Opinión

La capilla de San Jorge en Windsor, última morada de Isabel II

El lunes 19 de septiembre de 2022 pasará a los anales de la historia por ser la fecha del entierro de la reina de todas las reinas, Isabel II de Inglaterra. Millones de personas contemplando cómo los británicos llevan a cabo una de las cosas que mejor saben hacer: manejarse como dioses del Olimpo en ceremonias ancestrales. The Queen será enterrada en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, un emplazamiento lleno de historia.

La capilla se encuentra dentro del castillo de Windsor y puede ser visitada. A pesar de que su nombre evoca una construcción pequeña, no lo es en absoluto. De hecho, es majestuosa. No en vano, ahí han tenido lugar bodas reales, así como entre sus muros descansan las almas de insignes monarcas ingleses.

La historia del castillo

Considerado uno de los más majestuosos de toda Europa, está estrechamente ligado a la familia real inglesa (de hecho, desde el siglo XI todos los monarcas británicos la han considerado una segunda residencia). Situado en el condado de Berkshire, a 42 kilómetros de Londres, comenzó su construcción en el siglo XI tras la invasión de los normandos capitaneados por Guillermo el Conquistador. La razón de ponerlo en pie no fue otra que la defensiva en un lugar clave cercano al Támesis. Durante el paso de los siglos fue ampliado y ya en el siglo XVI servía más como espacio de ocio de la corte que como fortaleza.

Habrá que esperar al reinado de Enrique III, de la dinastía de los Plantagenet, una de las más importantes de la historia inglesa, para ver la construcción del lujoso palacio real dentro del castillo, pero fue con el ascenso al trono de Eduardo III (Plantagenet también), cuando el castillo adquirió su mayor esplendor convirtiéndose en uno de los proyectos arquitectónicos más ambiciosos y caros de la Edad Media. Con la dinastía Tudor ya en el trono inglés, concretamente bajo el reinado de Enrique VIII (1491-1547) y el de su segunda hija, Isabel I (1533-1603), el castillo comenzó a ser usado de manera habitual como corte real.

Fue precisamente el antecesor en nombre del actual monarca, el rey Carlos II (1630-1685) de la dinastía Estuardo, el que reconstruyó un devastado castillo tras la Guerra Civil Inglesa (1642-1846) en el que fue usado como cuartel. En el siglo XVIII, Jorge III (1738-1820) y su hijo y sucesor Jorge IV (1762-1820), ambos de la dinastía Hannover, mandaron construir el actual diseño de los Apartamentos de Estado de estilo rococó. La gran reina Victoria de Reino Unido (1819-1901), también de la dinastía Hannover, hizo un gran uso del castillo, especialmente en sus momentos de ocio. Durante la II Guerra Mundial fue refugio para la familia real durante las campañas de bombardeo de las tropas alemanas. El 1992 sufrió un devastador incendio que hizo que la recién fallecida monarca Isabel II (1924-2022) tildara ese año como annus horribilis y que menguó ciertamente el ánimo de la reina ya que era su lugar favorito de fin de semana. Después del castillo de Balmoral, siempre fue su residencia favorita. La primera para el verano y navidad y Windsor para el fin de semana.

Sede de la Orden de la Jarretera

La importancia de San Jorge, dentro del vasto complejo del castillo de Windsor, reside en que es, además, la capilla oficial de la orden de la Jarretera, la más importante de caballería y antigua del Reino Unido. La orden está inspirada en la leyenda del Rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. El monarca inglés y el Príncipe de Gales siempre son miembros de esta y a estos los acompañan veinticuatro hombres (caballeros) o mujeres (compañeras, no damas como en otras órdenes, salvo las que pertenezcan a la Familia Real Británica, en cuyo caso sí reciben el nombre de damas reales.

Pertenecer a la Orden de la Jarretera es un inmenso honor que, además, es vitalicio. Salvo contadísimas excepciones como cuando se retiraron dichos honores a reyes de procedencia alemana tras la Gran Guerra (1914-1918) o a Hirohito, emperador de Japón, tras la II Guerra Mundial (1939-1945), algo que arregló Isabel II como muestra de paz restituyéndole el título. Como curiosidad el rey Juan Carlos I y el rey Felipe VI de España son los dos miembros de la orden.

Enterrado en la Capilla de San Jorge

Isabel II será la siguiente monarca inglesa en ser enterrada en la capilla del Castillo de Windsor. Dentro del templo hay varias zonas donde se distribuyen diferentes tumbas de reyes y reinas ingleses. Está el altar, el coro, la cripta real, la capilla en memoria de Alberto y la construida en memoria de Jorge VI y que será dónde será enterrada Isabel II.

