Opinión

Las empresas españolas ya pagan los reproches de Sánchez a Israel

Si las cifras de intercambios comerciales sirvieran para determinar el grado de incidencia del conflicto de Oriento Medio en las empresas españolas, la conclusión sería que nuestro país ha disparado un 20% sus ventas a la nación persa, mientras se redujeron un 3,3% con el país hebreo. Son datos del Ministerio de Economía y Comercial que revelan que la economía española pasó de vender productos a Irán por un valor de 11,8 millones de euros en junio a 14,3 millones de euros en julio. Se trata de variaciones mensuales en verano, cuando el conflicto entre Israel e Irán ya estaba en fase ascendente.

Sin embargo, las exportaciones a la nación hebrea se redujeron en un 3,3% en ese mismo periodo. Este descenso es especialmente significativo, porque revela que las empresas israelíes están comprando menos a España. Algo tendrá que ver la posición del Gobierno, que se ha mostrado muy crítico con la respuesta militar de Israel. O sea, que el castigo por los reproches de Sánchez al Gobierno de Netanyahu ya lo podrían estar pagando las empresas españolas.

La mayor parte de lo que España vende a Irán son aparatos mecánicos, es decir, maquinaria que se utiliza en fábricas. En cuanto a las importaciones desde el país árabe, se redujeron ligeramente, pasando de los 7,3 millones de euros a los 6,8 millones de euros. No obstante, si se mide en términos interanuales, las compras que realiza España en la economía iraní aumentaron un 6,4%. Estas cifras contrastan con las relaciones bilatelares con Israel. Y los datos no invitan al optimismo, porque la crisis diplomática puede desembocar en una crisis comercial.

El negocio bilateral entre España e Israel fue 3.200 millones de euros en 2022, de los cuales, las exportaciones fueron 2.160 millones y las importaciones 1.054 millones, un año récord. Un año después, esta cifra cayó hasta los 2.900 millones. En el presente ejercicio, estas cifras siguen una línea claramente descendente, algo preocupante y que recuerda mucho a lo ocurrido con Argelia en 2022, cuando Pedro Sánchez reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.

Nuestras empresas venían exportando a Argelia mercancías por valor de 1.916,6 millones de euros en 2020 y 1.887,7 en 2021, pero las ventas en 2022 se redujeron a 1.017,8 millones y en 2023 no llegaron siquiera a los 350 millones, quedándose en 331,8 millones. Un desastre sin paliativos. Con Israel puede pasar lo mismo. Que la Agencia de Noticias de Irán ensalzara hace días al Gobierno de Sánchez podría contribuir a potenciar las relaciones comerciales con Teherán al tiempo que, sin duda, incidirá negativamente en los intercambios con Israel. Conclusión: dado que las magnitudes comerciales con Israel son considerablemente mayores, salimos perdiendo.