Opinión

El consejo florero de RTVE: 125.000 euros por ver, oír y callar

Entre tanta corrupción, la creación del consejo de RTVE ha pasado a un segundo plano, desplazado por las revelaciones de Aldama, las andanzas de Begoña Gómez y las filtraciones del fiscal general del Estado, asuntos todos ellos que en la televisión pública serán cocinados al gusto del chef Pedro. Si la pluralidad informativa ha brillado hasta ahora por su ausencia, con la nueva vuelta de tuerca dada por el Gobierno cualquier atisbo de libertad será una quimera. Se impuso el rodillo. Los 15 miembros del consejo han celebrado su primera reunión. Son más que nunca, porque Sánchez tenía que ganarse el apoyo de la patulea de partidos que sirven de apoyo al Gobierno y cada cual sentó a su representante en RTVE, convertida en una suerte de cámara audiovisual marcada por el sectarismo más recalcitrante que se recuerda.

Cada uno de  sus miembros cobrará 125.000 euros al año  y no tendrán ningún poder a la hora de nombrar al equipo directivo ni para aprobar o rechazar la contratación de programas. O sea, que cobrarán -en su inmensa mayoría- por asentir, porque el presidente de la cosa, José Pablo López, tendrá poder absoluto. Y el poder absoluto de López estará sujeto, como es natural, al poder absoluto de Pedro Sánchez, faltaría más.

Cuentan que en la primera reunión del consejo el representante de Junts, Miquel Calzada, alias Mikimoto, tomó la palabra para decir «oye, ¡que yo no puedo venir todas las semanas a Madrid eh!». No sufras, Mikimoto. El resto de consejeros tuvo que decirle que sólo  habrá una reunión al mes, por lo que cada vez que se junten saldrán a 9.000 euros por hacer de floreros. El régimen sanchista otra cosa no hará, pero paga bien. El chef Pedro sabe que no hay nada más rentable que un estómago agradecido. La libertad en la RTVE ha salido por la ventana y los guardianes del régimen han atrancado la puerta de la televisión oficial.