Opinión

¿Está en sus cabales Martín Blas?

La Fiscalía actúa con congruencia a la hora de rechazar la imputación de 14 personas, entre ellas la del director de OKDIARIO, Eduardo Inda, en el marco de la investigación sobre la «grabación ilegal» del ‘caso Nicolay’. El fiscal del caso, Alfonso San Román, considera que algunas diligencias «superan el ámbito de lo que verdaderamente constituye el objetivo del proceso». El comisario Blas, en nombre de la Comisión Judicial de la Policía, pretendía consumar su venganza por la filtración de una conversación privada. Para ello, había desarrollado una operación más propia de un caso de terroristas del Estado Islámico en Madrid que de ciudadanos honrados. En su punto de mira estaban, entre otros, tres mandos policiales y varios profesionales de la comunicación.

En el informe destaca la petición de requisar dispositivos móviles y registrar, con «uso de la fuerza si fuera necesario», las oficinas y domicilios particulares de la mayoría de ellos. Una incomprensible persecución a los periodistas que, cumpliendo escrupulosamente con la praxis profesional, tan sólo se dedicaron a informar sobre un tema de interés general, el que protagonizaba ‘el pequeño Nicolás’. Todo viene a raíz de una reunión secreta celebrada el 20 de octubre de 2014 entre el propio comisario Martín Blas, otro inspector de Policía y dos agentes del CNI. Un encuentro en el que se habría tratado la denominada ‘Operación Nicolay’ y se habría hablado de la «fabricación de pruebas falsas» contra Francisco Nicolás.

Después de que esa conversación fuera filtrada por un desconocido, tanto a medios de comunicación como a programas televisivos, Martín Blas se marcó como objetivo fundamental una persecución que circunda la paranoia. En su particular punto de mira estaban compañeros suyos como el comisario José Villarejo y otros periodistas como Carlos Mier, al que señala como autor de esta «grabación ilegal» y para el que también pide el registro de su domicilio, así como la incautación de sus aparatos electrónicos. Según el informe elaborado por Blas, Mier habría utilizado «aplicaciones móviles» para grabar el encuentro secreto tras llamar a su teléfono móvil. Ante estos excesos por parte del comisario, la Policía Nacional ha de abrir una investigación para esclarecer sus procedimientos, ya que las investigaciones prospectivas están prohibidas.

Además del propio Eduardo Inda, Martín Blas también inculpa a la jefa de Nacional de OKDIARIO, Sandra Fernández, que trabajaba entonces en ‘Un tiempo nuevo’, cuyo único delito era dirigir el programa de Tele5 que entrevistó por primera vez a Francisco Nicolás en televisión. Un disparate que, afortunadamente, la Fiscalía ha parado en seco. No obstante, todos los afectados por esta veleidad de Martín Blas tienen ahora todos sus datos personales expuestos ante la mirada de cualquiera. Sin la menor consideración por los mismos, tal y como exige la ley de protección.