la derecha en temas sociales (…) Amess votó a favor de la guerra de Irak en el 2003, firme aliado de Israel y el lobby judío en el Reino Unido, y también de los Muyahidines del Pueblo, opuestos al régimen iraní. En el 2013 fue uno de los treinta diputados conservadores que votaron contra la intervención militar en Siria”.

Esta es la clase de basura ideológica que se produce en España. Yo he tenido que ir a los medios británicos para saber cómo era el personaje y he descubierto que Amess era un político británico que rezumaba patriotismo por los cuatro costados, que antepuso los intereses de su país por los intereses de los globalistas y, por ello, consideraba que había que salir de la UE. No es que fuera un antiabortista a secas, es que era un gran defensor de la vida. Es más, era defensor de la vida de hasta los animales, no como tantos fatuos de la izquierda que presumen de proteger la vida de las hormigas, pero entran en clara contradicción al no defender la vida de los seres humanos. Y, además de todo, era una persona católica, por tanto con un claro un compromiso con una manera ética de vivir.

David Amess no era esa clase de político que ansía el Nobel de la Paz, hacerse la foto con Soros en Nueva York o que The Guardian (el palmero mediático de la izquierda británica) le entreviste. Tampoco aspiraba a entrar en el gobierno británico y quedarse pegado al sillón como una garrapata. Sin conocerlo sé que era buen tipo. Una persona que fue asesinado por un islamista radical mientras se reunía con sus votantes, mientras atendía sus quejas o reivindicaciones, mientras escuchaba a la ciudadanía y hacía su trabajo. Pero eso, para los sectarios doctrinarios no vale, porque Amess no era el clásico vocero genuflexo de las causas zurdas.

Lo último en Opinión

Últimas noticias