La hipocresía de Sánchez: reconoce Palestina mientras comercia con China pese a los trabajos forzados
La hipocresía de Pedro Sánchez le ha hecho reconocer a Palestina como estado mientras negocia con China, el país que somete al pueblo uigur. Así, el Gobierno está en plena campaña para mejorar las relaciones comerciales con el país asiático, a la vez que se enfrían las de Israel, uno de los países más importantes para las empresas españolas.
Los uigures son un grupo étnico túrquico que habita principalmente en la región autónoma de Xinjiang, en el noroeste de China. Estas personas tienen una cultura, lengua y religión distintas al resto del país, siendo predominantemente musulmanes sunitas. La situación de estas personas ha atraído una considerable atención internacional debido a las denuncias de violaciones de derechos humanos por parte del gobierno chino.
De hecho, la Unión Europea ya ha impuesto sanciones a China por «graves violaciones de derechos humanos» contra los uigures. Éstas han afectado a cuatro altos funcionarios y una entidad a los que se les ha hecho responsables de la vulneración de derechos humanos. «Las detenciones arbitrarias a gran escala» han sido uno de los motivos que han llevado al bloque comunitario a tomar esta decisión, que se realizó en el año 2021.
Sánchez mira a Palestina y no a China
Esta misma semana, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha viajado al gigante asiático para realizar acuerdos comerciales. El objetivo puede ser muy legítimo -abrir nuevas rutas comerciales para los productos españoles-, pero deja entrever la hipocresía del Gobierno cuando denuncia los abusos de unos y calla los de otros.
Es más, hace unos días, OKDIARIO desveló que la empresa china Chenguang Biotech Group Co., Ltd., señalada por el Departamento de Seguridad de Estados Unidos y por asociaciones sin ánimo de lucro por estar vinculada a prácticas de trabajo forzoso y a la explotación de uigures, vende a España varios productos del sector agroalimentario. Así lo refleja un informe del Centro de Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS).
Según ese documento, España es el único país de la Unión Europea que importa productos de dicha empresa china. Por tanto, la mercantil utiliza la economía española como puerta de entrada a otros países comunitarios, dado que mantiene patentes en varios de ellos como Alemania o Italia.
Esto no parece perturbar el sueño de Sánchez y sus socios, quienes callan ante las tropelías contra los uigures mientras se escandalizan por lo que sucede en Palestina.
El comercio de España con Israel
Aunque Sánchez no lo tenga en cuenta, Israel es una de las Economías más importantes para las empresas españolas. Miles de empresas españolas operan en el país que dirige Benjamín Netanyahu. De hecho, la nación hebrea es la más importante para España de Oriente Medio en términos económicos -si no se tiene en cuenta la energía-.
España exporta vehículos, productos médicos y productos refinados del petróleo e importa tecnología y fertilizantes, entre otros. El punto fuerte de Israel es la informática, tanto software como hardware. En concreto, 6.003 empresas de España realizaron exportaciones a la nación que dirige Benjamin Netanyahu.
Por otro lado, empresas como CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), que fabrica trenes, emplean a más de cien trabajadores en Israel. Esta mercantil está involucrada en dos importantes proyectos en colaboración con la constructora israelí Saphir. Los proyectos incluyen la implementación del tren ligero en Tel Aviv y el desarrollo de las líneas verde y roja en Jerusalén. De hecho, CAF cuenta con hasta tres filiales en el país.
Sin embargo, la crisis diplomática ya está dando resultados. Así, CAF ya se está viendo afectada por la política exterior de Sánchez. Tal y como desveló este periódico, Israel ya ha reducido un 81,41% las compras de material ferroviario a España, según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
El malestar de Israel con España por culpa de Sánchez, además, pone en juego inversiones que provienen de otros lugares del mundo. El principal fondo de inversión del Ibex 35, BlackRock, y el fondo de inversión inmobiliaria más importante de España, BlackStone, están presididos por empresarios judíos que han mostrado públicamente su apoyo al pueblo israelí.
El CEO de Blackrock, Larry Fink, aseguró el pasado octubre un mensaje a través de LinkedIn que estaba «absolutamente devastado por los horribles actos de terrorismo cometidos en Israel». El empresario afirmó que «muchos de nuestros colegas tienen familiares y amigos en la región» y «algunos han perdido a seres queridos o temen gravemente por su seguridad».
Por su lado, el CEO de Blackstone, Stephen A. Schwarzman, se lamentó a través de la misma red social el pasado octubre por «los impensables actos de terrorismo contra civiles israelíes inocentes». «Mis pensamientos están con el pueblo de Israel, mis colegas de BlackStone allí, aquellos con familiares en la región y todos aquellos afectados por la violencia a medida que el conflicto continúa escalando», sentenció. El fondo posee cerca de 40.000 inmuebles en España y es el principal casero del país.
En definitiva, Sánchez hace oídos sordos frente a los abusos de China con el pueblo uigur mientras se escandaliza por Palestina. Con ello, el presidente ha tomado una serie de decisiones diplomáticas que ponen en juego la inversión y los negocios de miles de empresas españolas, algunas tan impotantes como CAF. Además, el dirigente da la espalda a los fondos que apuestan por las principales compañías del país.
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