Casta y corrupción
Que el ex jefe del Estado lleve 40 años cobrando comisiones ilegales y defraudando al país, protegido por el servicio secreto, empresarios, fuerzas de seguridad y políticos nos descalifica como sociedad. España es el país con más coches oficiales de toda la UE, más que Alemania, que nos dobla en habitantes, y más que Francia, o que Italia. La presidenta alemana va al supermercado a hacer su compra mientras en España hay un palacio con personal y empresas contratadas por el Estado, médicos, peluqueros, camareros, ropa, consumibles a cargo del Estado. Quizás si Felipe González no se hubiese subido en el yate Azor de Franco no se hubiese producido esta deriva. Quizás sin el terrorismo usado como excusa por los políticos para aislarse, pompa, boato, privilegios, este país hubiera sido una democracia más digna de tal nombre. El gasto en duplicidades, chiringuitos, amigos con cargo, que no puedas aprender en la lengua común y millones de personas en el umbral de la pobreza no son esperanzadores.
España es un Estado deficiente subordinado a una casta política insaciable. Cada cambio de gobierno son miles los altos cargos nombrados por amiguismo/nepotismo, con salarios de entre 100.000 y 200.000 euros/año. Un policía, una enfermera, que superan una oposición difícil no llegan a 25.000 euros. Somos una democracia corrompida que hizo un Estado para que hubiera decenas de miles de cargos para la casta política con salarios obscenos.
Añadan chiringuitos mamandurrias, 160.000 denuncias de maltrato al año y solo 15.000 condenas (más de la mitad de conformidad, hombre llevado ante el juez que va a ser condenado sin pruebas y acepta una condena menor siendo inocente), mientras el pensamiento único dice que no más del 0.001% son denuncias falsas. ¿Qué pasa con las 145.000 denuncias sin condena? ¿Permitimos el maltrato? ¿O todos saben que son falsas pero es una verdad proscrita?
Y llega la pandemia. El suegro, la madre y la mujer del presidente tienen acceso al test del covid-19. Y la ministra de igualdad, y su marido vicepresidente, y la Vicepresidenta primera, el DAO de la Guardia Civil, Fernando Simón… mientras los sanitarios se contagian y son aislados 14 días sin hacerles el test, dejando sin personal para atender a los enfermos que están muriendo por cientos a diario. ¿Quién provee a la Casta política y sus familiares de los test que no existen para médicas y enfermeros que están muriendo combatiendo el virus? Es una cuestión de Casta y corrupción. Solo hay que asomarse a las redes para ver las semanas que llevan asociaciones de médicos y enfermeras exigiendo camas UCI, batas, protección, trajes, mascarillas, gafas, respiradores, guantes, geles… y siguen sin llegar. Es un crimen por negligencia. En las dictaduras bananeras La Casta política y sus familiares tienen el privilegio de acceder a las riquezas y recursos del país mientras el pueblo vive en la miseria; aquí accede a la detección y protección ante un virus que infecta y mata a decenas de miles de ciudadanos que no tienen esa posibilidad. Y no vale si se lo hacen en sanidad pública o privada. El Estado debe garantizar la gestión de los test y son prioritarios los sanitarios, camioneros, limpieza, fuerzas de seguridad… Los familiares de los políticos deben estar en el grupo del común de la ciudadanía. Así sería si España fuera una democracia y un Estado de Derecho. No lo somos.
Los aplausos deberían producirse para exigir al Gobierno que rebajase sus sueldos y el de los nombrados por amiguismo al menos el 50% y dedicarlo a material sanitario. Somos un rebaño con pandereta.
Temas:
- Coronavirus
Lo último en Opinión
Últimas noticias
-
La versión íntegra del comisionista Víctor De Aldama ante el juez por la ‘Trama Koldo’
-
Cake en Ferraz: «La trama de Aldama robó a manos llenas mientras Sánchez nos confinaba»
-
Aldama al salir de la cárcel: «Sánchez tiene alzheimer, que no se preocupe que tendrá pruebas de todo»
-
Sinner dobla esfuerzos y mete a Italia en semifinales de la Copa Davis
-
Inda a los guardias civiles: «No olvidaremos vuestra lucha contra ETA ni vuestros sacrificios»