El Ayuntamiento de Palma, un verdadero polvorín político

El Ayuntamiento de Palma, un verdadero polvorín político
El Ayuntamiento de Palma, un verdadero polvorín político

Estamos viviendo ya el séptimo año de gobierno de izquierdas en la ciudad de Palma.

En este entorno, el Grupo municipal autodenominado Unidas Podemos venía a salvar a los palmesanos de la confabulación del capitalismo y del sistema opresor resultante de la transición democrática española. Lo que para la historia ha sido un hito sin precedentes para la reconciliación de las dos Españas, para ellos es la fuente de todos los males. Será por eso que lo que no decían es que al final se tendrían que salvar antes de ellos mismos.

Las disputas de Unidas Podemos han sido tanto internas como también de enfrentamiento con sus socios ecosoberanistas de Més, lo que ha convertido al gobierno municipal del Ayuntamiento de Palma en un verdadero polvorín político.

Y claro, estas cosas pasan factura, sobre todo al sencillo ciudadano de a pie, que paga con su sudor y trabajo impuestos y tasas municipales para que luego estos iluminados se gasten ese dinero en chochocharlas y promociones maleducadas y groseras -por no se sabe qué motivo de mal gusto- que en nada ayudan ni fomentan una bien entendida cordialidad y un natural devenir de las cosas con eso de la inclinación sexual de cada cual. Cosas que pertenecen, dicho sea de paso, a la vida privada de cada ser y a sus sentimientos más íntimos.

La hasta hace poco concejal Sonia Vivas tuvo que dimitir como cargo electo tras ser cesada por el alcalde en su condición de «miembra» (sic) del equipo de gobierno por la polémica suscitada con la Pride Week Palma. ¡Qué cosas! Una persona que hace bandera de su condición sexual como reclamo político y que luego es cesada de su cargo de gobierno precisamente por pifiarla en ese tema. Justicia poética dirán. Pues sí.

Otro concejal de Podemos, Rodrigo Romero, presentó su dimisión tras su destitución como concejal de Promoción Económica, justo una semana después del cese y dimisión de su compañera de partido. Todo un espectáculo bochornoso en un entorno donde, más que nunca, se hace imprescindible una gestión política ejemplar, de austeridad y de rigor. Pues en lugar de eso tenemos este circo montado, lamentable. Y es que las mezclas de socialistas, separatistas y comunistas antisistema nunca pueden ser una opción fiable para sacar adelante ningún proyecto serio.

Ante todo esto el alcalde socialista Hila es incapaz de reaccionar y mucho menos de gobernar. Valgan como ejemplo la desastrosa situación de seguridad ciudadana que vivimos. O la ausencia de higiene y limpieza de nuestras calles, que nunca habían estado tan mal. O la oleada de alegaciones al Plan General de la ciudad, todo un despropósito lleno de ideología y vacío de soluciones. O los informes desfavorables de los propios técnicos, incluido esto también para con el Plan de Movilidad PMUS, otro despropósito sin parangón. Mal contar los árboles y quitar las fuentes de hierro forjado para poner «puntos de agua» de metacrilato es lo que le ocupa y preocupa al actual alcalde socialista.

Los sufridos palmesanos tenemos que aguantar aún un poco más. Pero ya queda menos. En mayo de 2023 tendremos elecciones, ocasión propicia para darle un giro político a todo este desaguisado. Y para este momento desde el PP de Palma ya estamos preparados. Centrados en la alternativa, somos el futuro que nuestra ciudad necesita. Hagámoslo posible.

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