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Un congreso para divertirse

Un congreso para divertirse

Se celebró en Palma un llamado I Congreso de la Sociedad Civil, que concluyó arrojando un resultado tan espectacular como es la redacción de un documento que recoge cerca de 350 propuestas presentadas por asistentes de distinto signo y color y, ordenadas en cuatro grupos. Vayamos ahora a saber el porqué. Se celebró este congreso porque, de un tiempo a esta parte y aunque las cosas no hayan cambiado sustancialmente, una parte de la sociedad viene cuestionando ya el actual modelo turístico y se está produciendo una situación de malestar que, convenientemente motivada, va en aumento.

Este primer congreso ha tratado de exponer las deficiencias del monocultivo turístico y alertar sobre los peligros de un sobrecrecimiento. Y el resultado ha sido que, según parece y grosso modo, se han rebasado los límites del crecimiento turístico en volumen, aunque no haya quedado aún claro cuáles son las causas del problema ni menos aún sus posibles soluciones.

De entre todos los variopintos ponentes ha llamado especialmente la atención un investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien tras afirmar que «hay mucho que ganar con el decrecimiento turístico: que es inevitable y que trae prosperidad», al mismo tiempo, y contrariamente a lo anterior, puso en duda que la riqueza que genera el turismo repercuta de manera proporcional en sus ciudadanos y advirtió de que «la riqueza fluya hacia abajo es una leyenda urbana: es una riqueza falsa porque los inversores están muy deslocalizados, lo que sí que se queda seguro es el impacto». Evidentemente sobran los comentarios.

Otra de las perlas cultivadas la presentó la presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca (FEHM), denunciando que en Baleares «hay prácticamente un coche por habitante» y reclama en nombre de los hoteleros mejoras en el transporte público para paliar esta situación, que es evidentemente complicada, pero que sin duda de poco o nada ayudará a resolver la cuestión turística.

Resumiendo, si en un grueso de aportaciones semblantes y para muestras dos botones, se cimenta el resultado congresual, aviados estamos. De un totum revolutum semblante no hay que esperar resultados serios. Eso sí, nos vamos a divertir.

MARTES: UN GRAN DISPARATE. Para conseguir el autoconsumo energético de Baleares y no depender de los combustibles fósiles, sería necesario ampliar la red de parques fotovoltaicos e instalarlos en terrenos rústicos. Y esto supondría consumir 3.500 hectáreas para colocar placas solares. Un disparate tan descomunal evidentemente no puede ni imaginarse. ¿Hay alguien en su sano juicio que sea capaz de plantear nada semblante?

MIÉRCOLES: MUNICIPIOS SIN AGUA. Mientras se pierden grandes cantidades de agua por unas deficientes redes de suministro y un evidente despilfarro por la agricultura, cada vez más municipios se ven abocados a imponer restricciones en el agua de consumo urbano. Esto, evidentemente, carece de cualquier explicación y justificación. Es urgente atender las prioridades de consumo y racionalizar su uso. Del agua depende casi todo, no cabe olvidarlo.

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