El Betis y el árbitro hurgan en la herida

El Betis y el árbitro hurgan en la herida
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Perder es malo, casi dramático tal y como el Mallorca ha empezado la liga, pero aún es peor disponer de coartada para justificar una derrota más: el gol anulado, si acaso por una uña, la injusta tarjeta roja para afrontar toda la segunda parte y, en suma, un desastroso arbitraje no por esperado menos decisivo. Sin embargo el Betis no hubiera necesitado estas pequeñas ayudas para quedarse con los tres puntos, lo que mueve a un análisis interno menos contemplativo y más apremiante.

El resultado estaba cantado desde la alineación inicial. Defensa de siete, con Samu y Mascarell de doble pivote, con Antonio Sánchez para coordinar contraataques imposibles y ver pasar pelotazos destinados a la caza de Muriqi y Larin, una dupla cuyos integrantes no se entienden entre si. La famosa muralla de Javier Aguirre lleva mucho tiempo quebrada, sin que el técnico encuentre otra solución que tirar de cuanto parche tiene a su alcance con el objetivo de insistir en un esquema que funcionó en otra liga, pero no en la presente. Con el marcador en contra antes de que algunos espectadores hubieran podido ocupar sus localidades, el plan, ya quebrantado, seguía su curso hacia su destino cantado.

Con Raillo o sin él, hay males que no tienen remedio. Aun renovado hasta no sé cuándo, Gio no es Maffeo, más preocupado por lo que le sueltan en redes sociales que en centrarse en cada jornada, Jaume Costa está para las primeras rondas de la Copa y poco más, lo mismo que Mascarell , falto de recursos y rapidez. Habíamos advertido en la previa sobre las incursiones de Miranda, sin que el lateral de su lado encontrara ayuda, ni siquiera posicional, en compañero alguno. No había nadie en su zona. Igual que en la de Bellerin, por el otro lado, y, ya puestos, en una zona ancha regalada a Marc Roca e Isco, entregados a disfrutar su plácida tarde.

La perspectiva de otros 45 minutos por delante y un futbolista menos, no otra cosa, provocaron la entrada de Sergi Darder y un nuevo dibujo, 4-4-2. Las dos primeras asistencias del de Artá generaron oportunidades malogradas por dos delanteros que van cada uno con su olla y, sometidos a un esfuerzo excesivo en busca de la pelota que nunca les llega en condiciones, acaban perdiendo el resuello y pidiendo el relevo. El anfitrión fue compasivo hasta en un remate fuera de Isco con Rajkovic desplazado, hasta que Ayoze encontró al hueco que ya había buscado antes con menos éxito.

El primer tercio del campeonato arroja un balance pésimo. Los habrá peores, si. A esto nos aferramos siempre. Con Muriqi o sin él, un parón de dos semanas solo servirá para sufrir la borrasca, que ss profunda y amenaza con derivar en ciclo génesis o «dana». El hombre del tiempo avisa y no es traidor.

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