Opinión

El circo de Pedro Sánchez

Ha vuelto el circo a la ciudad para comenzar el nuevo curso político. En la pista central, la actuación estelar del clown (payaso) de los mil trajes, Pedro Sánchez, capaz de cambiar de atuendo en un abrir y cerrar de ojos ante el maravillado público, como cambia de opinión con la repatriación de los inmigrantes ilegales, la aprobación de la amnistía o la instauración del cupo catalán.

Una troupe de contorsionistas encabezada por Félix Flexible Bolaños, acompañarán al clown en su número para explicar sus cambios de chaqueta. En sus imposibles variaciones de postura, estos contorsionistas irán perdiendo hasta la última prenda de su dignidad para demostrar su ciega obediencia al líder. Especial interés tiene el último número del ministro de Justicia, donde demostrará su capacidad de andar de cabeza y pensar con los pies en sus ataques a los jueces para defender a la mujer del jefe.

En la pista independentista, el mago de las más carillas, Salvador Illa, que introduce su cuerpo en el de un independentista, como un alienígena que llegase ahora a nuestro planeta y no hubiera tenido nada que ver con la catastrófica gestión de la pandemia. Dentro del cuerpo del independentista, Illa sigue hablando pausado para intentar convencer al asombrado respetable de que es el mismo que se oponía firmemente a la amnistía y al cupo catalán.

Participará en el número del mago Illa la única, la original María Jesús Montero, capaz de salir indemne de un cajón aserrado por la negociación con ERC sobre el «concierto catalán» después de haberse opuesto a él sólo un mes antes. Esta gran estrella marxista, del Marx de «estos son mis principios…», es capaz incluso de negar que sea un concierto económico y que vaya a cambiar la financiación autonómica.

En la pista del ilusionismo, el maestro Tezanos, el prestidigitador de fama mundial, el único capaz de aumentar los votos del PSOE en sus encuestas mientras en todos los demás estudios demoscópicos se desploman. En esta ocasión tratará de doblar la apuesta ante una previsible debacle del líder mientras se enciende un puro con el dinero del contribuyente ante las críticas, como suele.

En la pista del infierno, no apta para cardiacos, los números más difíciles a cargo de los que buscan un lugar al sol, como el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, conocido por su apetito a la hora de tragar sables, aunque en algunas funciones le haya asomado la punta por las tripas para náusea del respetable, como cuando dijo que Bildu «ha hecho más por España que todos los patrioteros de pulsera».

En esta nueva temporada la pista del infierno tendrá un número especial, el de los lanzadores de cuchillos en el Congreso Federal, ante los que irán desfilando los barones más críticos ante el cupo catalán. Entre los lanzadores, el famoso buzo cuya escafandra tiene los cristales tintados de negro o el mono Amedio en una mañana de resaca de vino de los Abruzzos, que garantizarán la emoción en el lanzamiento de estas dagas políticas contra los insurrectos.

Terminamos el cartel del circo de Pedro Sánchez con la pista de los escapistas, con la actuación como estrellas invitadas de los más renombrados artistas internacionales de esta modalidad. Uno es el prófugo Puigdemont, con su prodigioso dominio mental sobre los colores de los semáforos para hacer que cambien a rojo y así conseguir que se detengan los agentes que le están persiguiendo.

La otra estrella invitada es la Houdini de las maletas: Delcy Rodríguez, la nueva ministra del Petróleo del dictador Maduro, capaz de hacer desaparecer un montón de maletas de contenido presuntamente delictivo ante las mismísimas narices de un ministro de Sánchez.

En esta ocasión, la dirigente de la criminal tiranía no irá acompañada del tragafuegos José Luis Ábalos, que está ocupado actualmente en definir su estrategia para expulsar todas las bolas incendiarias que se ha venido comiendo en los últimos años. Lo hará esta vez el espiritista José Manuel Albares, capaz de retar a duelo a dictadores muertos hace medio siglo, pero incapaz de definir a Maduro como tirano porque dice que no es politólogo.
Este es el cartel de la nueva temporada del circo de cinco pistas de Pedro Sánchez. Se garantiza que, si los espectadores no quedan satisfechos con el espectáculo, no se les devolverá el dinero, sino todo lo contrario: tendrán que abonar doble, para seguir pagándoles la fiesta a Sánchez y a sus socios.