¿Año Nuevo en Ferraz?

¿Año Nuevo en Ferraz?

Dicen que la lotería suele caer donde falta hace. Lo cierto es que la enorme deuda del Partido Socialista hace que ‘el Gordo de Navidad’ cayera en un lugar que no está precisamente pasando por su mejor época: la sede de Ferraz. Como viene siendo costumbre allí, cualquier cosa, incluso las mejores noticias, son motivo de pelea entre los «socialistas» y andan ahora entre abogados para poder dirimir el enorme conflicto que se ha generado a la hora de cobrar el premio. Ya sabe usted aquello de que el pan le cae a quien no tiene dientes… y está por ver si el capítulo de los décimos premiados no hace saltar por los aires lo poco que queda de la organización.

En estas fechas es cuando se hacen balances, retrospectivas, análisis del año que cerramos. Y en Ferraz la verdad es que les han cundido estos 12 meses: abrían el año con unas elecciones que dejaron al PSOE en un segundo lugar, bastante dañados y con los peores resultados de su historia, aunque felices por no haberse cumplido los peores vaticinios del temido sorpasso podemita. No llegó la sangre al río y el aún flamante secretario general, Pedro Sánchez, hinchaba pecho para hacerse valer como imprescindible. Tal día como este miércoles 28 de diciembre el Comité Federal del PSOE le trazaba el laberinto a su entonces líder. No le dieron si quiera una madeja de lana para saber volver. Nada. Hace exactamente un año comenzó la muerte lenta de Sánchez, aunque él se diera cuenta a finales de septiembre. En aquel cónclave socialista le dijeron que le animaban a ser el presidente del Gobierno. Pero le ponían unas cuantas condiciones: tenía que conseguirlo sin pactar con prácticamente nadie. Mientras le hacían firmar que no pactaría con Podemos, ni con los independentistas ni con los nacionalistas, le jaleaban como el mejor presidente de España. Y él se lo creía, aunque cualquiera que mirase con un poco de distancia el panorama podía ver claro que la tela de araña estaba ya tejida: Sánchez no tenía salida. Aún así siguió adelante, lo que hizo pensar que quizás supiera cómo resolver ese entuerto.

Recuerden aquellos titulares que regalaba Pablo Iglesias cuando, mientras Pedro se reunía con el Borbón, se dedicaba a dar ruedas de prensa proponiéndose como vicepresidente del Gobierno. Si, ni usted ni yo lo hemos soñado. Eso sucedió. Y sucedió también que después se firmó un pacto con Ciudadanos que Podemos se negó apoyar… y le dijeron que «no es no» a Sánchez en una segunda vuelta de investidura. Sí, y todo lo que usted y yo sabemos. Se dieron mil vueltas para acabar en el mismo lugar. Repitieron elecciones, toda la izquierda perdió y la derecha salió reforzada. Y como Sánchez mantuvo su eslogan, vinieron los de la Gestora y se lo cargaron —políticamente— en un tris tras. Por eso el PSOE anda ahora como pollo sin cabeza, con su ex secretario general subiendo en las encuestas, con algunos pidiéndole de rodillas que se presente a unas primarias para un Congreso que nunca se convoca… mientras los dueños y señores —y señora— cuidadores del partido se encargan de pactar, de hacer y deshacer todo lo imaginable —y para lo que no tienen competencias, dicho sea de paso—.

Aquí la recapitulación a vuela pluma de este 2016 en Ferraz. Con semejante guion dígame usted quién se atreve a vaticinar nada que pueda suceder el próximo año. Lo único cierto es que, de seguir en la línea que van, estos del PSOE prometen continuar con sus titulares. Y viendo lo visto cabe esperar que será un año de Congreso —está por ver si extraordinario, que es lo que tocaría, o bien ordinario, para forzar aún más las cosas— que habrá primarias —con todos los arreglos habidos y por haber para garantizar que el ganador sea el elegido— que será imposible conocer el censo real de la organización —madre del cordero en todo este tinglado— y que ganará toda esta batalla aquel grupo de personas que siempre han ganado todas, o sea, los de siempre. No se vaya usted a pensar que por mucho espectáculo que veamos, por mucho descontrol que aparente haber —y no niego que haya— quien maneja los hilos de las marionetas «socialistas» va a permitir que haya democracia, transparencia y participación real. En eso sí podemos hacer augurios: por el camino que van, en el 2017 será imposible que el PSOE vuelva a ser socialista.

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