Armengol y el adoctrinamiento pancatalanista
El Govern de Armengol ha perpetrado hoy el mayor ataque de la historia a la educación concertada en Baleares. Su objetivo es cerrar 47 aulas en 18 centros de entidades tanto laicas como religiosas. Sí, sí, las cifras son correctas: 47 aulas en 18 centros. A un promedio de 25 niños por aula salen 1.175 alumnos afectados. Como ha denunciado en OKBALEARES Escola Catòlicas, «no hay precedente de algo así».
La hoja de ruta del Govern social-comunista es evidente. Aquí no sólo estamos hablando de adoctrinamiento pancatalanista, sino de limitar aún más la capacidad de elección y dirigir a más de 1.000 familias hacia un centro público donde lo que se van a encontrar no va a ser la «educació pública i de qualitat» que prometió la Marea Verde en la etapa de José Ramón Bauzá, sino una inmersión integral en catalán y un nivel académico horrible porque, no nos engañemos, lo que busca el PSOE no es precisamente la excelencia de los alumnos, sino educarles en un credo político y social muy determinado. Los colegios no son para ellos coliseos de formación de las próximas generaciones, sino verdaderos caladeros de voto. Es la degradación absoluta de la enseñanza.
Semejante agresión a la enseñanza concertada no es sino el primer paso del cuaderno de bitácora del socialismo si mantiene el gobierno después de las elecciones municipales de mayo. El control absoluto de la educación es imprescindible para difundir sus dogmas y conseguir que los niños crezcan en el odio hacia cualquier sistema político que no sea el suyo. Eso sí, en perfecto y exclusivo catalán, una lengua que no les servirá absolutamente para nada en cuanto crucen las imaginarias fronteras de los Països Catalans.
El electorado balear tiene en sus manos frenar esta deriva pancatalanista y proteger la educación de las futuras generaciones. El ataque de hoy debe tener una respuesta enérgica y contundente en las urnas porque conviene no olvidar que el 30% de los alumnos de las islas de forman en centros concertados, un núcleo que el PSOE está empeñado en destruir porque le cuesta más controlarlo.