Opinión

La flotilla, más barata y cómica que Broncano

La flotilla del cubata que lidera Ada Colau en la reedición cinematográfica de Resacón en Gaza nos ha costado una pasta. Entre las subvenciones que acumulan las ‘entidades’ de algunos de sus integrantes y el dinero público destinado al barco militar que protegió a estos héroes del vaso de tubo, a cada español nos va a salir por un pico. Pero es un dinero que lo doy por bien empleado, porque sus andanzas han sido mucho más divertidas que el programa de David Broncano. Y, sobre todo, nos ha costado bastante menos que los 28 millones de euros destinados al golden boy de TVE. Lo de golden va por su cuenta corriente, por supuesto. El capricho fracasado de Sánchez de hundir a El Hormiguero nos ha salido caro.

Lástima que Ada Colau, que ya tiene experiencia como actriz televisiva, no se decidiera a vender a una de las grandes cadenas nacionales un reality llenando de cámaras los barcos. Ver a Greta Thunberg peleándose con la tripulación o a Barbie Gaza –la ya popular rubia de la flotilla– haciendo meditación rodeada de humo de todos los colores y aromas hubiera reventado todos los índices de audiencia.

El capítulo Ada Colau se corta las uñas hubiera sido un nuevo hito en la historia de nuestra televisión. Sin olvidarnos del concurso de liar porros con los pies o la lectura en grupo de las obras completas de Pablo Iglesias. En Telecinco deben crujir de dientes por la oportunidad perdida, con lo bien que habría quedado Jorge Javier Vázquez incrustado en la flotilla e instalando su plató en una de las cubiertas, presentando una de sus tertulias pijoprogres.

Somos muchos españoles los que nos hemos reído mucho del ridículo que han hecho estos artistas del postureo. Aún a sabiendas de que forman parte de la operación de Pedro Sánchez para utilizar Gaza como maniobra de distracción de los múltiples casos de presunta corrupción que salpican a su familia, a su partido y a su Gobierno. Pero de la misma manera que, aunque no lo veamos y no nos guste, sufragamos el programa de Broncano, también estamos pagando en parte la fiesta a esta flotilla. Así que mejor disfrutarlo, sobre todo cuando la diversión está asegurada.

Cuando los barcos zarparon de Barcelona, la prensa catalana separatista y socialista –vamos, casi toda– no hizo más que loar la solidaridad de todo el pueblo catalán que según estos voceros se veía representado en estos héroes que iban a Gaza a mostrar su solidaridad.

Dudo que muchos de los catalanes que se tragaron esta pamema viendo TV3 o escuchando RAC1 sigan ‘orgullosos’ de la flotilla del cubata. Porque jamás ha habido una acción solidaria que haya provocado más chanzas que las aventuras de Bob Colau, la que vive en una piña debajo del mar. Lástima que Gabriel Rufián no se haya apuntado, hubiera interpretado a un gran Patricio.

Estos revolucionarios de Instagram y TikTok son la mejor explicación del porqué la izquierda mundial está en retroceso, mientras los partidos conservadores y patrióticos no hacen más que subir. Uno ve la falsedad que desprenden los de la flotilla y lo que desea es hacer justo lo contrario de lo que representan. Si la izquierda quiere dejar de hundirse elección tras elección ha de esconder a Ada Colau, no exhibirla continuamente para que sus ex votantes sean cada día más.