Opinión

Abusada, maltratada, indefensa, abandonada…

Con el argumento que la condena a cinco años de cárcel al marido de Mónica Oltra no es firme y está pendiente de que se resuelva el recurso de casación ante el Tribunal Supremo, la consejería valenciana que hasta ayer mismo dirigía Mónica Oltra mantiene paralizado el expediente indemnizatorio que reclama la menor abusada y que asciende a 240.000 euros. La joven, madre de un bebé, se encuentra en una situación económica crítica -no tiene ni para comer, adeuda varios recibos de luz y sobrevive gracias a la ayuda de Cáritas-, pero la Generalitat valenciana se ampara en tecnicismos administrativos para no hacer frente al pago. En su día, pretendió saldar el daño causado con 1.700 euros. Esta es la historia. Resulta irritante que Mónica Oltra se haya ido exhibiendo un vergonzoso victimismo, porque en este caso no hay más que una víctima: una joven ya mayor de edad que después de ser abusada sexualmente por el marido de la ex vicepresidenta, fue maltratada por una consejería que trató por todos los medios de tapar el escándalo, condenando a Teresa -así se llama- a la más absoluta indefensión y a un total abandono que aún perdura.

¿Esta es la izquierda que se arroga en exclusiva la defensa de la mujer? ¿Dónde están las feministas? ¿Dónde queda la dignidad de esta gente? Teresa sobrevive a duras penas gracias a la ayuda de la Iglesia, mientras el socialcomunismo sale en masa a defender a Mónica Oltra sin preocuparse lo más mínimo por la suerte de una víctima de abusos sexuales que no tiene ni para comer. La Generalitat valenciana no es que no haya salido en su ayuda, sino que a día de hoy se niega a indemnizarla en una portentosa exhibición de miseria moral. Provoca repugnancia contemplar cómo reacciona la izquierda al condenar al olvido a una víctima de abusos sexuales y amparar a quien encubrió -presuntamente- un delito nausebundo.