Coronavirus y Universidad: alumnos abandonados

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Informa esta semana OKDIARIO de la ausencia, casi desaparición, del Ministro de Universidades Manuel Castells. Les confieso que, cuando le nombraron, despertó en mí una cierta esperanza, pues se trataba de una persona que había escrito cosas muy sensatas sobre la Universidad, y parecía que quería mejorar la Universidad española con medidas traídas de Estados Unidos (paradójico podemita, pero así eran sus opiniones). El caso es que han pasado los meses, y seguimos esperando que sus opiniones se trasladen en un plan político. Y con su silencio hemos llegado al estado de alarma de la COVID 19, en el que nada se sabe del Ministro. Y así, mientras en la enseñanza primaria y media se sabe cómo será el final de curso, en la superior no hay previsión.

Hablo casi a diario con alumnos de diferentes universidades. El panorama es desolador. Cada Universidad está respondiendo lo mejor que puede. Pero hay un problema evidente de solapamiento de plazos: mientras se alarga hasta Septiembre el final del curso 19/20, no se ha tomado ninguna medida especial para dilatar el comienzo del curso 20/21. El resultado es que, al momento de formalizar la matrícula del próximo curso, los alumnos todavía no sabrán si han aprobado todo en el 19/20. La descoordinación afecta especialmente a los intercambios y programas Erasmus: los estudiantes españoles llegarán a curso empezado en sus Universidades de destino.

A mediados del siglo XX, el Catedrático de Derecho y primer director del Colegio Mayor universitario de San Pablo, Prof. Dr. Isidoro Martín, se planteó el problema, entonces en discusión, de la posible creación de las Universidades de la Iglesia. En el estudio (editado en 2017 –CEU Ediciones- por don José Manuel Varela Olea) señalaba, como un obstáculo el que las Universidades del Estado (hoy llamadas públicas) no estaban preparadas para competir con las libres (hoy llamadas privadas). El principal problema que señalaba era la sobreprotección del estatus del Catedrático. Aquella situación no ha hecho más que crecer con el tiempo, acrecentada bajo el régimen del 78 con múltiples exigencias igualadoras para el resto del profesorado. Como me decía un Catedrática de la Universidad de Zaragoza hace poco “en la Universidad (estatal) nadie es el jefe de nadie”.  El resultado práctico es que la Universidad del Estado está pensada para el Profesor, y la de iniciativa social para el alumno.

Esta situación privilegiada de los profesores ha generado a lo largo del tiempo diferentes situaciones para los alumnos. Pero una de las más expresivas, ha sido y es la dificultad de acceder a ciertos Profesores, encontrarles, obtener una respuesta al correo etc. Aun dentro del horario de tutorías anunciado, se acude al despacho asignado a algunos, y el Profesor no está. Siendo que el Prof. Castells es Catedrático de una Universidad a distancia (la Oberta de Catalunya), se puede imaginar que ejerce el Ministerio como una Cátedra de la Universidad estatal: parece que nadie sabe donde está. Pero mientras, las “privadas” siguen a lo suyo (y están respondiendo mejor a la situación de los alumnos en esta hora), y seguirán acaparando parte de la cuota del alumnado mientras la Universidad “pública” seguirá limitada por su enorme dificultad para competir.

Dicen que la crisis del coronavirus va a generar importantes transformaciones. Me temo que, en materia de Universidades, será un acelerador de la progresiva derrota de la pública frente a la privada. Y mientras, el Profesor responsable desaparecido…

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