En el Coro están Enrique VIII, su tercera esposa, Jane Seymour y Carlos I. Es interesante la visita a estas tres tumbas por la importancia histórica de los tres. Enrique VIII (1421-1547), uno de los monarcas más déspotas de la historia de su país, fue el responsable de la ruptura de Inglaterra con Roma al negarse el papa Clemente VII a anular su matrimonio con su primera esposa, la reina Catalina de Aragón de la dinastía Trastámara (1485-1536), hija de los Reyes Católicos y madre de la futura reina María Tudor. Al no lograr su objetivo rompió con Roma y se erigió en jefe de la Iglesia Anglicana, algo que todavía hoy día perdura en la figura de quién ostente la corona británica. Tras esto se casó con Ana Bolena, quien tres años después de la boda murió decapitada acusada falsamente (como la propia historia ha podido comprobar más tarde) de adulterio, entre otros, con su propio hermano. La desdichada reina firmó su sentencia de muerte el día que dio a luz a una hija en lugar del ansiado varón que obsesionaba a su padre, además de varios abortos, uno de ellos de un niño. Por cierto, que esa hija, que tan poca ilusión le hizo a su padre, sería una de las monarcas más importantes de la historia del Reino Unido, Isabel I (1533-1603), la reina virgen, conocida así porque siempre mantuvo intacta su negativa a contraer matrimonio, muy probablemente para evitar perder poder en manos de un marido.

Al lado de Enrique VIII descansan los restos de su tercera esposa, la reina Jane Seymour (1504-1537), la única que le dio un heredero varón, el futuro rey Eduardo VI (que murió de fiebres a la edad de 16 años). Su nacimiento tuvo unas consecuencias trágicas para su madre que falleció apenas unos días más tarde del parto debido a destemplanzas puerperales, es decir, lo más probable es que se murió de una sepsis, un destino muy común en las mujeres de la época, incluidas las reinas por la falta de higiene y conocimientos médicos de la época. Por haberle dado un hijo varón y por la tristeza inmensa que el rey sintió con triste destino, Enrique VIII dispuso que fuera enterrada en dicho lugar ella y él en el momento de su deceso. Y eso a pesar de que se casaría otras tres veces más. Pero así fue cumplido su deseo. Claro que, teniendo en cuenta que a la siguiente esposa la repudió a los seis meses (Ana de Cléveris), a la siguiente, Catalina Howard, la decapitó y la última le sobrevivió, parece más que lógico que se cumplieran sus deseos. Carlos I está enterrado también en esa parte de la capilla.

Cerca de la puerta oeste se encuentran los restos mortales del rey Jorge V, fallecido en 1936 y de su esposa la reina María de Teck fallecida en 1953, muy poco después de la coronación de su nieta la reina Isabel II. Un año antes, en 1952 murió y fue enterrado el rey Jorge VI en la capilla que lleva su nombre. Precisamente con su muerte la reina Isabel II ascendió al trono. En la misma zona descansan también los restos de la muy recordada y querida Reina consorte Isabel, esposa de Jorge VI, progenitora de la reina Isabel II y más conocida como la reina madre y que murió en el año 2002. La muy querida hermana de la reina Isabel, la princesa Margarita, también está enterrada ahí, aunque en forma de cenizas. El último entierro relevante antes del que se producirá el 18 de septiembre de 2022 fue el del Duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II y que tuvo lugar en el 2021. Como era de esperar descansarán juntos para toda la eternidad.

Lugar también de bodas

La capilla de San Jorge ha sido también el escenario de importantes citas reales alegres como las bodas de, entre otros, Eduardo VII y la reina Alexandra, en 1863, el hijo pequeño de la reina Isabel, Eduardo de Sussex y su esposa Sophia Rhys-Jones el 19 de junio de 1999, la bendición (que no boda) tras el enlace civil del actual monarca Carlos III y la reina Camilla, el 9 de abril de 2005, la boda de Peter Phillips (hijo de la princesa Ana y nieto de Isabel II) y Autumn Kelly, en mayo de 2008, la del Príncipe Enrique, duque de Sussex y Meghan Markle el 19 de mayo de 2018 y la última boda de una nieta de Isabel II, la princesa Eugenia, hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, el 12 de octubre de 2018.

Sin duda se trata de un lugar lleno de historia digno de ser visitado y donde se vivirán momentos de gran emoción el día del funeral y entierro de la monarca más longeva en mil años de historia de monarquía británica.

Gema Lendoiro
es periodista y doctoranda en Historia Moderna por la Universidad de Navarra